
¿Qué es el aprendizaje?
Por definición tenemos que el aprendizaje es la adquisición del conocimiento de algo por medio del estudio, el ejercicio o la experiencia, en especial de los conocimientos necesarios para aprender algún arte u oficio.
Lo anterior es un concepto que puede estar viciado dependiendo de la relatividad con la que cada persona interactúe con el mismo; lo cual quiere decir que el aprendizaje se puede obtener de muchas maneras sin importar demasiado la procedencia de los conocimientos.
Es cierto que algunas personas son buneas escuchando, otras visualizando y otras llevando a cabo. En mi experiencia, lo más adecuado es identificar de qué manera podemos aprender mejor y con mayor eficacia para que, posteriormente, lleguemos a crear una simultaneidad entre lo que dominamos y lo que no, para que así, logremos superarnos a nosotros mismos en todas las áreas posibles para ir eliminando una a una las barreras mentales que nos impiden crecer mentalmente.
No te vayas sin leer estos consejos
Una vez considerado lo anterior, entonces déjame darte unos consejos básicos para aprender mejor:
- (Más importante) Interésate por lo que estás intentando aprender: Este punto es definitivamente el más importante debido a que si logras crear un interés por la materia que estas intentando dominar, por más minúsculo que sea, ya tendrás la mitad de la guerra ganada porque está demostrado que podemos aprender mejor de algo a lo que no nos es difícil prestar atención.
- «Aprende» a aprender no a memorizar: No es ningún cliché ni menos una redundancia, es la realidad. Muchas veces estudiamos para aprobar un examen difícil. Ciertas personas tienen la facilidad de memorizar cosas muy rápido, pero lo que nadie dice es que mientras más rápido memorizas, más rápido olvidas; puesto que los recuerdos que estás intentando reservar desesperadamente son desechados al unísono en el momento en que el cerebro selecciona qué «datos» pasarán a la memoria de largo plazo.
- Lo mismo de importante tiene el estudio que el descanso: Una realidad es que el cerebro es un músculo y como tal merece ser tratado. Si bien es muy bueno ejercitarlo con estudio, también resulta ser de vital importancia dejarlo descansar para que pueda procesar bien la información y la coloque en un estado que permita llegar al punto de la automatización de la información, lo cual significa tenerla disponible en el momento que la necesitemos.
- Enseñar es la mejor manera de aprender: Como docente tengo muy claro este consejo y lo resumiré en unas pocas palabras: ¿Quieres saber si has aprendido algo? Entonces intenta explicarlo con tus propias palabras, desarróllalo, hazlo tuyo, dale tu toque personal y de esa forma nunca lo perderás.
Seguro que algún día mientras leías un libro te encontraste con la palabra «aprehender» y puede que te haya venido la duda a la mente: ¿realmente existe? Pues sí. Es una palabra de la lengua castellana que procede de la misma raíz latina que «aprender» pero que su significado es diferente a esta. En unComo queremos ayudarte a despejar tus dudas y, por eso, en este artículo vamos a descubrirte cuál es la diferencia entre aprender y aprehender para que sepas, de una vez por todas, el significado de esta palabra.
Etimología de ambas palabras
Tanto la palabra «aprender» como «aprehender» proceden de la misma palabra latina «aprehendere» y que, con el paso del tiempo, perdió la «h» intermedia para significar lo que hoy en día entendemos con la palabra «aprender», el acto de reunir un conocimiento concreto para conocer un aspecto de nuestra realidad cognitiva.
Pero la palabra «aprehender» se resguardó como un latinismo, sin perder la «h» y, con este significante, se refiere al hecho de capturar a alguien o a algo como, por ejemplo: «la policía ha aprehendido la droga de los narcotraficantes».
No solo para designar este tipo de circunstancias se puede usar esta palabra pues, a nivel metafórico, muchos profesores incorporan el verbo con «h» para designar ese conocimiento que se ha obtenido de forma significativa, duradera, un aprendizaje que ha quedado perenne en nuestra mente; este significado también puede ser usado por poetas o literatos que usan esta palabra en otros contextos para darle más intensidad al hecho que narran.
El significado de «aprehender»
Según la RAE, la palabra «aprehender» significa: Coger, asir, prender a alguien, o bien algo, especialmente si es de contrabando.
Así pues, se puede aprehender a delincuentes, mercancías, cuadros robados, etcétera. Pero, como ya hemos apuntado, a nivel social este verbo también puede usarse con el significado de llegar a asimilar y comprender de forma profunda algunos conocimientos, emociones, etcétera.
Así pues, algunos ejemplos del uso de esta palabra serían:
- El policía aprehendió al asesino después de dos años
- El agente de aduanas aprehendió un barco lleno de drogas
- Después de la ruptura, aprehendí lo que era el amor
En este sentido, al antónimo de esta palabra serían otras como «soltar», «liberar», «dejar», etcétera.
El significado de «aprender»
En caso contrario nos encontramos con el vocablo «aprender» sin el uso de la «h» y que hacer referencia a otra situación del conocimiento humano. En este sentido, la RAE estipula que esta palabra significa: Adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia.
Así pues, para poder «aprender» es necesario adquirir una serie de conocimientos y, después, asimilarlos; solo así se completa el ciclo del aprendizaje. Algunos ejemplos del uso de este verbo serían:
- Después de tanto estudiar, por fin he logrado aprender matemáticas
- Aprende a sumar y después te enseñaré a restar y multiplicar
- Aprender de los errores es también muy importante para la vida
La diferencia entre «aprehender y aprender»
Así pues, para saber cuál es la diferencia entre aprender y aprehender debemos entender que la primera se refiere a la adquisición de conocimientos mediante el estudio o la experiencia, mientras que el otro es el acto de coger, encerrar a alguien, etcétera; a nivel de conocimiento, hablamos de «aprehender» cuando un conocimiento nos ha quedado muy claro, muy profundo en nuestra conciencia.
Los conocimientos que no se olvidarán con el tiempo y que terminarán internos en nuestra mentalidad son los que hemos aprehendido pues, ahora, forman parte d nuestro día a día como, por ejemplo, aprehender a cepillarte los dientes o a cocinar.
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Con oración, escoja el material de la lección que satisfaga mejor las necesidades de los miembros de su clase y aliéntelos a compartir experiencias que se relacionen con el aprendizaje.
• Lea D. y C. 88:122–125 con los miembros de la clase. ¿Qué mandó el Señor hacer a los hermanos que asistían a la Escuela de los Profetas? ¿Qué les mandó Él que no hicieran? (Anote las respuestas de los miembros de la clase en la pizarra.) ¿Qué aprendemos de esos versículos acerca de la manera de enseñarnos los unos a los otros? ¿Qué dicen esos versículos acerca del modo en que debemos aprender los unos de los otros?
Esas reuniones proporcionaban el ambiente propicio para experiencias espirituales y análisis profundos de los principios del Evangelio. En ellas se recibieron varias revelaciones. La historia de la Iglesia registra que “había un gran gozo y una gran satisfacción permanentemente en los rostros de quienes asistían a la Escuela de los Profetas y, en virtud de las cosas que se revelaban, los santos… progresaban en el conocimiento de Dios” (History of the Church, tomo I, pág. 334).
El presidente Marion G. Romney, de la Primera Presidencia, dijo: “Yo creo en el estudio. Creo que el hombre aprende mucho por medio del estudio… Sin embargo, también pienso, y sé, que el aprendizaje por medio del estudio se acelera en forma extraordinaria por medio de la fe” (Learning for the Eternities, comp. George J. Romney, 1977, pág. 72).
3. Debemos seguir aprendiendo durante toda la vida.
Explique que el Señor y Sus profetas siempre han hecho hincapié en la importancia que tiene el aprender. Por consiguiente, debemos seguir aprendiendo durante toda la vida.
El élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce, dijo: “Por el carácter sagrado que tiene para nosotros el intelecto humano, consideramos que el obtener una educación es una responsabilidad religiosa… Nuestro Creador espera que Sus hijos de todas partes sean autodidactas” (“¿Dónde se halla la sabiduría?”, Liahona, enero de 1993, pág. 6).
Escriba en la pizarra las preguntas siguientes:
¿Por qué debemos aprender? ¿Qué debemos aprender? ¿Cómo debemos aprender?
Lea con los miembros de la clase los pasajes de las Escrituras que se dan a continuación. Pida a los miembros de la clase que busquen respuestas a las preguntas que se encuentran en la pizarra y anote las respuestas debajo de las preguntas correspondientes.
• ¿Por qué será que se nos ha mandado aprender sobre tantas cosas diferentes?
El presidente Gordon B. Hinckley enseñó a los jóvenes la valía que tiene la educación: “Es muy importante que ustedes, jovencitos y jovencitas, obtengan toda la instrucción posible. El Señor ha dicho muy claramente que Su pueblo debe obtener conocimiento de los países y reinos y de las cosas de la tierra mediante el proceso de la instrucción, tanto por el estudio como por la fe. La instrucción académica es la llave que abre la puerta a las oportunidades y merece la pena sacrificarse en su favor. Merece la pena esforzarse por ello, y si educan la mente y las manos, serán capaces de realizar una gran contribución a la sociedad de la que forman parte, y su ejemplo honrará a la Iglesia de la que son miembros. Mis jóvenes hermanos y hermanas, hagan todo lo posible por aprovechar cada oportunidad que se les presente de recibir instrucción; y ustedes, padres y madres, animen a sus hijos e hijas a recibir la instrucción académica que bendecirá la vida de ellos” (“Pensamientos inspiradores”, Liahona, junio de 1999, págs. 4–5).
• ¿Qué oportunidades tenemos de adquirir una educación académica? (Entre las respuestas estarían la escuela secundaria, la escuela industrial [donde se enseñan oficios], los colegios universitarios y técnicos, y las universidades.) ¿Cómo beneficia nuestra vida la educación académica? ¿Qué podemos hacer para sacar mayor provecho de las oportunidades que tengamos de adquirir una educación académica?
• El presidente Brigham Young enseñó: “Nuestra educación académica debe dar como resultado el mejorar nuestro intelecto y hacer que seamos más útiles, con el fin de prestar mejor servicio a la familia humana” (Discourses of Brigham Young, sel. John A. Widtsoe, 1941, pág. 255). ¿Cómo puede la educación ser de ayuda para que prestemos servicio a nuestra familia y a otras personas? ¿Cómo puede sernos de ayuda la educación en nuestros esfuerzos por contribuir a la edificación del reino de Dios? Pida a los miembros de la clase que hablen sobre experiencias en las que la educación les haya ayudado en sus esfuerzos por prestar servicio a los demás.
• Lea D. y C. 90:15 con los miembros de la clase. ¿En qué forma se han beneficiado por medio del estudio de libros buenos?
• ¿Cuáles son las responsabilidades que tenemos como padres en relación con la enseñanza de nuestros hijos? (Véase D. y C. 68:25–28. Haga hincapié en que los padres tienen la importante responsabilidad de ayudar a sus hijos a aprender el Evangelio. Ellos, además, deben enseñarles cosas prácticas tales como la forma de mantener una buena salud, trabajar diligentemente, llevarse bien con los demás, saber administrar el dinero y obtener una buena educación académica.)
• ¿Qué pueden hacer los padres para alentar a sus hijos a adquirir un deseo de aprender que dure toda la vida?
Durante el tiempo en que prestó servicio en el Quórum de los Doce, el élder Gordon B. Hinckley hizo hincapié en la importancia de alentar a los niños a leer: “Sabéis que vuestros niños leerán; leerán libros, revistas y periódicos. Cultivad en ellos el gusto por las cosas buenas. Mientras sean muy pequeñitos, leedles las grandes historias que se han convertido en inmortales por las virtudes que enseñan; exponedlos a los buenos libros. Escoged un rincón en algún lugar de vuestra casa, por muy pequeño que sea, en donde vean por lo menos unos cuantos libros de los que se puedan alimentar y nutrir la mente” (“Resistamos el mal”, Liahona, febrero de 1976, pág. 29).
El presidente Thomas S. Monson nos recordó que los niños pequeños pueden comprender las enseñanzas de las Escrituras: “El… distintivo de un hogar feliz se descubre cuando el hogar es una fuente de aprendizaje… El Señor nos ha exhortado: ‘…buscad palabras de sabiduría de los mejores libros; buscad conocimiento, tanto por el estudio como por la fe’ (D. y C. 88:118). Los libros canónicos son la fuente de aprendizaje a la cual me refiero. Tengamos cuidado de no subestimar la capacidad de los niños para leer y comprender la palabra de Dios” (“Distintivos de un hogar feliz”, Liahona, enero de 1989, págs. 72–73).
Si desea analizar con la clase el tema de la enseñanza de los niños en forma más detallada, consulte las páginas 143–167 del manual La enseñanza: El llamamiento más importante, en su nueva edición del año 2000 (36123 002). La lección 45 de ese manual analiza también la responsabilidad que tienen los padres de enseñar a sus hijos.
• ¿Qué clase de lectura debemos evitar?
El presidente Ezra Taft Benson, del Quórum de los Doce, enseñó: “Con la cantidad de libros disponibles en la actualidad, lo que distingue a un hombre verdaderamente culto es que sabe lo que no debe leer… Lean sólo lo mejor. Al igual que la madre de John Wesley [evangelista y fundador del metodismo, 1703–1791] aconsejó a su hijo: ‘Evita cualquier cosa que debilite tu buen juicio, que afecte la sensibilidad de tu conciencia, que confunda tu aceptación de Dios, que disminuya tu entusiasmo por las cosas espirituales… y que aumente la autoridad de tu cuerpo sobre la de tu mente’ “ (“In His Steps”, en 1979 Devotional Speeches of the Year, 1980, pág. 61).
• Además de obtener una educación académica y de leer buenos libros, ¿qué podemos hacer para seguir aprendiendo a lo largo de la vida?