
La visión es un proceso neurológico muy complejo y gracias a ella somos capaces, no solo de ver con nitidez, sino de interpretar, organizar y dar sentido a lo que vemos.
Este proceso puede clasificarse en dos tipos. En primer lugar, llevando los estímulos nerviosos desde los órganos receptores hacia el sistema nervioso central (aferente). Y, segundo, trasladando las respuestas del sistema nervioso central a los órganos o sistemas periféricos (eferente).
La vía aferente comienza cuando la luz estimula los fotorreceptores de la retina (conos y bastones), que sinaptan con células bipolares, estas sinaptan con células ganglionares, las que se consideran la primera neurona de la vía. Los axones de las células ganglionares de la retina forman el nervio óptico. Antes de su acceso al cerebro tiene lugar el cruzamiento de parte de las fibras en el quiasma óptico. Superado el quiasma, las fibras reciben el nombre de tracto óptico o cintilla óptica. La cintilla proyecta hacia el NGL del tálamo, núcleo de relevo y vía principal entre la retina y la corteza estriada.
Las vías eferentes también se conocen como vías motoras, ya que la mayoría llevan las respuestas a los músculos o las glándulas e inervan los músculos del ojo, parpados, el músculo ciliar (de la acomodación) y el esfínter pupilar.
El óptico-optometrista, mediante exámenes visuales con controles de agudeza visual y visión periférica y binocular, fondo de ojo, control oculomotor, reflejos pupilares y otros, es capaz de detectar alteraciones neurológicas reduciendo así los riesgos derivados de las patologías asociadas.
En medicina se utilizan diferentes términos para designar los procesos fisiológicos, patológicos, signos, síntomas, enfermedades, estructuras entre muchas otras más. De las cuales en el sistema nervioso podemos destacar las palabras aferente y eferente.
«Las vías aferentes son elementos que forman parte del sistema nervioso central»
¿Qué significa aferente?
La palabra aferente de acuerdo a su origen etimológico significa aquellos elementos del sistema nervioso que tienen la labor de llevar diversas señales e impulsos nerviosos desde el exterior hacia lo más interno de un órgano o estructura cerebral.
¿Para qué sirve el aferente?
Las vías aferentes son 5 y están conformadas por neuronas especializadas que sirven como un medio de transporte para la información relacionada con las funciones sensoriales. Por tal razón, su importancia en el sistema nervioso central radica en la llevada de impulsos a través de las neuronas, hacia lugares como el cerebro y la corteza cerebral.
«Mientras la aferente recibe información sensitiva, la eferente envía la respuesta motora»
Estas vías aferentes además tienen contacto directo con las siguientes regiones de nuestro cuerpo:
- Tálamo, sustancia gelatinosa, lemnisco medial, corteza sensitiva para enviar información relacionada con la temperatura, presión y el tacto no discriminativo.
- Tronco encefálico, sustancia reticular, tálamo, hipotálamo y sistema límbico para transmitir el dolor sordo.
- Cerebelo con sus pedúnculos y el tálamo para enviar la sensibilidad inconsciente.
- Colículo superior, ojos, cabeza y tronco para responder a estímulos visuales.
- Médula oblongada para intervenir en el movimiento.
Resúmenes
El sistema linfático es una compleja red de vasos delgados, válvulas, conductos, ganglios y órganos. Éste ayuda a proteger y mantener los fluidos del organismo produciendo, filtrando y transportando linfa y a la vez produciendo varios glóbulos.
Los ganglios linfáticos cumplen una función importante en la defensa del cuerpo contra las infecciones. La causa más común de la inflamación de los ganglios linfáticos es la infección, lo cual puede ocurrir aunque la infección sea leve.
Esta es una ampliación de un ganglio linfático. Para comprender mejor su función, veamos un corte transversal.
Aferente quiere decir “hacia”. Los vasos linfáticos aferentes llevan los fluidos no filtrados al ganglio linfático para que sean filtrados.
Eferente significa “lejos de”. Los vasos eferentes llevan los fluidos limpios lejos del ganglio linfático, hasta el sistema cardiovascular en donde ayudan a formar el plasma de la sangre.
En general, funciona como un sistema biológico de filtración. Cuando el cuerpo es invadido por organismos externos, la dolorosa inflamación que a veces se siente en el cuello, las axilas, la ingle o las amígdalas, proviene de los microorganismos que están siendo atrapados por grupos de células o ganglios linfáticos.
Con el tiempo, estos organismos son destruidos y eliminados por las células que recubren las paredes de los ganglios linfáticos. Entonces el dolor y la inflamación se reducen.
La médula espinal es una estructura del sistema nervioso central, que se encarga de recibir y enviar informaciones sensitivas y motoras, mediante unas vías ascendentes o aferentes y descendentes o eferentes.
«Tanto la vía aferente como la eferente forman parte de los tractos de la médula»
¿Qué tipo de información transmiten las vías eferentes?
A diferencia de la vía aferente que recibe los estímulos sensitivos de los receptores localizados en distintas zonas del cuerpo; la vía eferente al salir de la médula se encarga de enviar los impulsos nerviosos que activan los músculos y la función de las vísceras.
¿De dónde provienen las vías eferentes?
Los núcleos de los tractos descendentes provienen tanto de la corteza cerebral como del tronco del encéfalo. De acuerdo a la anatomía del sistema nervioso, esos tractos salen del corteza motora primaria, mesencéfalo, núcleos vestibulares, sustancia reticular y de la médula oblongada.
¿Qué función cumplen las vías eferentes?
Aunque todos los tractos tienen funciones con respecto a los movimientos, todas cumplen un rol diferente. A continuación, una breve descripción de la función de cada vía descendente:
- Vía piramidal. Es la principal encargada del movimiento, ya que controla tanto los movimientos axiales, como del tronco y las extremidades.
- Rubroespinal. Controla el tono muscular.
- Tectoespinal. Participa en los reflejos de ojos, cabeza y cuello.
- Vestibuloespinal. Mantiene la gravedad.
- Reticuloespinal. Participa en la postura y la locomoción.
- Rafespinal. Trabaja controlando la comunicación entre las neuronas sensitivas.
¿Qué enfermedades producen la alteración de las vías eferentes?
Al hablar de las enfermedades de la vía eferente, debemos tener en cuenta que estas son generadas cuando se presentan bloqueos e interrupciones en el recorrido de las funciones motoras. En estos casos, encontramos afectaciones tanto sensitivas como motoras, ya que la señal que indica las sensaciones no puede ser respondida adecuadamente.
Es por esa razón, que las neuronas del sistema nervioso central se afectan, ocasionando lesiones medulares que incluyen parálisis, reflejos abolidos, bajo tono muscular, pérdida de la sensibilidad, y trastornos vesicales.
Conoce más detalles sobre las vías aferentes y sus respectivas funciones.
Por la Dra. Antonia Angulo Jerez
Profesora de Audiología de SAERA y profesora de Anatomía y Embriología Humana de la Universidad de Alicante
En todos los sistemas sensoriales, el estímulo exterior es captado por el receptor periférico cuyas células sensoriales transforman la señal a estímulo nervioso. Después se procesa la información en distintos niveles o escalones del sistema nervioso central constituyendo una vía nerviosa sensorial aferente o ascendente con su correspondiente respuesta de control eferente o descendente que llega hasta el órgano receptor periférico.
En el sistema auditivo, la vía auditiva central aferente y eferente consta de 7 niveles o regiones nerviosas del encéfalo con neuronas conectadas entre sí.
En el interior del canal de Rosenthal, en torno al modiolo de la cóclea, se aloja el ganglio espiral de Corti. Sus neuronas constituyen el primer nivel de la vía auditiva aferente, ya que las dendritas sinaptan con las células sensoriales y los axones, integrantes del nervio coclear, contactan con las neuronas de los núcleos cocleares del tronco del encéfalo. De aquí parten proyecciones paralelas ipsilaterales y contralaterales, que tras hacer sinapsis en núcleos del complejo olivar superior, cuerpo trapezoides y lemnisco lateral, convergen en el colículo inferior para luego continuar hacia el cuerpo geniculado medial y alcanzar finalmente la corteza auditiva, en el lóbulo temporal, donde se hace consciente la percepción del sonido.
Fibras de la vía auditiva eferente llegan al órgano de Corti haciendo un control central de las señales aferentes al sistema nervioso.
Resulta natural asociar los conceptos «neurona» y «cerebro». A fin de cuentas, las neuronas son el tipo de célula al que normalmente atribuimos la posibilidad de pensar, razonar y, en general, realizar tareas relacionadas con el intelecto.
Sin embargo, las neuronas también son una parte esencial de los nervios que recorren todo nuestro cuerpo (junto a las células gliales). No resulta extraño, si tenemos en cuenta cuál es la función de estas fibras nerviosas: hacer que cierto tipo de información viaje a través de nuestros órganos y tejidos celulares. Ahora bien, aunque todas estas vías de transmisión de datos hacen básicamente lo mismo, existen ciertos matices y diferencias entre ellas que hacen posible que las podamos clasificar según su función. Por eso hablamos de la diferencia entre la vía aferente y la vía eferente.
Aferencia y eferencia: una letra lo cambia todo
Para entender los conceptos de lo aferente y lo eferente es muy útil imaginarse el funcionamiento del sistema nervioso tal y como lo hacen los psicólogos cognitivos, que utilizan la metáfora del ordenador como modelo descriptivo de las redes neuronales. Según esta metáfora, tanto el cerebro como todo el sistema nervioso funciona de manera similar a como lo hace un ordenador; tiene una parte de su estructura dedicada a estar en contacto con el entorno que le rodea y otro que se dedica a trabajar con datos que ha almacenado y procesado para obtener nueva información.
Así, las neuronas del encéfalo y la médula espinal serían esta parte «interna» del ordenador, mientras que los nervios que brotan de la columna vertebral y llegan a los rincones más recónditos del cuerpo son la parte en contacto con lo exterior.
Esta última parte del sistema nervioso, llamado sistema nervioso periférico, es donde se encuentran las vías aferentes y las eferentes, que son los canales de entrada y de salida del sistema nervioso central, respectivamente.
Las vías por donde viaja la información sensorial
Así pues, por las vías aferentes viaja toda la información que entra a través de las neuronas sensoriales, es decir, las que transforman la información que recogen los sentidos y las transforman en impulsos nerviosos. En cambio, las vías eferentes son las encargadas de propagar los impulsos eléctricos que están destinados a activar (o desactivar) ciertas glándulas y grupos musculares.
De este modo, si nos quisiéramos ceñir a un esquema explicativo simple sobre lo que es una aferencia y una eferencia, diríamos que la primera informa al sistema nervioso central sobre lo que ocurre en el resto del cuerpo y en los datos acerca del entorno que este recibe, mientras que las neuronas eferentes se ocupan de «transmitir las órdenes» e iniciar la acción.
Del mismo modo, la palabra aferencia sirve para designar a la información que viaja por estas vías del sistema nervioso periférico, mientras que el término eferencia se utiliza para referirse a la salida (o output) de datos que va desde el sistema nervioso central hasta fibras musculares y glándulas encargadas de liberar todo tipo de sustancias y hormonas.
Una ayuda para recordar mejor
La distinción entre lo aferente y lo eferente es muy útil para entender cómo percibimos y actuamos sobre el entorno, pero también puede resultar bastante problemático porque es fácil confundir ambos términos y utilizarlos para designar lo contrario de lo que se quiere decir.
Afortunadamente, utilizando sencillos trucos mnemotécnicos es muy fácil acordarse de qué es cada cosa, y el hecho de que estas palabras solo se diferencien por una letra hace que recordando una se recuerde también la otra. Por ejemplo, puede relacionarse la “a” de “aferente” con la a de arrival (“llegada” e inglés), y la “e” de “eferente” con la primera letra de “envío”.
¿Neuronas peones?
Las vías aferentes y eferentes hacen pensar en un funcionamiento jerarquizado del sistema nervioso: mientras que unos grupos neuronales informan sobre lo que pasa en el resto del cuerpo y transmiten órdenes para poner en práctica planes, estrategias y protocolos de actuación, otros realizan la toma de decisiones y dan las órdenes que otras cumplirán. Sin embargo, el funcionamiento de nuestro sistema nervioso no es tan simple como se puede intuir en esta visión tan esquemática de los viajes que realiza la información nerviosa a lo largo y ancho de nuestro cuerpo, por dos motivos básicos.
El primero es que las neuronas aferentes y eferentes no se limitan a transmitir información de manera pasiva: también hacen que esta se transforme. Lo que llega a la médula espinal y a las glándulas y los músculos es una ráfaga de datos cuya forma depende en buena parte de cómo ha encontrado todas y cada una de las neuronas por las que ha viajado.
El segundo motivo es que, si bien es cierto que la toma de decisiones depende más del cerebro que de las redes neuronales del sistema nervioso periférico, no está claro quién manda sobre quién, porque todas ocupan un lugar en un ciclo de datos.
A fin de cuentas, las neuronas aferentes mandan una información al encéfalo sin la cual no se pueden iniciar planes de acción, y el modo en el que las vías eferentes transmitan la información tendrá un impacto sobre el cuerpo y el entorno que luego afectará a las neuronas aferentes y, por lo tanto, al cerebro. Pensemos, por ejemplo, en el hecho de guardar una caja de galletas para no caer en la tentación de picar entre horas: una modificación del entorno hace que luego pensemos y sintamos de manera distinta a como lo haríamos con la caja de galletas a la vista.
En definitiva, puede que las neuronas aferentes y eferentes tengan una tarea más simple y fácil de estudiar que la de las células nerviosas del encéfalo, pero siguen teniendo un papel vital en nuestro día a día.