Ambito belico de carlos monsivais

mostrar Introducción

Carlos Monsiváis (1938-2010) es uno de los autores más innovadores e influyentes del siglo xx mexicano. Su obra, extendida en un número inabarcable de páginas –muchas de ellas aún por recopilar–, representó una ampliación y redefinición de la noción misma de literatura en México y América Latina. El núcleo de su obra consiste en su trabajo en el género de la crónica urbana o “crónicas-ensayos”. Monsiváis expande las posibilidades de la escritura literaria en México al integrar a ella elementos e ideas provenientes de formas culturales tradicionalmente consideradas liminares o menores, como el periodismo, los registros mediáticos y populares y el humor.

De esta manera, la obra de Carlos Monsiváis apuesta por una forma de escritura que registra la cultura mexicana y latinoamericana desde una pluralidad que se manifiesta en la forma, a través de recursos retóricos (como el discurso libre indirecto) que le permiten captar una diversidad de voces sin cooptarlas del todo, a la vez que la voz crítica e identificable del intelectual público convive a través de una escritura capaz de emitir juicios intelectuales y de intervenir en los debates de la sociedad civil. A partir de aquí, la obra de Monsiváis participa de conversaciones referentes a la tradición literaria mexicana, el cine, los movimientos sociales y la cultura popular, permitiendo a la literatura un rol inusitado de participación en los temas generados por la vertiginosa modernización que consume a México desde los años cincuenta en adelante.

Por esta razón, aunque Monsiváis no se restringe a ello, es importante tener en mente la centralidad de lo urbano: es precisamente a partir la explosión demográfica, cultural y social de la ciudad de México que la obra de Monsiváis adquiere un archivo sobre el cual trabajar.

mostrar Noticia vital

Carlos Monsiváis Aceves nació el 4 de mayo de 1938 en la ciudad de México. De acuerdo con lo que él mismo consigna en su Autobiografía precoz (1966), perteneció a una “familia esencial, total, férvidamente protestante” de la clase media, y su juventud fue marcada en parte por las profundas transformaciones sufridas por la ciudad de México en las modernizaciones encabezadas por el regente Ernesto P. Uruchurtu entre los años 1952 y 1966.[1] A estos factores biográficos se puede atribuir su interés inicial en la tradición del liberalismo –que, siendo de extracción protestante, garantizaba la separación entre Iglesia y Estado y la libertad de cultos– y la crónica urbana, cuyas profundas transformaciones atestiguó a lo largo de su obra. Además de realizar estudios en las Facultades de Economía y de Filosofía y Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México, Monsiváis inició muy joven su trayectoria de escritor, periodista y editor, particularmente a partir de su trabajo en Medio Siglo y Estaciones a mediados de los años cincuenta. Su principal trabajo editorial, sin embargo, lo realizó entre 1972 y 1987, como director del suplemento «La Cultura en México» de la revista Siempre!, desde el cual entabló varias polémicas, incluido su muy conocido debate con Octavio Paz. Monsiváis fue una figura omnipresente en la vida pública mexicana, con presencia en una cantidad considerable de foros periodísticos, académicos y de la sociedad civil, desde los que produjo una de las obras más copiosas y heterogéneas de la literatura mexicana contemporánea. Participó asimismo en la defensa de las minorías sexuales, los estudios de la cultura protestante, distintas movilizaciones sociales y electorales de la izquierda y muchas otras causas. Asimismo, conforme su reconocimiento crecía, fue interlocutor privilegiado del trabajo académico y crítico de intelectuales a lo largo del continente americano y la península ibérica. Tras años de infatigable tarea intelectual, Carlos Monsiváis murió el 19 de junio de 2010.

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Notas

mostrar El núcleo cronístico

mostrar El Nuevo catecismo

La obra de Monsiváis tiene una interesante anomalía que merece una breve consideración por separado. Se trata del Nuevo catecismo para indios remisos (1982), texto que ha sido sujeto de revisiones y adendas desde su publicación original. Es el único libro de narrativa publicado por Monsiváis, integrado por un conjunto de fábulas que recrean las interacciones entre evangelizadores e indígenas. Este dispositivo tiene antecedentes interesantes en la cuentística latinoamericana, entre los que destaca “El eclipse” de Augusto Monterroso. Ayuda a Monsiváis a poner en escena de manera alegórica algunas cuestiones contemporáneas relacionadas con la fe, las relaciones de poder y dominación y los rituales de poder. El libro ha sido objeto de poca atención crítica en general, hasta muy recientemente. Arturo Dávila ha propuesto una lectura expansiva del texto relacionada con debates críticos de la teoría poscolonial que toma en serio lo que parece un dispositivo cómico e ilumina la forma en que Monsiváis despliega formas de poder que se encuentran inscritas en las áreas profundas del legado histórico mexicano.[10] Más recientemente, Raquel Serur editó el volumen La excentricidad del texto, en el cual el libro emerge, a través de lecturas de autores tan diversos como Luis Miguel Aguilar, Rafael Barajas ‘El Fisgón’ y Sergio Pitol como un libro de gran importancia y originalidad en la tradición narrativa mexicana.[11]

Notas

mostrar Crítica literaria, cultural, de arte y cinematográfica

mostrar Una obra aún incompleta

A manera deepílogo, conviene recordar que la obra de Carlos Monsiváis, pese a los muchosvolúmenes que tenemos a la mano, sigue irremediablemente dispersa. Varioslibros fundamentales fueron publicados en editoriales extintas o llevan variosaños fuera de circulación o son parte de acervos de editoriales estatales quecirculan muy poco. Existen muchos de sus ensayos por coleccionarse. Aunqueexisten esfuerzos recientes, como la recopilación de sus ensayos sobre géneroen los libros Que se abra esa puerta (2010)y Misógino feminista (2013), notenemos una buena recopilación de sus escritos sobre arte o de muchos de sustrabajos publicados en periódicos y revistas. No existe tampoco una recopilaciónque haga disponible al lector mexicano los muchísimos trabajos fundamentalesque Monsiváis publicó en revistas académicas de los Estados Unidos y AméricaLatina. Toda lectura presente de Monsiváis es necesariamente tentativa, puestoque el ordenamiento futuro de considerables áreas de su obra tiene el potencialde seguir revisando y reinterpretando a ese intelectual que perdimos demasiadopronto.

mostrar Bibliografía

mostrar Enlaces externos

«La aportación de Carlos Monsiváis fue convertir la crónica periodística en un género hibrido más cercano a la literatura y a la narrativa literaria que a la coyuntura periodística. Además de ser el escritor que logró introducir como tema de interés periodístico la poesía mexicana, sobre todo de los contemporáneos y del siglo XIX»
Jenaro Villamil
Periodista y Escritor mexicano
2013
 

Carlos Monsiváis nació el 4 de mayo de 1938 en la Ciudad de México. Siendo uno de los autores más innovadores e influyentes del Siglo XX mexicano, reconocido en el medio periodístico, intelectual y literario como el único escritor y cronista mexicano capaz de realizar de forma aguda y desenfadada una crítica del México contemporáneo y abordar con ironía y particular sentido de crítica lo mismo los temas de alta cultura como de la cultura popular, el cine, los movimientos sociales, la política, el espectáculo, el futbol y hasta a los grandes personajes históricos o los medios de comunicación[1]

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Monsiváis fue una figura omnipresente en la vida pública mexicana, con presencia en una cantidad considerable de foros periodísticos, académicos y de la sociedad civil, desde los que produjo una de las obras más copiosas y heterogéneas de la literatura mexicana contemporánea. Participó asimismo en la defensa de las minorías sexuales, los estudios de la cultura protestante, distintas movilizaciones sociales y electorales de la izquierda y muchas otras causas[2].

Carlos Monsiváis es uno de los pocos críticos que recorre transversalmente a la literatura mexicana para darle una vigencia histórica y social más allá del texto mismo, de modo que, ha sido considerado como uno de los mejores cronistas del periodismo mexicano. Publicó principalmente crónica, mezclada con ensayo y cuento recogidas en “Días de guardar”, “Amor perdido”, “Escenas de pudor y liviandad” y “Entrada libre”, aunque al haber sido un intelectual atento a todos los temas de la vida cultural en el país, también desarrollo la crítica literaria[3].

Como crítico sobresalen sus antologías, entre ellas, ”La poesía mexicana del siglo XX” que ofrece los más amplios panoramas de la lírica mexicana; también escribió cerca de 100 prólogos sobre obras literarias, históricas y de cultura popular, entre los que destacan los hechos a las obras de Ignacio Manuel Altamirano, Manuel Payno y Salvador Novo[4].

Por su obra y aportaciones culturales Monsiváis ha sido reconocido con diversos galardones entre los que destacan: El Premio Nacional de Periodismo, en crónica (1977); el Premio Jorge Cuesta 1986; el Premio Manuel Buendía 1988; Premio Mazatlán de Literatura 1988 por “Escenas de pudor y liviandad”; Premio Xavier Villaurrutia 1995 por “Los rituales del caos”; la Orden Gabriela Mistral 2001 otorgada por el Gobierno de Chile; la Medalla al Mérito 2003 otorgada por la Universidad Veracruzana y el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la rama de Literatura 2005[5].

Es importante señalar que Carlos Monsiváis ingresó como investigador al antiguo Departamento de Investigaciones Históricas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a invitación de Enrique Florescano, y fundó el “Seminario de la Cultura” junto con José Emilio Pacheco, José Joaquín Blanco, entre otros. El seminario se desarrolló durante 14 años, como un proyecto dedicado a profundizar en el proceso de formación de una cultura nacional, abordando sus expresiones más prestigiosas y clásicas como la literaria y, a la vez, estudiando la raíz popular. Asimismo, en la Dirección de Estudios Históricos (DEH), Monsiváis coordinó el “Taller del Libro”, de 2003 a 2010, con el objetivo de leer y discutir lo que el intelectual llamaba “los Best Sellers del siglo XIX”, es decir, las lecturas más notorias y difundidas de esa época que informaron y formaron a la tradición conservadora mexicana. El escritor también marcó muchos de los enfoques desarrollados en el INAH, donde su presencia siempre fue un estímulo intelectual y una provocación para observar la historia como un compromiso con el presente.

En 2015, con la finalidad de mantener vigente el legado intelectual de Carlos Monsiváis (1938-2010), explorar su aportación en el análisis y la difusión de la cultura popular mexicana, reconocer y divulgar el sentido crítico y los estilos innovadores de las crónicas escritas, así como su influencia en otros autores, el INAH fundó la “Cátedra Monsiváis” para promover el estudio de su obra y la influencia que ha ejercido entre autores nacionales y extranjeros; el ejercicio de la crónica, el ensayo y la historia, así como, alentar la indagación sobre la cultura popular, la identidad nacional, los procesos de laicización, de ciudadanización, de rebeldía y resistencia, y reconocer y registrar los avances y retrocesos en materia de derechos humanos, desde un humanismo radical que coloca lo “marginal al centro”[6].

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Es de destacar que este gran polígrafo mexicano, además de su desempeño en la crónica y suplementos culturales, su comprometida participación en los movimientos sociales, su opinión e ideas políticas vertidas con su particular ironía en las crónicas de “Por mi madre bohemios”, también realizó una importante labor como promotor e impulsor de empresas culturales, proyectos o aventuras de variada naturaleza, donde participó con intelectuales y artistas contemporáneos que conformaron un grupo muy importante para la cultura nacional de los años cincuenta y ochenta del siglo pasado, enriqueciendo el ámbito cultural mexicano.

En este sentido impulso proyectos editoriales como: Ediciones Era, Unomásuno, Proceso, Vuelta, Nexos, Chamuco y La Jornada. Como crítico de cine con su participación radiofónica en los programas “Voz Viva de México” y “Nuevo Cine”, además del programa con Nancy Cárdenas, de Radio UNAM “El Cine y la Crítica”, que duró diez años al aire. Asimismo su relación con el ámbito musical y del espectáculo como letrista de la banda los Tepetatles, una parodia a The Beatles, su incursión como como extra en varias películas, como los Caifánes, y su relación con artistas del espectáculo y de la canción vernácula. Sin olvidar sus colecciones, de juguetes, miniaturas, revistas, fotos entre otras[7].

El escritor del pueblo y cronista de la cultura popular, abordó la realidad política, social, histórica, cultural, literaria, poética, etc., de la evolución del país en el Siglo XX y principios del Siglo XXI, examinó incisivamente el rol que ejercieron los medios de comunicación masivos en la conformación de la cultura nacional. Sus aportaciones fueron planteamientos muy valiosos que permiten entender cómo paralelamente al desarrollo del Estado mexicano y de las políticas nacionalistas de cultura, las industrias culturales fortalecieron este proceso y crearon nuevas culturas mediáticas que gradualmente fueron cimentando a la sociedad moderna de finales del siglo xx[8].

Frases de Carlos Monsiváis

  • «¿Hasta qué punto es responsable de sus actos una persona abandonada, sin recursos ni capacidad específica, enloquecida por los malos tratos, la indiferencia y la imposibilidad de alimentar a los suyos?»
  • «La flojera del mexicano más bien se llama desempleo».
  • «Falso que los de la clase gobernante seamos racistas. Los racistas son los indios y los nacos y la plebe y el infelizaje, que prefieren fracasar con tal de no tratarnos».
  • “Hasta los más apartados rincones de México han acudido el PRI, la Coca-Cola, y la noción del complejo de Edipo”.
  • “¿Cómo detener en las clases populares la violencia contra los niños que con tanta frecuencia culmina en el asesinato, sin erradicar la miseria extrema y sin intensificar el proceso educativo?”
  • “La verdad es lo social, lo social es la verdad”.
  • “Poseo luego existo”.
  • “O ya no entiendo lo que está pasando o ya pasó lo que estaba yo entendiendo”.

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