
Sinónimo de aparecer
27 sinónimos de aparecer en 5 sentidos de la palabra aparecer:
Ponerse a la vista una cosa que estaba oculta:
1 manifestarse, mostrarse, presentarse, exhibirse, parecer.Ejemplo: El Sol aparece por el horizonte.
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Ser encontrado algo que se había perdido:
2 encontrarse, hallarse, parecer.Ejemplo: ¡Aparecieron mis gafas!Antónimo: desaparecer
Ir alguien a cierto sitio donde es visto por otros:
3 presentarse, personarse, dejarse caer, hacer acto de presencia, asistir, ir, parecer.Ejemplo: Aparece de vez en cuando en las reuniones.
Empezar a existir cierta cosa:
4 salir, brotar, surgir, originarse, empezar, comenzar, nacer.Ejemplo: Apareció otra variante del virus.
Estar en cierto sitio juntamente con otros u otras:
5 hallarse, encontrarse, estar, figurar, salir.Ejemplo: En esta lista aparecen los seleccionados.
6 ¿No encontraste el sinónimo que buscabas?
Escribe a continuación una frase o un pequeño texto usando «aparecer» y lo reescribiremos con nuevos sinónimos.
Contenido revisado en marzo de 2023. Lingüista responsable: María Labarca
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aparear
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aparecer
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Comparecer, y no aparecer, es el verbo adecuado para referirse a que alguien se presenta a una convocatoria o cita programada previamente, como en un juicio.
Sin embargo, se encuentran usos en prensa como «Paris Hilton no ha dudado en aparecer ante el juez para ofrecer un sobrecogedor testimonio» o «Bankman-Fried apareció ante el juez en Nueva York acusado de ocho graves delitos de fraude».
El Diccionario del estudiante, de la Real Academia Española, define comparecer como ‘presentarse alguien en un lugar donde ha sido citado o donde se le espera’ o ‘presentarse alguien como testigo o parte en un lugar, especialmente en un tribunal’, mientras que aparecer se recoge con el sentido de ‘llegar alguien a un lugar, frecuentemente por sorpresa o repentinamente’. Por ello, resulta más preciso reservar el verbo aparecer para situaciones en las que alguien se deja ver en algún lugar y utilizar comparecer para los casos en los que acude a una cita en la que se le espera o a la que ha sido convocado.
Por ello, en los ejemplos anteriores habría sido conveniente escribir «Paris Hilton no ha dudado en comparecer ante el juez para ofrecer un sobrecogedor testimonio» y «Bankman-Fried compareció ante el juez en Nueva York acusado de ocho graves delitos de fraude».
La Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), promovida por la Agencia EFE y la RAE, recuerda que comparecer, y no aparecer, es el verbo adecuado para referirse a que alguien se presenta a una convocatoria o cita programada previamente, como en un juicio.
Sin embargo, se encuentran usos en prensa como Paris Hilton no ha dudado en aparecer ante el juez para ofrecer un sobrecogedor testimonio o Bankman-Fried apareció ante el juez en Nueva York acusado de ocho graves delitos de fraude.
El Diccionario del estudiante, de la Real Academia Española, define comparecer como presentarse alguien en un lugar donde ha sido citado o donde se le espera o presentarse alguien como testigo o parte en un lugar, especialmente en un tribunal, mientras que aparecer se recoge con el sentido de llegar alguien a un lugar, frecuentemente por sorpresa o repentinamente.
Por ello, resulta más preciso reservar el verbo aparecer para situaciones en las que alguien se deja ver en algún lugar y utilizar comparecer para los casos en los que acude a una cita en la que se le espera o a la que ha sido convocado.
En ese sentido, en los ejemplos anteriores habría sido conveniente escribir Paris Hilton no ha dudado en comparecer ante el juez para ofrecer un sobrecogedor testimonio y Bankman-Fried compareció ante el juez en Nueva York acusado de ocho graves delitos de fraude.
La FundéuRAE (www.fundeu.es), promovida por la Agencia EFE y la Real Academia Española (RAE), tiene como principal objetivo el buen uso del español en los medios de comunicación.
Madrid, 27 mar (EFE).- La Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), promovida por la Agencia EFE y la RAE, recuerda que “comparecer”, y no “aparecer”, es el verbo adecuado para referirse a que alguien se presenta a una convocatoria o cita programada previamente, como en un juicio.
Sin embargo, se encuentran usos en prensa como “Paris Hilton no ha dudado en aparecer ante el juez para ofrecer un sobrecogedor testimonio” o “Bankman-Fried apareció ante el juez en Nueva York acusado de ocho graves delitos de fraude”.
El “Diccionario del estudiante”, de la Real Academia Española, define “comparecer” como ‘presentarse alguien en un lugar donde ha sido citado o donde se le espera’ o ‘presentarse alguien como testigo o parte en un lugar, especialmente en un tribunal’, mientras que “aparecer” se recoge con el sentido de ‘llegar alguien a un lugar, frecuentemente por sorpresa o repentinamente’.
Por ello, resulta más preciso reservar el verbo “aparecer” para situaciones en las que alguien se deja ver en algún lugar y utilizar “comparecer” para los casos en los que acude a una cita en la que se le espera o a la que ha sido convocado.
En ese sentido, en los ejemplos anteriores habría sido conveniente escribir “Paris Hilton no ha dudado en comparecer ante el juez para ofrecer un sobrecogedor testimonio” y “Bankman-Fried compareció ante el juez en Nueva York acusado de ocho graves delitos de fraude”.
La FundéuRAE (www.fundeu.es), promovida por la Agencia EFE y la Real Academia Española (RAE), tiene como principal objetivo el buen uso del español en los medios de comunicación. EFE
feu/lml
Gastos fijos obligatorios
Son aquellos gastos necesarios que se repiten periódicamente, por lo que se sabe con antelación cuándo hay que pagarlos y qué cantidades se deben abonar. En esta categoría se encuentran los gastos de vivienda, educación, seguros, impuestos y préstamos, entre otros. Estos pagos no suelen admitir demora y pueden conllevar penalizaciones en caso de retraso, lo que supondría un incremento de la deuda.
Los gastos fijos obligatorios son prioritarios y deben abonarse primero. Por lo tanto, si hubiera dificultades para pagarlos, convendría reducir los gastos en las otras categorías o, si la situación no mejorara, intentar renegociar la deuda con los acreedores.
Gastos variables necesarios
Esta categoría, igual que la anterior, se compone de aquellos gastos que son necesarios para la vida cotidiana. Sin embargo, en este caso, las cantidades no son fijas ya que pueden reducirse o aumentarse según las circunstancias. Esto ocurre, por ejemplo, con la cesta de la compra. Es un gasto necesario, pero podría reducirse, si fuera preciso, con pequeños gestos de ahorro como adquirir productos de marca blanca en vez de marcas conocidas o comparar precios entre supermercados para diversificar la compra en función de los mismos. En esta categoría entran también los gastos de transporte, ropa, electricidad, agua, etc. Todos ellos se podrían reducir, si hubiera aprietos para satisfacer los gastos fijos obligatorios.
Gastos superfluos o discrecionales
Son gastos prescindibles, aunque muchas veces no se tenga conciencia de que lo son. El café a media mañana, la compra impulsiva al pasar por un escaparate, la suscripción a un servicio que se usa poco… constituyen los gastos habituales que entran en esta categoría. En conjunto, pueden afectar negativamente a la economía familiar por lo que siempre es beneficioso reducirlos y, si fuera preciso, eliminarlos.
Gestión del dinero
Economía doméstica: cómo controlar los gastos del día a día y planificar el futuro
La economía familiar es la rama de la economía que estudia el hogar como una unidad de gestión y actividad económica. Aborda, por tanto, la forma en que las familias gastan, ahorran, se endeudan o invierten sus recursos. Una buena gestión de la economía doméstica es fundamental para satisfacer las necesidades diarias de los miembros del hogar y mantener una buena salud financiera, que permita hacer frente a imprevistos y afrontar los planes de futuro a los que se aspira.
El ahorro
Esta categoría es quizá una de las más difíciles de controlar. Los gastos discrecionales varían mucho y van asociados a los deseos y necesidades del individuo en cada momento, por lo que tienen una carga emocional que, a veces, no permite ver la situación financiera con claridad. El presupuesto ayuda a reflexionar sobre estos gastos para verlos como lo que suelen ser: una merma en los ingresos que no revierte en una mejora significativa de la calidad de vida. Eso no quiere decir que, cuando la situación económica lo permita, no haya un hueco para darse un capricho o gastar algo en ocio, pero si hay problemas para pagar los gastos necesarios, los discrecionales deberían ser los primeros en recortarse.
Un presupuesto que refleje correctamente los gastos, debería incluir también el ahorro como un gasto más, pero ¿cuánto habría que destinar a esta categoría? A priori, resulta difícil “renunciar” a una cantidad mensual, aunque suponga un beneficio en el futuro. La regla 50-20-30 puede ser una buena guía. Consiste en dividir los ingresos mensuales en los siguientes porcentajes: 50% para gastos obligatorios y gastos necesarios, 30% para gastos discrecionales y 20% para el ahorro.
Un buen truco para evitar la tentación de gastar ese 20%, es descontar el porcentaje destinado al ahorro en cuanto llegue el ingreso y meterlo, por ejemplo, en una cuenta de ahorro. Así se contará únicamente con las cantidades destinadas a los demás gastos y mientras tanto, los ahorros irán creciendo gracias a los intereses.
En definitiva, el presupuesto es una herramienta con la que se aprende, no solo a tener una mejor salud financiera sino a gastar mejor, permitiéndole a la persona afrontar cualquier emergencia financiera que se le presente y cumplir todas sus metas de ahorro, sin perder calidad de vida.