
Sima se refiere a una cavidad muy profunda en la tierra (Desde el helicóptero se divisaba una gran sima). Cima, por su lado, designa la parte más alta de algo (Está en la cima de su carrera).
Las palabras “sima” y “cima” son homófonas para los hispanohablantes de América, donde la S y la C se pronuncian de la misma manera. Esto quiere decir que ambos términos suenan fonéticamente igual, pero su significado es diferente y se escriben distinto. En la oralidad, al oír alguna de estas formas, podemos no saber cómo se escribe, por eso se pueden generar confusiones.
¿Cuándo se usa cada una?
- Sima. Es un sustantivo común y designa una cavidad grande y profunda que se encuentra en la tierra o un tipo de moldura cóncava formada por dos arcos distintos (también llamada escocia). Por ejemplo:
V
isitaremos una sima durante la excursión.
- Cima. Es un sustantivo común y se refiere a la parte más alta de algo, generalmente una montaña o un monte, o a la culminación, el remate o el punto más álgido que alcanza algo o alguien. Por ejemplo:
El escritor llegó a la cima con su última novela.
Ejemplos de oraciones con “sima”
- La imagen de la sima resulta imponente para los turistas.
- Toma una fotografía cuando estemos dentro de la sima.
- Una sima se puede formar a partir de un proceso de erosión.
- ¿Has visto alguna vez una sima?
- La sima de las Cotorras se encuentra en Chiapas.
- Visitaremos la sima más grande del mundo.
- La luz del sol se filtraba hacia dentro de la cavidad por la abertura de la sima.
- El guía turístico les explicó a los viajeros de qué manera se había formado la sima que estaban viendo.
- Muchos animales se refugian dentro de la sima.
- La sima tiene 120 metros de profundidad.
- Los investigadores analizan los sedimentos que recolectaron dentro de la sima.
- La joven no se acerca a la sima porque le da vértigo.
- Para poder llegar a la sima, hay que caminar varias horas.
- Los niños arrojaban piedras dentro de la sima.
- Hoy rescatarán a las personas que quedaron atrapadas en la sima.
Ejemplos de oraciones con “cima”
- La lava era expulsada con violencia desde la cima del volcán.
- El niño se trepó a la cima del árbol y ahora no puede descender.
- Lleguemos a la cima del monte y luego descansemos.
- Si no entrenan durante varios meses, jamás llegarán a la cima de la montaña.
- Le falta mucho trabajo antes de poder soñar con llegar a la cima.
- Está tan feliz que se siente en la cima de su vida.
- El automovilista ha ganado un nuevo título y está en la cima de su carrera.
- La vista del pueblo es hermosa desde la cima del cerro.
- Hizo todo lo que estaba a su alcance para poder llegar a la cima.
- En la cima de la colina se podía divisar un árbol solitario.
- Corrió hasta la cima del torreón y se quedó sin aliento.
- Los guardias vigilaban el castillo desde la cima de la torre.
- Ve a la cima de esa duna y tómame una fotografía mientras entro en el mar.
- El niño bajó corriendo a toda velocidad desde la cima de la pendiente.
- El político alcanzó la cima de su poder cuando fue electo presidente por votación popular.
Ver también:
Una sima puede ser un tipo de moldura o una cavidad natural grande y profunda en la tierra. Una cima, por su parte, es el punto más alto de un monte, un árbol, o, en sentido figurado, de una carrera, un proceso o una obra.
Como tal, sima y cima son palabras homófonas en la mayor parte del mundo hispanohablante, donde no existen distinciones fonéticas entre la s y la c.
Cuándo usar sima
Como sima se denomina una concavidad en la tierra, que se caracteriza por ser grande y profunda, como un gran abismo. La palabra también puede referirse a tipo de moldura cóncava, conocida en el ámbito de la arquitectura como escocia o nácela.
Por ejemplo:
- Una de las simas más grandes del mundo se encuentra en Venezuela.
- Las simas de los pilares tienen un magnífico acabado.
Cuándo usar cima
Cima puede referirse al punto más alto de una montaña o de un árbol. Asimismo, también puede designar, en sentido figurado, al punto más alto que alcanza una cualidad o un proceso, o al remate o perfección de alguna obra.
Por ejemplo:
- Los andinistas prevén llegar a la cima del monte la tarde de hoy.
- La cima del cerro estaba tapada por las nubes de la tarde.
- El mono se había trepado hasta la cima del árbol.
- La cima de su carrera fue la obtención del título de campeón del mundo.
- Cien años de soledad fue la cima de la literatura de Gabriel García Márquez.
Las palabras homófonas son aquellas que suenan igual pero que cuentan con distintos significados, lo que en general puede dar lugar a confusiones al momento de escribir correctamente. Este es el caso de términos como cima y sima , coser y cocer o siento y ciento , que a pesar de sonar igual no significan para nada lo mismo, motivo por el que es importante elegir el término que se adapte a lo que queremos decir si la meta es evitar errores ortográficos. En unComo.com te explicamos cuál es la diferencia entre cima y sima .
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La palabra cima es usada de forma muy habitual en nuestro lenguaje, se emplea para referirnos al punto más alto de las montañas, montes, cerros, árboles o formaciones. Ejemplo:
«Llegar a la cima del monte Everest requiere de mucho entrenamiento»
«El gato se subió a la cima del árbol y después no pudo bajar»
Esta palabra también sirve para referirse al punto más alto que alcanza una persona en su carrera, formación o vida, o el nivel más elevado de una cualidad puntual. Ejemplos:
«Gabriel García Márquez llegó a la cima de la literatura con Cien Años de Soledad»
«Al convertirse en juez llegará a la cima de su carrera»
La mitad de los presidentes que van a participar en la VIII Cumbre de las Américas, a celebrarse el 13 y 14 de abril en Lima (Perú), están acusados de corrupción.
En pocos días más (13-14 de abril), con dos agendas distintas, 35 países de las Américas (sic), celebrarán en Lima su octava reunión cumbre (CA). La una será la oficial, pero de a mentiritas: Gobernabilidad democrática frente a la corrupción. Y la otra se la cuento más adelante. Quedémonos, por ahora, con la de a mentiritas.
Sin contar al de Estados Unidos y jefes de gobierno de Canadá y los países del Caribe anglófono y francófono, 20 presidentes de nuestra América (incluido el francoparlante de Haití) estarán en Perú. Seis van de salida: Luis Guillermo Solís (Costa Rica), Juan Manuel Santos (Colombia), Horacio Cartes (Paraguay), Michel Temer (Brasil), Raúl Castro (Cuba) y Enrique Peña Nieto (México). Y siete asisten por primera vez al aquelarre: Jimmy Morales (Guatemala), Lenín Moreno (Ecuador), Martín Vizcarra (Perú), Jovenel Moise (Haití), Mauricio Macri (Argentina), Temer y el hondureño Juan Orlando Hernández.
La mitad de los que ejercen el cargo han sido acusados de corrupción. Pero el único que lo admitió fue Pedro Pablo Kuczinsky (PPK), quien acaba de renunciar a la presidencia del país anfitrión de la CA. Le siguen Macri, Temer, Cartes, J. Morales, Hernández, Daniel Ortega, Juan Carlos Varela (Panamá) y Danilo Medina (Dominicana), presidente del país con mayor cantidad de sobornos y menor acción judicial. Y Peña Nieto, a quien 270 ediciones semanales de la revista Proceso, y mil 900 diarias de La Jornada desde que asumió en diciembre de 2012, no trataron con cariño.
Ahora bien. Visto y considerando que los neoliberales odian la historia, resulta interesante observar que de 1994 a la fecha, 28 de los 84 presidentes que pasaron por las CA gozan de impunidad, más ocho que recibieron leves penas de prisión y arresto domiciliario, más cinco que están presos, más tres que esperan sentencia en tribunales de Estados Unidos, más dos que andan prófugos, y el que regresó a su país luego de proscribir su causa.
Desglosando: en ejercicio del cargo (o tras haberlo ejercido, con o sin causas abiertas por la justicia), tenemos:
De México: Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y el citado Peña Nieto; de Argentina: Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Eduardo Duhalde, Mauricio Macri; de Paraguay: Juan Carlos Wasmosy, Raúl Cubas, Luis Ángel González Macchi y Horacio Cartes; de Perú: Alan García y Alberto Fujimori (indultado por PPK); de Colombia: Andrés Pastrana y Álvaro Uribe; de Honduras: Roberto Micheletti, Porfirio Lobo y el pícaro Hernández, quien acaba de asumir en comicios fraudulentos.
Suma y sigue: Mireya Moscoso, Ernesto Balladares y Juan Carlos Varela, de Panamá, más el salvadoreño Francisco Flores, el brasileño Michel Temer, el nicaragüense Daniel Ortega, el guatemalteco Jimmy Morales y el dominicano Danilo Medina.
De los que pasaron una temporada en prisión (con penas leves o arresto domiciliario) tenemos al citado Fujimori y el guatemalteco Alfonso Portillo (extraditado a Estados Unidos en 2010 por lavado de dinero); los costarricenses Rafael Ángel Calderón, Miguel Ángel Rodríguez y Abel Pacheco; los nicaragüenses Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños, y el haitiano Joceleme Privert (por genocidio).
Guardan prisión el salvadoreño Elías Saca, el peruano Ollanta Humala y los guatemaltecos Álvaro Colom y Otto René Molina (junto con la que fue su vicepresidenta, Roxana Baldetti).
Prófugos de la justicia y con orden de captura girada a Interpol: Jamil Mahuad (Ecuador) y Alejandro Toledo (Perú). Y el ecuatoriano Abdalá Bucaram, quien regresó legalmente a su país en 2017 después de 20 años de proscripción.
En tribunales de Estados Unidos: el panameño Ricardo Martinelli (encarcelado en Miami a pedido de la justicia de su país que lo acusa de espionaje y corrupción); el boliviano Gonzalo Sánchez de Losada (juzgado en Fort Lauderdale, por la matanza de civiles en septiembre de 2003) y el hondureño Rafael Leonardo Callejas (extraditado en 2015 a raíz del sonado caso FIFA-gate).
Nota para Ripley: en 2004, durante la 34 Asamblea de la OEA, el costarricense Miguel Ángel Rodríguez fue nombrado (por aclamación) secretario general del organismo internacional. Pero una semana después, lo metieron preso en su país por corrupción.
Entonces, en sustitución de Rodríguez, Washington propuso de candidato al salvadoreño Francisco Flores. Iniciativa que se cayó después que la justicia descubrió que Flores había desviado 34 millones de dólares de instituciones estatales, a cuentas particulares y de empresas privadas. ¿Y cuál era el tema central de la 34 asamblea? Adivinó: La lucha contra la corrupción.
Resumiendo: desde la primera reunión de las CA, 47 de los 84 presidentes de a sombrero (o sea, 56 por ciento de los descritos en el primer artículo de esta serie) estuvieron lejos de responder al mandato de sus pueblos. Pero bueno: como dirían Mario Vargas Llosa, el terrorista cubano Carlos Alberto Montaner, Andrés Oppenheimer y los chicos inteligentes de Letras Libres, Nexos y el Grupo Milenio, lo peligroso es el populismo.
Por consiguiente, resta hablar de la verdadera agenda de la Cumbre de Lima: Como seguir jodiendo a Venezuela. No vaya a ser que el tema central de la agenda oficial se confunda con esas discusiones de las mafias, cuando andan preocupadas por el creciente desprestigio de la prostitución.