
No es fácil complacer a cualquier mujer, algunas tienden a ser muy difíciles de hacerles llegar al orgasmo o simplemente de hacerlas sentir que tu eres el hombre ideal con quien tiene que disfrutar su vida sexual. Pero existen puntos débiles del cuerpo femenino, es decir, esas zonas erógenas que te facilitaran la tarea de excitación y satisfacción sexual en la mujer para que el placer esté asegurado al 100%.
Las orejas, el cuello o el órgano sexual son los puntos débiles que todos conocen, pero por lo menos existen media docena más de puntos que debes de vigilar de cerca, cuidar y manejar para poder conquistar a una mujer. Tómalos en cuenta todos y ¡manos a la obra!
publicidad
- El cuello
Tal y como hacen los vampiros, si quieres descubrir un punto débil de una mujer debes de lanzarte a su cuello, la mayoría de personas lo saben ya, pero eso sí, se totalmente delicado en tus movimientos. No es matemático, pero el cuello suele ser en casi todas las mujeres uno de sus mayores puntos débiles, y que todo buen hombre debería de aprovechar sin pensarlo dos veces.
- Las orejas
Otro de los puntos débiles de cualquier mujer son las orejas, las cuales puedes morder, chupar o acariciar para conseguir cualquier mujer se derrita sin remedio. Como siempre, no te sobrepases y ten cuidado con las orejas que no son comestibles, ni se pueden doblar o jugar con ellas alocadamente.
- El abdomen
Abandonando la cabeza, la barriga y la zona del abdomen es otros de los puntos débiles de cualquier mujer, o por lo menos de la mayoría. Darles besos, pasarles la lengua o incluso llegar a darles pequeños mordiscos puede ser algo muy placentero para tu pareja. Eso sí, ten mucho cuidado, porque la barriga y el abdomen además de ser un punto débil puede ser un punto problemático, sobre todo después de cenar o en esos malos momentos que las mujeres suelen tener cada mes.
- La espalda
Detrás de la zona del abdomen está la espalda y está un nuevo punto débil de la mayoría de las mujeres. Un buen masaje, unos cuantos besos o alguno que otro soplido pueden derretir las defensas de cualquier mujer. Si quieres un buen consejo, un poco de crema o aceite te puede ayudar muy mucho en tu viaje por la espalda de una mujer.
- La vagina
Como no podía ser de otra forma otro de los puntos débiles, por no decir el más débil de cualquier mujer es la vagina, así como los labios externos e internos de la misma. Un buen masaje con los dedos, con la boca o con lo que se te ocurra pude ser el punto culminante de cualquier encuentro o de cualquier repaso de todos los puntos débiles. Una vez más, ten mucho cuidado no adentrarte en las profundidades de la vagina si no estás seguro de que la mujer está rendida a tus pies, porque de lo contrario si te adentras en ella a la ligera, puedes acabar muy pero que muy mal.
Te puede interesar: Si vas a tener sexo, no consumas estos alimentos
- Parte interna de los muslos
Si la vagina es el punto más débil de todos los puntos débiles, acariciar, toquetear o dar besos a la parte interna de los muslos puede acabar con la resistencia de cualquier mujer. Por enésima vez te recomendamos que tengas mucho cuidado, ya que es una parte a la que no se puede acceder a la ligera y sobre todo si no tienes la confianza necesaria con la mujer.
- Los pies
Salvo que te dé un poco de asco tocar o chupar los pies de una mujer, este será uno de los puntos débiles de cualquiera de ellas, aunque dependiendo del momento y de la situación, y de los olores de cada uno, en más de una ocasión es muy recomendable que te acerques a ellos. A riesgo de ser pesados, ten mucho pero que mucho cuidado, no sólo por el olor sino porque si una mujer tiene cosquillas y consigues encontrárselas puedes terminar con una buena patada en tu boca.
Más Noticias
Imagen: loversdo.co.uk
Aunque nos han hecho creer que la penetración es el punto culminante del acto sexual, la realidad es que es posible excitarse e incluso alcanzar un orgasmo sin valerse de ella. Aquellas parejas que practican el petting lo saben muy bien: acariciar, besar, lamer y estimular el cuerpo femenino tiene sus recompensas, generando un enorme placer. ¿No sabes por dónde comenzar? En unComo.com te explicamos cómo excitar a una mujer sin penetrarla y conseguir un encuentro muy caliente.
Pasos a seguir:
1
Queda claro que la penetración es parte importante del sexo y con este artículo no buscamos decir lo contrario. Pero es posible excitar a una mujer sin tener que recurrir necesariamente a ella.
El primer paso que debes dar para conseguirlo es conocer a la perfección las zonas erógenas del cuerpo femenino. Solo así sabrás cuáles son los puntos más importantes a estimular.
2
El sexo oral, el roce, la masturbación directa y la estimulación de los senos, son las cuatro mejores formas de excitar a una mujer sin penetrarla. Este cuarteto de estrategias te servirán para enloquecer a tu chica sin la necesidad de valerte de la penetración.
El sexo oral es un gran aliado y hay muchas formas de hacerlo de manera placentera. Puedes comenzar acariciando suavemente los labios mayores con tu lengua, un movimiento que sin duda excitará mucho a tu chica.
3
Los labios menores, muy cerca del orificio vaginal, son también un punto sensible al máximo. Aquí puedes acariciar con tu lengua, con tus labios o suavemente usar tus manos para masturbar a tu chica y darle mucho placer.
4
Hay algo que todo chico sabe: que el clítoris es un enorme cúmulo de placer para la mujer. Por eso es importante aprender a estimularlo si deseas excitar a una mujer sin la necesidad de penetrarla. Puedes usar suavemente tus manos o darle a tu chica una deliciosa tanda de sexo oral.
5
Aunque normalmente al hablar de vagina nos referimos a la zona genital femenina completa, la realidad es que la vagina es únicamente el orificio por el que, normalmente, la mujer es penetrada. Claro que este punto puede estimularse también de varias formas, ya sea introduciendo tu lengua o valiéndote de tus dedos.
Si consigues encontrar el punto G de tu chica y estimularla con tu dedo, lograrás excitarla sin necesidad de penetrarla, haciendo que muy probablemente alcance el orgasmo.
6
Hay un punto erógeno que muy pocos chicos toman en cuenta y que, bien estimulado, ofrece un placer máximo. Se trata del perineo, la porción de piel ubicada entre el ano y la vagina. Acaricia suavemente con tus dedos o tu lengua y verás como tu chica se excita sin necesidad de que la penetres.
7
La estimulación anal es también una fantástica forma de hacer que la temperatura se caliente a límites insospechados. Pero antes de tocar con tu dedo, introducirlo o lamer el orificio anal, es muy importante que sepas si tu chica está de acuerdo con esta idea. Aunque es muy excitante, algunas mujeres tienen prejuicios contra las prácticas anales.
8
Y pos supuesto en todo este pasaje maravilloso por la anatomía femenina, los senos nunca pueden pasarse por alto. Toma en cuenta que no debes acariciaros con demasiada fuerza, y que para algunas mujeres resulta más excitante que para otras el estimulo de esta zona. A pesar de eso siempre es bueno darles la atención necesaria.
Si deseas leer más artículos parecidos a Cómo excitar a una mujer sin penetrarla, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Relaciones Sentimentales.
Hacer disfrutar (sexualmente) a una mujer a veces se convierte en un laberinto para muchos, por eso hay que crecer y evolucionar. Claro que habrá algunos movimientos clave que siempre funcionan, pero seguramente si los llevas haciendo durante mucho tiempo, tiendan a convertirse en monótonos y pierdas esas ventajas rápidamente, algo muy malo para tu vida sexual.
La buena noticia es que ellas tienen muchos ‘hotspots‘ y que probablemente no habrás estimulado demasiado. Así que presta atención: saca todo su potencial a todas sus zonas erógenas. Pero, ¿qué son? El cerebro juega un papel fundamental en el erotismo pero, con imaginación o sin ella, las zonas erógenas son capaces de ejercer por sí solas como estimulantes sexuales. Una investigación publicada en la revista ‘Cortex’ demuestra que existe “un notable nivel de correlación” entre hombres y mujeres.
En el top ten de la clasificación de las zonas erógenas femeninas, estableciendo el grado de sensualidad con una puntuación del cero al diez, se encuentran el clítoris (9,1), la vagina (8,4), los labios (7,9), el cuello (7,5), los pechos (7,3), los pezones (7,3), la parte interna de los muslos (6,7), la nuca (6,2), las orejas (5) y, finalmente, el culo (4,7).
Tips de hoy chamos. #clitoris #tipsexual
Una publicación compartida de Chamo Poético 🔥😈 (@chamo_poetico) el 26 de Sep de 2017 a la(s) 6:55 PDT
Clítoris
Es el verdadero órgano sexual femenino, y aprender a estimularlo es la clave real de una relación satisfactoria. La triste realidad es que casi la mitad de las mujeres heterosexuales no suele alcanzar el orgasmo durante el coito. Y una gran mayoría (el 68%, según recientes investigaciones) finge con frecuencia haber alcanzando el clímax, para no dañar a su pareja.
«El clítoris se comunica con el cerebro a través del nervio pudendo, el mismo que le transporta información desde el pene, y solo sirve para una función: el placer», asegura el doctor O’Reilly. Según OMGYES, una web que ofrece (previo pago) un conjunto de vídeos en los que se enseña a hombres y mujeres a estimular el clítoris, hay 12 categorías para estimularlo: bordear, insinuar, ser consistente, sorprender, mutiplicar, acentuar, enmarcar, estadificar, rodear, orbitar y señalizar.
No funcionan en todas las mujeres pero, recuerda, lo importante es probarlo todo. Y, claro está, ellas pueden y deben ser combinadas
Vagina
La vagina es sensible en muchas áreas. El más conocido, sin duda, el primer tercio de la pared anterior donde se ubica el punto G. Pero en el área del fórnix anterior, en la pared anterior de la vagina junto al cuello uterino, se encuentra la zona AFE. ¿No te suena? Pues resulta que este área que muchas personas obvian por completo ha sido apodada como el segundo punto G precisamente por el nivel de placer que se puede alcanzar estimulándola. Lo mejor de todo es que cuando se excita provoca una rápida lubricación vaginal, lo que conduce a orgasmos más intensos.
También conocido como punto A, hay que ejercitarlo. Según explicaba el científico que descubrió la zona, el doctor Chua Chee Ann, si se aplica la presión justa y se hace un movimiento de palanca suavemente durante al menos 10 minutos al día, las mujeres pueden conseguir orgasmos regulares e intensos, incluso sin necesidad de preliminares.
Labios
Esta zona erógena está muy presente en el acto sexual, pero no siempre ha sido así. De acuerdo a un nuevo estudio llevado a cabo en 168 culturas, sólo el 46% de las sociedades practican el beso como gesto romántico. Y parece ser una invención relativamente moderna: se cree que en las sociedades del paleolítico nadie lo practicaba.
«Cuando nos besamos, nuestro cerebro produce dopamina y oxitocina. Cuanto más besas, mejor. La sangre fluye y lo que ya era una zona erógena intensa entra en el tiempo extra. De hecho, la piel de tus labios es más sensible que la mayoría de las partes de tu cuerpo, más de 100 veces que la de tus dedos», comenta Drake.
El hombre de Cromañón no sabe lo que se perdía: el beso desencadena un cóctel de hormonas y neurotransmisores capaz incluso de generar orgasmos sin necesidad de contacto genital. Los labios son, de hecho, la zona erógena de nuestro cuerpo más expuesta y tienen 100 veces más sensibilidad que nuestros dedos. Por todo ello, no es una mala idea usar los labios para excitar cualquier otra zona erógena de nuestra pareja: así también estaremos excitándolos nosotros mismos. ¿Quién quiere usar la mano pudiendo usar la boca?
¡Qué gusto! (iStock)
Cuello
Según la investigación, el cuello es la zona erógena preferida por las mujeres tras el clítoris, la vagina y los labios. Así que no debemos subestimarla. El cuello, el área de la clavícula y la nuca son muy sensibles, tanto en hombres como en mujeres, y se pueden estimular con besos y caricias. Hay personas que se excitan muchísimo tras recibir pequeños mordiscos en el área (los míticos “chupetones”). Todo es probar.
«Esta es una zona erógena muy sensual y llena de terminaciones nerviosas sensibles», dice White. «El nervio vago, lleno de terminaciones, se extiende también a lo largo de este área», añade. El cuello suele responder gratamente a la estimulación, ya sea en forma de besos y caricias o incluso al recibir un masaje. Es bastante propenso a la excitación y esto resulta evidente en las relaciones sexuales.
Ellas experimentan mucho placer tanto al estimularlo como al recibir estimulación en esta parte. Suelen ser sensibles a caricias suaves con las manos, como por ejemplo que hábilmente retiren el pelo a la conquista de esa epidermis. La boca y la lengua cumplen también una sugestiva función.
Vientre y ombligo
Muchas mujeres sienten una excitación especial en esta zona del cuerpo, sobre todo en la parte más cercana al pubis. El ombligo, además, es una región de nuestro cuerpo especialmente sensible y, por tanto, susceptible de excitarnos.
Esta zona es el centro de la energía del cuerpo. Al estimularla el cuerpo empieza a irradiar calor y lo transmite a todo el cuerpo. Acariciándola con las temas de los dedos desde la cintura hacia el ombligo –suavemente y sin hacer cosquillas en el caso de que las hubiera– podemos excitar poco a poco a la otra persona.
Algunos investigadores creen incluso que el ombligo y los genitales provienen de un tejido común y en algunas personas siguen conectados, de modo que las caricias en éste provocan un cosquilleo en la zona erógena por excelencia.
Acariciarlo suavemente. (iStock)
Cuero cabelludo
Los masajes en el pelo resultan siempre agradables. Si a un simple movimiento de las yemas de los dedos le añadimos un poquito de picardía y caricias que vayan desde el cuello hacia la barbilla y desembarquen por toda la cara, activaremos otras muchas zonas y las conduciremos a un estado de bienestar y calma.
Que no se te escape ningún rincón. Ejerciendo una presión suave con los dedos sobre el centro de las sienes, a modo de masaje, y acompañándola con relajantes círculos en el cráneo, liberaremos tensiones y ayudaremos a entrar en una situación de completo relax. Acompañar estos movimientos de una respiración apropiada, el constante contacto de las manos con su cuerpo y, por qué no, algún que otro beso, pueden descubrirte todo un universo de sensaciones.
Pezones
Algunas mujeres pueden alcanzar el orgasmo a través de la excitación de sus pechos. Según un estudio publicado en ‘Science of Relationships’ la estimulación del pezón activa un área del cerebro conocida como la corteza sensorial genital. “Esta es la misma región del cerebro que se activa mediante la estimulación del clítoris, la vagina y el cuello uterino. Lo que significa que los cerebros de las mujeres procesan la estimulación del pezón y la genital de la misma manera”, afirmaban los investigadores.
El clítoris, la vagina, los labios, el cuello, los pechos, los pezones, la parte interna de los muslos, la nuca, las orejas y el culo son el top 10 de zonas erógenas
A veces se nos olvida que el cerebro es el mayor órgano sexual que tenemos y que él decide cómo, cuándo y dónde experimentamos placer. Así que con suavidad y encontrando el punto exacto de placer al apretar, lamer, acariciar o morder los pezones femeninos se puede alcanzar el clímax.
No a todos les gusta que les toquen
Por esta curiosidad se ha interesado John Upton, periodista freelance. Una de sus últimas publicaciones, en ‘Pacific Standard’, repasaba las últimas y más provechosas investigaciones sobre el tema, preguntándose por qué lo que a unos agrada a otros les molesta y viceversa. Upton se fija en algunos estudios publicados por la revista ‘Nature’ que aportan nuevas informaciones de por qué experimentamos arrebato, molestia o placer ante un contacto suave o una presión leve.
Por qué nos gusta tanto que nos toquen: los misterios del tacto
Marta Jiménez Serrano
Es importante a este respecto entender que, aunque nos parezca en un primer término que sí, no todos los seres humanos somos iguales a este respecto. Por ejemplo, la presión normal y suave de una camiseta de algodón o el paso sutil de la lengua de un amante por la piel son sensaciones ante las que una gran mayoría de las personas experimenta placer, pero para los pacientes con alodinia táctil puede suponer una notable molestia. La alodinia es la percepción anormal del dolor, y por ello las personas que la padecen reaccionan de manera distinta a estímulos más o menos corrientes.