
Narrador autodiegético
El narrador autodiegético es el protagonista de la historia. Utiliza la primera persona. Cuenta la historia desde dentro.
Un ejemplo, el del cuento “El corazón delator” de Edgard Alan Poe.
¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era el más agudo de todos. Oía todo lo que puede oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas oí en el infierno. ¿Cómo puedo estar loco, entonces? Escuchen… y observen con cuánta cordura, con cuánta tranquilidad les cuento mi historia.
El narrador autodiegético es el narrador más utilizado en la escritura de novelas autobiográficas y las biografías. Puedes leer un ejemplo en la autobiografía de Lucía Berlín, Bienvenida a casa:
Mi recuerdo más temprano es el de las ramas de pino rozando el vidrio de una ventana. Esta casa estaba en Coeur d’Alene, Idaho, en la Mina Sunshine. Los inmensos robles tenían ramas casi paralelas al suelo, por las que las ardillas iban y venían haciendo carreras como si fuesen autopistas.
Hace poco leí que el aroma de las flores, en especial de las rosas y las lilas, realmente era mucho más intenso años atrás, que ahora su perfume se ha diluido por la hibridación. Sea o no verdad, los perfumes de Idaho en mi memoria son más vívidos que cualquier flor hoy en día. Las flores de manzano y los jacintos eran literalmente embriagadores. Me acostaba en la hierba debajo del lilo y respiraba hondo hasta aturdirme. En aquellos tiempos también daba vueltas y vueltas hasta que me mareaba tanto que no me tenía en pie. Quizá esas fuesen señales de advertencia tempranas, y las lilas mi primera adicción.
Narrador heterodiegético
El narrador heterodiegético no forma parte de la historia que está relatando. Utiliza la tercera persona. No es un personaje de la historia, es alguien que la cuenta desde fuera. Es el más utilizado en las literatura clásica.
Por ejemplo, el del cuento de Jorge Luis Borges “Historia de los dos que soñaron”:
Cuentan los hombres dignos de fe (pero sólo Alá es omnisciente y poderoso y misericordioso y no duerme) que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todas las perdió, menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto que el sueño lo rindió debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño a un desconocido que le dijo:
-Tu fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla.
Posición del narrador y punto de vista
Por otro lado, dentro de la posición escogida, a la hora de contar nuestra historia tendremos que escoger la focalización narrativa o perspectiva que más nos interese, pudiendo narrar desde distintos puntos de vista, mediante narradores omnisciente, equiscientes, testigo, etc.
Con respecto a la focalización narrativa ya hemos publicado diversas entradas en el blog y no es necesario que nos extendamos aquí. Te recomiendo consultar las entradas de narradores internos, la de narrador omnisciente y la de narrador cámara. Digamos que la clasificación de Genette que hemos explicado para la posición del narrador se establece según la participación del narrador en la historia. La focalización narrativa especifica de una manera más concreta el tipo de narrador dependiendo de la información que este dispone de la historia. Por ejemplo, tanto el narrador omnisciente como el narrador cuasi omnisciente o cámara, son narradores heterodiegéticos, pero no poseen la misma información sobre la historia y tienen limitaciones diferentes a la hora de contarla.
La postura del narrador en la historia: neutralidad o intrusismo del narrador
Hay que tener mucho cuidado con los narradores que se denominan intrusivos. Es decir, narradores que se inmiscuyen en la historia, bien juzgando los hechos, bien dando su opinión sobre lo sucedido. No es que estén totalmente prohibidos, pueden ser interesantes cuando tienen una función crítica y, en algunas ocasiones, cuando se trata de un narrador en primera persona y especialmente en el caso de los narradores testigos, es inevitable que la subjetividad de este tipo de narrador vaya acompañada de cierta intrusión a la hora de contar los hechos. Pero debemos tener claro que esa intrusión pertenece al narrador, no debemos tratar de imponérsela al lector: esa es la clave.
Anton Chéjov en una carta a Alekséi Suvorin hablaba de esta idea que el narrador debe ser testigo y no juez, de los hechos que describe.
Me parece que no corresponde a los literatos resolver problemas como el de Dios, el pesimismo, etc. La tarea del narrador consiste únicamente en retratar a quienes han hablado o meditado sobre Dios o sobre el pesimismo, así como el modo y las circunstancias en que lo han hecho. El artista no debe convertirse en juez de sus personajes ni de sus palabras, sino en un testigo desapasionado.
Si escucho un discurso incoherente y deslavazado de dos rusos sobre el pesimismo, debo referirlo en la misma forma en que lo he oído; emitir un juicio es cosa del jurado, es decir, de los lectores. Lo único que necesito es tener el talento necesario para distinguir las opiniones importantes de las que no lo son. Saber presentar a los personajes y hablar con sus propias palabras.
Scheglov-Leóntev se queja de que haya terminado el relato con la frase: «¡No hay manera de entender nada en este mundo!». Según él, el artista psicólogo debe comprender, por el hecho mismo de ser psicólogo. Pero yo no estoy de acuerdo con él. Las personas que escriben, y los artistas en particular, deben reconocer que en este mundo no hay modo de entender nada. Como en su momento lo reconocieron Sócrates y Voltaire. La gente cree saberlo y comprenderlo todo; y cuanto más tonta es, más vasto parece su horizonte. Pero si el artista, al que la gente cree, tuviese el valor de afirmar que no comprende nada de lo que ve, demostraría un gran conocimiento y daría un gran paso en el campo del pensamiento.
Por otro lado, desde el punto de vista emocional, un narrador puede sentirse afectado por lo que está contando, estableciendo con la historia una distancia emocional muy cercana. Pero también puede mantener una posición neutra, limitándose a describir y mostrar la historia sin mostrar afectación.
Antes de sentarte a escribir, plantéate bien cuál debe ser la posición del narrador en tu relato, qué punto de vista es el adecuado y qué grado de subjetividad tiene. Ten cuidado a la hora de juzgar o de imponer tus opiniones al lector. No olvides nunca que lo importante es lo que se está contando.
BLOQUE III
100
Después de haber revisado y leído las obras de
teatro, discutan para responder las siguientes
preguntas.
n
¿Cuál es la posición del narrador? ¿Dónde se
encuentra?
n
¿Qué características tienen los personajes?
n
¿Cómo es el ambiente en el que se desarrolla la
historia?
n
¿Qué recursos se utilizan en el guion teatral para
saber cuáles son las acciones que debe seguir un
personaje?
n
¿Qué diferencias existen en la forma en la que
hablan los personajes de los cuentos que han leído
antes y la manera en que lo hacen en la obra
teatral?
Cuando lleguen a acuerdos en las respuestas,
anótenlas en una cartulina y colóquenla a la vista del
grupo. No olviden argumentar sus respuestas.
Aprendizaje esperado: Identifica la diferencia en el uso de la voz narrativa en la biografía y la autobiografía.
Énfasis: Identificar las propiedades del lenguaje en diversas situaciones comunicativas: – Posición del narrador (uso de pronombres)- Forma de presentar los hechos (desde un punto de vista personal o impersonal) – Orden narrativo.
¿Qué vamos a aprender?
Aprenderás a identificar la diferencia en el uso de la voz narrativa en la biografía y la autobiografía.
Para explorar más puedes revisar el libro de texto de Español de 6º, se explica el tema a partir de la página 23:
https://libros.conaliteg.gob.mx/20/P6ESA.htm#page/23
¿Qué hacemos?
Identificarás las características de la voz narrativa en cada uno de los textos citados; reconociendo y reafirmando tus saberes en torno a patrones ortográficos regulares para los tiempos pasados, frases adjetivas y adverbios para describir personas y situaciones.
En esta sesión conocerás, gracias a un texto autobiográfico y a otro biográfico, la vida y obra de un escritor muy talentoso y orgullosamente mexicano: el jalisciense Juan José Arreola.
Responde las siguientes preguntas:
¿Qué significa objetivo y subjetivo?
¿La biografía y la autobiografía son textos narrativos? ¿por qué?
¿Qué significa orden cronológico y qué tan importante es al momento de hacer una biografía y autobiografía?
El Reto de Hoy:
Completar el diagrama de Venn sobre las características de la biografía y la autobiografía que elaboraste la sesión anterior con lo que aprendiste en la presente clase, dando la opción de consultar otras fuentes.
Te recomendamos que busques y leas otras biografías y autobiografías de personajes que te interesen.
Si quieres leer más textos de Juan José Arreola y tienes acceso a internet, puedes consultar:
Antología gratuita de Juan José Arreola publicada por la UNAM: http://www.materialdelectura.unam.mx/images/stories/pdf5/juanjosearreola-70.pdf
Si en tu casa hay otros libros relacionados con el tema, consúltalos. Así podrás saber más. Si no cuentas con estos materiales no te preocupes. En cualquier caso, platica con tu familia sobre lo que aprendiste, seguro les parecerá interesante.
¡Buen trabajo!
Gracias por tu esfuerzo.