Cual es la ultima letra del alfabeto

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Una de las preguntas que muchos estudiantes se hacen en las primeras clases de ruso es cuántas letras hay en el abecedario ruso . No es para nada una pregunta tonta, de hecho da paso a unos conocimientos muy importantes que hay que adquirir al principio del aprendizaje. Por lo tanto, vamos directos al grano.En el alfabeto ruso hay 33 letras y, como en la mayoría de los idiomas, están divididas en dos grupos: vocales y consonantes. Existen 10 vocales: а, э, ы, у, о, я, е, ё, ю, и, mientras que en el grupo de las consonantes hay 21 letras: к, п, р, с, т, з… Además hay letras que más bien son unos símbolos, ь (suave) y ъ (duro), que no tienen sonido pero igualmente se cuentan en el alfabeto. Estos sirven para suavizar o endurecer la pronunciación de las vocales que se encuentran después de dichos símbolos. El abecedario ruso termina por la letra «я», una de las 10 vocales mencionadas anteriormente.

Puede que esta pregunta sea un poco rebuscada o arbitraria, pero, al contrario de lo que puedan pensar muchos («porque sí, porque en algún sitio tendrá que ir»), hay una explicación más interesante que esa para que la zeta esté relegada al último puesto.

dseta griega, precursora de la zeta latinadseta griega, precursora de la zeta latina

La zeta es el equivalente latino de la dseda o dseta griega (Ζ en mayúscula y ζ en minúscula). En ambos idiomas, esta letra —supuestamente, al menos— representaba el sonido [ts] o [dz] (como en la palabra pizza pronunciada a la italiana, no a la española). En el alfabeto griego, la dseta ocupaba la sexta posición y no la última como lo hace actualmente la zeta.

¿A qué se debe este cambio desde la sexta posición hasta el final del abecedario?

Contenidos del artículo

Muerte y resurrección de la zeta

Esto se debe a las reformas ortográficas de Apio Claudio el Censor (también conocido como «el Ciego», responsable de la construcción de la célebre Vía Apia y del primer acueducto de Roma, el Aqua Appia) a finales del siglo IV a. C.

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Eliminó la letra zeta cuando la primitiva s sonora ([z], como en el inglés zoom), que existía en el periodo más arcaico del latín, evolucionó en posición intervocálica a la vibrante simple /ɾ/ por el fenómeno denominado rotacismo: la s intervocálica pasa a r; por ejemplo, Papisius pasa a Papirius. Este fenómeno ya estaba consumado a mediados del siglo IV a. C.

El del rotacismo es uno de los cambios fonéticos más característicos del latín más antiguo. Tienes un poco de su historia en este vídeo:

Al ser eliminada en este primer momento, el lugar de la ‹z› fue ocupado por la ‹g›. A partir del siglo I d. C., volvió a restablecerse el uso de la ‹z› para reproducir la dseta griega, pero ya no recuperó su puesto originario, ocupado por la ‹g›, sino que se colocó en el último lugar del alfabeto. Algo así como que el que fue a Sevilla perdió su silla.

Todo y esto más lo trato en mi videocurso de historia, fonética y morfología del latín. Puedes empezar ahora mismo con la primera clase, sobre la historia de la lengua latina, de forma gratuita:

Historia de la lengua latina

Historia posterior de la zeta (y la cedilla)

Sobre por qué la zeta representa (en el español peninsular) el fonema /θ/, es parte de un largo y complejo proceso conocido como reajuste de las sibilantes. Puedes ver un resumen universitario:

Reajuste de las sibilantes castellanas

Hablando de la zeta es casi obligatorio hablar de la famosa (ce) cedilla, que en español estuvo vigente hasta el siglo XVIII. Cayó en desuso, precisamente, por la gran revolución recién mencionada, pues la ‹ç› ya no era necesaria para representar ningún sonido en especial y era redundante con la ‹z›.

¿Y de dónde salió la cedilla? Realmente era una simple ‹z› con un exageradísimo tupé, hasta el punto de que el tupé tomó mayor relevancia que la propia ‹z›. La ‹z› se encogió hasta convertirse en el trazo de debajo, mientras que el tupé llegó a convertirse, espuriamente, en toda una ‹c›; algo así: zc → zc → ç.

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Tebas, una ciudad que casi siempre tuvo un papel pequeño en la historia de Grecia, podía presumir de sus glorias legendarias, que sin duda superaban las de Esparta o Atenas. En el ciclo tebano se enmarcan las famosas historias de Edipo, de Antígona, de los siete contra Tebas, de Penteo y su enfrentamiento con Dioniso

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El abecedario o alfabeto español está formado en la actualidad solamente por veintisiete letras, cada una de las cuales representa un fonema: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z.

    No forman parte del abecedario los dígrafos, combinaciones de dos letras que representan un fonema: ch, ll, gu, qu y rr. Hasta fines de 2010, ch y ll también integraban el abecedario por el hecho de que estos dígrafos representan, en forma exclusiva y unívoca, un fonema del español, y en esto se diferencian de los otros dígrafos, como qu, por ejemplo, que también puede representarse con c delante de a, o, u y con k.

    De acuerdo con la Ortografía de la lengua española (Real Academia Española y Academias de la Lengua Española, Madrid: Espasa: 2010), “a partir de este momento los dígrafos ch y ll dejan de ser considerados letras del abecedario español, lo que no significa, naturalmente, que desaparezcan de su sistema gráfico; es decir, estas combinaciones seguirán utilizándose como hasta ahora en la escritura de las palabras españolas” (p. 64). Con esta reducción del alfabeto a sus signos simples, el español se asimila al resto de las lenguas de escritura alfabética.

    Finalmente, se recuerda que en todo ordenamiento alfabético de palabras (índices, listados) la ch deberá incluirse dentro de la letra c, y la ll dentro de la l.

Nombres de las letras del abecedario español

a. Primera letra del abecedario español y del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la a (una de las excepciones a la regla que exige el empleo de la forma el del artículo ante sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica). Su plural es aes).          

b. Segunda letra del abecedario español y del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la be. También, para diferenciar, be larga, be grande, be alta. Su plural es bes.

c. Tercera letra del abecedario español y del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la ce (pl. ces).

d. Cuarta letra del abecedario español y cuarta del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la de (pl. des).

e. Quinta letra del abecedario español y quinta del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la e; su plural puede ser es o ees, aunque es más recomendable el primero.

f. Sexta letra del abecedario español y sexta del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la efe(pl. efes).

g. Séptima letra del abecedario español y séptima del orden latino universal. Su nombre es femenino: la ge (pl. ges).

h. Octava letra del abecedario español y octava del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la hache (es una de las excepciones a la regla que exige el empleo de la forma el del artículo ante sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica). Su plural es haches.

i. Novena letra del abecedario español y novena del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la i (pl. íes). Además de i, esta letra recibe el nombre de i latina para distinguirla explícitamente de la letra y (→ y), cuando para referirse a esta última se emplea la denominación tradicional de i griega.           

j. Décima letra del abecedario español y décima del orden latino internacional. Su nombre es femenino: jota (pl. jotas).          

k. Decimoprimera letra del abecedario español y undécima del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la ka (pl. kas).

l. Decimosegunda letra del abecedario español y duodécima del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la ele (pl. eles).

m. Decimotercera letra del abecedario español y decimotercera del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la eme (pl. emes).

n. Decimocuarta letra del abecedario español y decimocuarta del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la ene (pl. enes).

ñ. Decimoquinta letra del abecedario español, que no existe en el orden latino internacional. Su nombre es femenino: la eñe (pl. eñes).

o. Decimosexta letra del abecedario español y decimoquinta del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la o (pl. oes).                                                                                 

p. Decimoséptima letra del abecedario español y decimosexta del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la pe (pl. pes).

q. Decimoctava letra del abecedario español y decimoséptima del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la cu; su plural, cus.                                                                      

r. Decimonovena letra del abecedario español y decimoctava del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la erre; su plural es erres (o eres).

s. Vigésima letra del abecedario español y decimonovena del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la ese (pl. eses).         

t. Vigesimoprimera letra del abecedario español y vigésima del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la te (pl. tes).

u. Vigesimosegunda letra del abecedario español y vigesimoprimera del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la u (pl. úes).      

v. Vigesimotercera letra del abecedario español y vigesimosegunda del orden latino internacional. Su nombre en el español de España es uve, mientras que en el americano se la denomina ve, ve corta, ve chica o chiquita, ve pequeña y be baja.En la Argentina predomina la forma ve corta, cuyo plural es ves cortas.

w. Vigesimocuarta letra del abecedario español y vigesimotercera del orden latino internacional. Su nombre es femenino: uve doble en España, y doble ve en la Argentina. Su plural dobles ves.          

x. Vigesimoquinta letra del abecedario español y vigesimocuarta del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la equis (pl. equis).        

y. Vigesimosexta letra del abecedario español y vigesimoquinta del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la ye e i griega (denominación que se le daba en latín, reflejo de su origen y empleo inicial en préstamos del griego; vigente en el español americano); su plural es íes griegas (o yes).      

z. Vigesimoséptima y última letra del abecedario español, y vigesimosexta del orden latino internacional. Su nombre es femenino: la zeta. Se desaconseja la grafía Marca de incorrección.ceta.

Situación particular de los dígrafos, que no se enumeran en el abecedario

ch. Dígrafo que, por representar un solo sonido, fue considerado, desde la Ortografía de 1757 hasta la de 1999, la cuarta letra del abecedario español. Dado que actualmente se consideran propiamente letras solo los grafemas (letras simples), ya no figura en el enunciado del abecedario (→), tal como lo afirma la Ortografía editada en 2010. Su nombre es femenino: la che (pl. ches) o ce hache (pl. invariable). En el español general representa el sonido consonántico palatal africado /ch/: choza, chorizo.

gu. Dígrafo que representa el sonido velar sonoro /g/ ante las vocales e, i; la u no se pronuncia: [gérra] por guerra, [agijón] por aguijón.

ll. Dígrafo que no forma parte del abecedario español y que se ordena dentro de la letra l. Representa los fonemas /ll/ y, en zonas de yeísmo, /y/.

qu. Dígrafo que representa el sonido velar oclusivo sordo /k/; la u no se pronuncia en estos casos: queso [késo], esquina [eskína].

rr. El dígrafo rr se denomina erre doble o doble erre. Se emplea para representar el sonido vibrante múltiple /rr/ en posición intervocálica (carro, terreno, arriba).                            

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