
Qué es Detrimento:
El detrimento se refiere al deterioro, daño o perjuicio de alguien o algo. La palabra, como tal, proviene del latín detrimentum.
El detrimento puede producirse a niveles morales, materiales, económicos o físicos. Se caracteriza porque no elimina ni destruye, apenas daña o menoscaba aquello a lo que afecta, bien por malos manejos, bien por descuido o negligencia.
Así, podemos hablar, por ejemplo, en un sentido moral, del detrimento de la credibilidad de una persona o daño moral; en términos materiales, del detrimento patrimonial de una persona u organización; en economía, del detrimento del aparato productivo de un país, o, en el aspecto físico, del detrimento de la salud de una persona.
Por su parte, la locución “en detrimento de” se utiliza para contraponer dos elementos en una oración: “Alicia escogió a Marcos en detrimento de Miguel”.
Sinónimos de detrimento son deterioro, daño, perjuicio, merma o menoscabo.
Vea también Extorsión.
En inglés, detrimento puede traducirse como harm o detriment. Por ejemplo: “She is engrossed in her work to the detriment of her marriage” (ella está absorta en su trabajo en detrimento de su matrimonio).
Detrimento patrimonial
Refiriéndose al patrimonio público del Estado, hablamos de detrimento patrimonial cuando se ha hecho un uso indebido o una gestión irresponsable de los bienes o recursos públicos de un país o nación. La consecuencia es la lesión al patrimonio público.
Vea también Patrimonio.
Definición de
Hasta el latín hay que marcharse para poder encontrar el origen etimológico del término detrimento que ahora nos ocupa. En concreto, podemos determinar que emana del vocablo “detrimentum”, el cual a su vez procede del verbo “deterere”, que puede traducirse como “gastar por frotamiento”.
Detrimento es una destrucción leve o parcial de algo. El concepto, que procede del vocablo latino detrimentum, también se refiere a la pérdida o el quebranto de intereses y al daño moral.
Por ejemplo: “Las escuelas en mal estado aportan al detrimento de la educación”, “No voy a tomar ninguna decisión en detrimento del equipo”, “Pareciera que el gerente trabaja en detrimento de la empresa”.
El detrimento, por lo tanto, puede entenderse como una merma, un menoscabo, un agravio o un perjuicio. Algo o alguien que actúa en detrimento de un interés le produce un daño, pero no lo elimina o lo destruye.
Una persona que decide alimentarse sólo con comidas fritas habrá tomado una decisión en detrimento de su salud. Este tipo de alimentación generará problemas en su organismo y, poco a poco, se volverá menos saludable.
En un sentido similar, un intendente o alcalde que decide subir los impuestos y autorizar los despidos injustificados estará gobernando en detrimento de los trabajadores, quienes verán afectados sus intereses por las medidas políticas.
Además de todo lo expuesto, tendríamos que subrayar la existencia de lo que se ha dado en llamar detrimento patrimonial. Se trata de un término que se usa para dejar constancia de la pérdida, perjuicio, uso indebido o incluso deterioro de los bienes públicos que se ha producido y que se traduce en un fuerte daño al patrimonio que posee un país o una ciudad.
En concreto, podemos establecer que ese daño es fruto fundamentalmente de que los recursos se han utilizado para un fin distinto al que tienen o bien porque no se han administrado de la manera más correcta y eficaz posible.
En este sentido, además podemos dejar constancia de que es más habitual de lo que debiera que corporaciones municipales de distintos rincones del planeta sean estudiadas y analizadas para poder ver si han cometido una irresponsabilidad al respecto. Es decir, si han llevado a una situación de detrimento patrimonial por no haber gestionado correctamente los recursos o bien por haber realizado un empleo indebido de los mismos.
En estos casos, hay que subrayar que si se consiguen indicios de que sí han realizado esa acción, tendrán que enfrentarse a procesos donde se dirimirá lo que es la responsabilidad fiscal que pueden tener en todo momento.
Para el derecho civil, un daño es un detrimento o perjuicio que una persona sufre debido a la acción u omisión de otra. El daño afecta a los intereses, derechos o bienes de la víctima.
Este daño que genera el detrimento puede ser causado por dolo o culpa. El daño doloso se genera por una acción intencional o maliciosa, mientras que el daño culposo se produce por negligencia o descuido. Si una persona rompe el vidrio de un negocio con un piedrazo, se trata de un daño doloso, en cambio si la misma rotura se produce porque deja el coche estacionado sin frenos y se introduce en la vidriera, estamos ante un daño culposo.