
Las películas de Disney se caracterizan por tener un final feliz, pero antes de llegar a ese momento los protagonistas deben pasar por mucho sufrimiento y lágrimas. Una de las historias que ha cautivado a niños y adultos, y al mismo tiempo los deja con un nudo en la garganta es Dumbo.
Este largometraje animado se basa en el libro para niños homónimo de Helen Aberson e ilustrado por Harold Pearl, y se estrenó el 23 de octubre de 1941. Dumbo narra la historia de Jumbo Jr., un elefante que es ridiculizado por sus enormes orejas, pero será precisamente esa singularidad lo que le permitirá volar, convertirse en la estrella del circo, y recuperar a su madre.
La cinta animada de Disney incluye varias escenas que probablemente te hicieron lloran y preguntarte si realmente se trata de una película para niños. Cuando ponen a trabajar a Dumbo) bajo la lluvia, cuando un niño lo maltrata y se burla de sus orejas, cuando encierran a su mamá, cuando su amigo Timothy lo baña con sus propias lágrimas, por mencionar algunos ejemplos.
Sin embargo, la escena más desgarradora de Dumbo es la visita de Jumbo Jr. a su madre encadenada y encerrada luego de que en su intento de defender a su hijo de unos niños abusivos desata todo un alboroto en el circo.
La canción que canta la madre de Dumbo es ‘Hijo del corazón’ (‘Baby Be Mine’ en inglés) (Foto: Disney)
DUMBO
VISITA
A SU
MADRE
Con ayuda de su amigo el ratón Timothy, personaje que parodia el estereotipado terror de los paquidermos hacia los roedores, Dumbo logra encontrar a su madre, se acerca a la jaula en busca de un poco de consuelo después del acoso, burla y maltrato que sufrió, pero las cadenas y barrotes se interponen entre ellos. Aunque solo alcanza a tocar su trompa eso basta para que el pequeño elefante se sienta reconfortado.
Por su parte, la madre emocionada por la visita de su retoño lo acaricia con su trompa, y lo mece mientras canta una hermosa canción titulada ‘Hijo del corazón’ (‘Baby Be Mine’ en inglés):
Hijo del corazón
deja ya de llorar,
junto a ti yo voy a estar
y nunca más te han de hacer mal.
Tus ojitos de luz
el llanto no ha de nublar.
Ven aquí, mi dulce amor,
nadie nos ha de separar.
Hijo mío, mi amor,
no me importa el sufrir,
como un sol tú me das luz
y das calor a mi vivir.
Ven mi amor,
ven mi amor.
Este tierno momento estremece a cualquiera, principalmente cuando los ojos de Dumbo se llenan de lágrimas. Mientras la melodía termina el pequeño paquidermo se despide de su madre, quien permanece encerrada sin poder proteger a su cría de las crueldades del mundo.
Llevo mucho tiempo queriendo escribir sobre este tema. ¿Qué tema? Os preguntaréis. Buena pregunta.
Empiezo hablando de elefantes. Siempre me han encantado.
Su período de gestación es de 22 meses, el más largo de todos los mamíferos. Y si me seguís sabéis que me ha encantado vivir mi embarazo y que siempre digo que 40 semanas me parecen poco. (Con un ligero apunte, las ultimas semanas son tremendamente incómodas, pero yo eso no lo sabía…)
Aunque los «cachorros» sean enormes cuando nacen, unos 120 kilos, son tan pequeñitos y adorables… Esa manera de andar descontrolada, esa trompita que todavía no sabe lo que hace… A mi me inspiran muchísima ternura.
Además necesitan a su manada. Todas las hembras cuidan de las crías y son una tribu perfectamente organizada. Qué queréis que os diga. Me encantan. Además hace poco salieron unas fotografías nocturnas que demostraban que los elefantes hacen colecho y no pueden ser unas fotos más bonitas. Es asombroso cómo se nos olvida que somos mamíferos y cada vez nos alejamos más y más de lo natural y normal.
También me gusta Dumbo, la película de Disney. Bueno, más que gustarme siento esa ternura por él. Siempre digo que a mi hija no podría ponerle esa película (igual que muchas otras de Disney) porque es demasiado cruel y dura gratuitamente.
¿La recordáis? ¿Recordáis que unos niños se ríen de un mini Dumbo recién nacido porque tiene las orejas demasiado grandes? Su mamá le quiere tal y como es, le cuida y está orgullosa por lo que monta en cólera porque además de reirse de él, lo ridiculizan, le molestan, le marean… A ella la encierran poniendo un cartel de «Mad Elephant» y los separan. Si, los separan. Separan a un bebé recién nacido de su mamá, solo porque en teoría ella a reaccionado de una manera muy agresiva.
Y ahora pregunto yo: Si se riesen, ridiculizasen y mareasen a vuestro bebé recién nacido, ¿cómo reaccionarías vosotras?
Exacto.
Dumbo recién nacido tiene que aprender a sobrevivir solo porque el resto de elefantas no quieren saber nada de él. Y cuando conoce al ratón que se hace cargo de él, éste haciéndole un favor, le lleva a ver a su mamá.
Y de verdad, que yo me pongo mala. No puedo soportarlo. Cada vez que veo esta escena me pongo a llorar exageradamente y no sigo viendo la película. Me parece tan dura y tan cruel… Esa mamá de Dumbo que está triste y encadenada, que solo puede sentir a su hijo acunándole con su trompa… Cómo llora Dumbo…
Y aquí es dónde quería llegar. Se que no somos elefantes, pero a muchas mujeres les separan de sus bebés recién nacidos. En este caso a Dumbo no le pasa nada, ni a su madre tampoco, simplemente los separan, y aunque sea una película es muy triste, ¿verdad? Ese apego y ese vínculo perdidos….
Muchas separaciones en los hospitales suceden sin razón ninguna y una vez perdido ese vínculo de las primeras horas, e incluso días, es muy difícil volver a recuperarlo. Un niño sano necesita tan solo el contacto con su madre y su alimento. Si el bebé es prematuro o de bajo peso o sufre alguna dolencia, el contacto piel con piel será la base de los cuidados médicos que se le deba proporcionar.
Perjuicios de la separación
En la separación el bebé y su madre no solo dejan de percibir los importantes beneficios derivados del contacto, la lactancia y el corte tardío del cordón. También son expuestos a nuevos riesgos y daños. Es difícil aceptar que a la luz de esta información siga separándose solo por motivos organizativos en nuestros hospitales.
(Información extraída de : http://www.quenoosseparen.info/)
Un bebé recién nacido solo conoce a su madre. Su olor, su voz, su calor, sus brazos, su alimento… Todo lo demás es extraño. Su mamá es su hábitat.
Elige un motivo…
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