
Enunciatario y enunciador son términos que se usan en lingüística para referirse a la persona que habla y la persona a quien se dirige el hablante. A menudo, se usan estos términos en el contexto de la teoría de la comunicación, donde el enunciatario se considera como el destinatario de un mensaje y el enunciador es la persona que lo envía.
Enunciatario es la persona u objeto al que se dirige el enunciado. Por ejemplo: «¿Qué hora es?», «¿Me das una manzana?», «¿Podrías abrir la puerta?». En estos ejemplos, el enunciatario es la persona a la que se dirige el hablante.
Enunciador es la persona que hace el enunciado. Por ejemplo: «¿Qué hora es?», «¿Me das una manzana?», «¿Podrías abrir la puerta?». En estos ejemplos, el enunciador es la persona que hace la pregunta.
Qué es el enunciador y el enunciatario
En el lenguaje, el enunciador es la persona u organización que produce un enunciado. Por ejemplo, si una persona dice «estoy enfermo», esa persona es el enunciador de la frase. En cambio, el enunciatario es la persona u organización a quien se dirige el enunciado. Por ejemplo, si una persona dice «estoy enfermo», la persona a quien se dirige es el enunciatario de la frase.
En general, el enunciador es la persona u organización que produce el enunciado, y el enunciatario es la persona u organización a quien se dirige el enunciado. Sin embargo, en algunos casos, el enunciatario puede ser el mismo que el enunciador. Por ejemplo, si una persona piensa «estoy enfermo», la persona que piensa es el enunciador y el enunciatario de la frase.
Qué es la Enunciacion y el enunciado
Enunciación
La enunciación es un término que se refiere a la forma en que se produce el discurso. Se trata de una categoría gramatical que se encarga de analizar cómo se construye el sentido en un enunciado y cómo se relaciona el hablante con el oyente.
Enunciado
Un enunciado es una oración que puede ser verdadera o falsa. Se trata de una proposición que se puede evaluar como correcta o incorrecta.
Qué es un enunciatario ejemplos
Enunciatario es el destinatario de un enunciado, es decir, la persona u objeto a quien va dirigido el mensaje. En gramática, se dice que el enunciatario es el sujeto del enunciado.
Por ejemplo, en la frase «Mira, Juan, cómo baila María», el enunciatario es Juan, ya que María baila para Juan. En otras palabras, el enunciado va dirigido a Juan.
Otro ejemplo sería la frase «Los niños juegan en el patio». En este caso, el enunciado no va dirigido a nadie en particular, sino que es un enunciado referencial.
¿Qué significa enunciador?
Un enunciador es una persona que pronuncia una oración o un texto en voz alta. En la mayoría de los casos, el enunciador es el hablante de un texto, es decir, la persona que está diciendo las palabras que se escriben en el texto. Sin embargo, en algunos casos el enunciador no es el hablante. Por ejemplo, en una carta, el enunciador es el autor de la carta, no la persona a quien va dirigida. De manera similar, en una narración en tercera persona, el enunciador es el narrador, no el personaje principal de la historia. En cualquier caso, el enunciador es la persona que está pronunciando las palabras del texto.
La voz del enunciador puede ser distinta a la del hablante. Por ejemplo, en una novela, el enunciador puede leer el texto con una voz de hombre o de mujer, dependiendo de la forma en que el autor ha decidido que se lea el texto. De manera similar, en una carta, el enunciador puede leer las palabras con un tono de voz amable o enfadado, dependiendo de lo que el autor quiera expresar. En cualquier caso, el enunciador es la persona que está pronunciando las palabras del texto.
El enunciador puede estar presente en el texto o no. Por ejemplo, en una novela, el enunciador puede ser un personaje secundario que lee el texto en voz alta, o puede ser el propio autor del texto, que está leyendo el texto en silencio. De manera similar, en una carta, el enunciador puede estar presente en la carta como el remitente o el destinatario, o puede estar ausente del texto. En cualquier caso, el enunciador es la persona que está pronunciando las palabras del texto.
El enunciatario es la persona a quien va dirigido el enunciado, mientras que el enunciador es la persona que lo enuncia.
Por ejemplo, en la frase «Mira, Juan, cómo baila María», el enunciatario es Juan y el enunciador es quien habla.
Otro ejemplo sería «¿Quieres ir al cine, Ana?», en el que el enunciatario es Ana y el enunciador es la persona que le hace la pregunta.
En general, el enunciatario suele ser una sola persona, aunque también puede ser un grupo de personas o incluso el propio enunciador.
En cada viñeta, un personaje, al que vamos a llamar enunciador, dice algo: un enunciado a un enunciatario. A su vez, este enunciado es dicho por el enunciador de una determinada manera, con un cierto tono y con una cierta intención. Por eso, es posible distinguir, por un lado lo que el enunciado dice, su contenido, y por otro lado, el modo en que cada enunciado es dicho.
Esto quiere decir que cuando se hace uso del lenguaje, el emisor construye discursivamente una versión de sí mismo, del referente y de aquel o aquellos a los que se dirige. Esto muestra que el lenguaje tiene el carácter opaco en su construcción. Esto significa que no es un reflejo real o fil de las cosas que se nombra, sino una materia a través de las cuales construimos versiones del mundo.
No es lo mismo decir «Callate.. ¡Anda con una cara el pobre! de manera pensativa que decirlo de manera temblorosa. A esta manera es que dicho enunciado la llamamos enunciación. Por eso, la enunciación completa el sentido del enunciado.
El enunciado en su forma pura no existe, salvo que lo aislemos en un laboratorio. El enunciado vivo siempre es presentado en una situación de enunciación en la que se reconocen todos los participantes de la comunicación.
Como señalamos anteriormente, el discurso académicos tiene características propias, que lo singularizan de otros discursos (discurso publicitario, periodístico, político). Uno de los rasgos distintivos y particulares está relacionado con la construcción del enunciador y enunciatario.
Al emplear el lenguaje, el sujeto elabora una imagen de sí mismo en lo que dice, es decir en su enunciado. Proyecta sobre su discurso una imagen de sí que no necesariamente se corresponde con la persona que emite el mensaje. Por ejemplo, un estudiante escribe un trabajo práctico para entregar en una materia, luego le manda le manda un e-mail a un amigo y, finalmente, pide telefónicamente un turno con un doctor. En cada una de estas acciones, este joven cumple distintos roles y construyen socialmente diferente enunciadores. Estos enunciadores no se desprenden las características de personalidad de la persona, sino de los enunciados efectivamente realizados, que varían de acuerdo a la situación de comunicación en la que fueron elaborados y del género discursivo utilizado. En otras palabras el enunciador es el sujeto configurado en el texto (ya sea oral o escrito) y no la persona que lo ha pronunciado.
El enunciador, por tanto, puede tener diversos y numerosos atributos. Puede ser más formal o más informal, puede involucrarse subjetivamente o generar un efecto de mayor objetividad, puede ser más o menos técnico, más o menos especializado. De esta forma, puede reunir diferentes propiedades que se encontrarán implícitas en las palabras enunciadas. Es decir, el enunciador es aquel que lleva adelante el discurso, para lo cual se ubica en un lugar (se puede ubicar en su experiencia personal, en el saber, en la autoridad, entre otros. En el ejemplo anterior, podríamos suponer que el pedir un turno con el médico el estudiante proyectará un enunciador formal, cortés y distante; en cambio, en el e-mail a su amigo se presentará de manera informal y cercana. Por otra parte, en el trabajo práctico elaborará un enunciado formal, técnico y especializado, acorde a los parámetros académicos. Estos rasgos pueden deducirse del discurso, ya que el sujeto deja huellas de su presencia en el acto denunciar. Entre estas marcas, podemos mencionar vocabulario, el tono, los modos de formulación de las oraciones, los pronombres personales y posesivos que su seleccionan.
Por otro lado, en el otro polo de enunciación encontramos el enunciatario. Al igual que el enunciador, enunciatario no es equivalente al receptor del mensaje o interlocutor, sino que se elabora al interior del enunciado mismo. De esta manera, el enunciador y enunciatario son dos papeles que se constituyen de manera recíproca y complementaria en el texto, es decir, no provienen del exterior del discurso. El hablante puede configurar diferentes tipos de enunciatarios: más o menos informado, más o menos especializado, desconocer del tema que se aborda, familiar, autoritario. El enunciatario que se elabora puede coincidir o no con el receptor del mensaje. Por ejemplo, si en un acto de confusión el joven se equivoca y manda el e-mail a un profesor, enunciatario que así aparece (familiar, cercano) no corresponde al lector real del e-mail enviado. De la misma forma que el enunciador, enunciatario se encuentra configurado por el vocabulario, los modos de formulación de las oraciones, el tono y los pronombres personales y posesivos, entre otros.
Emile Benveniste es uno de los lingüistas que inició los estudios de los que hoy se conoce como «lingüística de la enunciación» entendida como «la puesta en funcionamiento de la lengua por un acto individual de realización».
La enunciación se construye a partir del locutor, que es el primero que dice «yo». La presencia de este «yo» da lugar a la existencia de un alocutor, que es el «tú», a quien ese yo se dirige. Estas dos son las personas básicas de la enunciación, las que en gramática conocemos como los pronombres personales de la primera y segunda persona del singular.
Sobre la base de estas dos personas, que son nombradas por estos pronombres personales, completan el aparato formal de la enunciación toda serie de pronombres que están relacionados, según el caso, con la primera o con la segunda persona.
Así, por ejemplo, el pronombre demostrativo «este», los adverbios de tiempo «ahora», «en este momento», «hoy», y el adverbio de lugar «aquí» se relacionan con la primera y la segunda persona, es decir, sirven para «armar» la situación de enunciación, que siempre sucede en presente.
A este sistema de pronombre personales y demostrativos, y de adverbios de lugar y tiempo, se lo llama deixis, son el conjunto de palabras que nos dan las pistas sobre el proceso de la enunciación. A esta palabras se las llama deícticos, elementos del lenguaje que se relacionan con los enunciados en la situación de enunciación.
De esta manera, la subjetividad se inscribe mediante el uso de deícticos y mediante las manifestaciones de texto de una valoración, un punto de vista, esto es, lo que se denomina modalizadores.