
Como en La Escribeteca nos gustan las cosas claras, antes de hablar de la estructura externa de un texto narrativo, daremos el paso previo lógico: definir qué tipo de texto es ese. ¿Son todos los textos narrativos? NO. Por ejemplo, mi newsletter es estupenda, pero no es un texto que pueda considerarse narrativo.
La característica principal de un texto narrativo es que su objetivo principal es narrar. Es decir, que este tipo de textos cuentan una serie de acontecimientos, reales o de ficción, que componen una historia. Dicha historia sucede durante un tiempo y en un espacio determinados y está protagonizada por una serie de personajes.
Los personajes de los textos narrativos merecen estudiarse a parte y lo hemos hecho en varias ocasiones. Por ejemplo, aquí hablamos de personajes secundarios y aquí del personaje más importante de cualquier narración: el narrador.
Además, las novelas, relatos, biografías, mitos y leyendas, que son los tipos de textos narrativos más comunes, se dividen en partes. A las partes del texto narrativo se las llama estructura y se dividen en
dos: estructura externa (párrafos, capítulos, etc) y estructura interna (planteamiento, nudo y desenlace).
A modo d
e resumen podemos decir pues que un texto narrativo se compone de:
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Historia
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Personajes
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Tiempo
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Espacio
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Narrador
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Estructura interna
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Estructura externa
Y de todos estos elementos vamos a hablar hoy.
Índice
Qué es un texto narrativo y sus características
Definición de texto narrativo
¿Cuáles son las características de un texto narrativo?
Elementos importantes de una narración
Narrador
Tiempo
Espacio
Ejemplos de textos narrativos
Tipos de estructura de un texto narrativo
Estructura interna
Planteamiento
Nudo
Desenlace
Estructura externa de un texto narrativo
Qué es la estructura externa
Elementos de la estructura externa
Por qué es importante trabajar un texto a nivel externo
Estructura externa de novela y relato: diferencias
¿Qué son los capítulos y qué papel cumplen en la estructura externa de una novela?
Para qué sirve la estructura externa en capítulos
¿Cuándo hacer la división en capítulos?
Capítulos con o sin título
Estructura interna de los capítulos
Relación entre estructura interna y externa de la novela
Qué es un texto narrativo y sus características
Definición de texto narrativo
Llamamos texto narrativo a aquel cuya función principal es contar una historia y que cumple dicha función mediante la voz de un narrador, que es quien relata los hechos.
Como hemos dicho, que la historia que se cuente sea real o ficticia es irrelevante a la hora de calificar a un texto de narrativo. El género tampoco importa. La mayoría de las narraciones se escriben en prosa, pero existen poemas narrativos, como el Cantar de Mío Cid, que cuenta una historia.
Otra cuestión que debemos tener en cuenta es que texto narrativo no es lo mismo que texto literario. En publicidad, en libros de texto, en folletos informativos y hasta en correspondencia privada se usa el storytelling. Siempre que esto sucede nos encontramos con un texto narrativo, pues el mismo cuenta una historia.
La narración existe tanto dentro como fuera de la literatura y hay literatura que no es narrativa.
Pero como todo esto puede resultar un poco confuso, vamos a aclararlo.
¿Cuáles son las características de un texto narrativo?
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Su objetivo principal es narrar una historia. Todos los textos pretenden transmitir un mensaje. Ese mensaje en la narración es la historia.
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El narrador es la figura que emite el mensaje (quien cuenta la historia)
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Dicha historia cuenta con unos personajes, que son quienes la viven.
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Es necesario situar la historia en un tiempo y un espacio concretos.
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Para que exista texto narrativo debe haber al menos una acción. Si no, hay historia. Hablamos largo y tendido de ello aquí.
Elementos importantes en una narración
Existen una serie de pilares de la narración tan importantes como la estructura externa e interna. Los hemos analizado en muchas ocasiones y también hemos dicho que no son los únicos. Por eso, hoy no dedicaremos espacio a personajes, conflicto, obstáculos y clímax, sino a otros tres elementos que resultan vitales a la hora de definir la estructura externa de un texto y también su estructura interna. Si quieres profundicar en los 6 elementos básicos, puedes echar un vistazo a este libro.
El narrador
Al contrario de lo que quizá pienses, narrador no es lo mismo que autora o escritora. La autora toma la voz de un narrador como vehículo para contar su historia. El papel de este narrador es crucial, pues de él depende el tono del texto. También es el encargado de colocar a los personajes en un contexto espaciotemporal determinado. Incluso, en ocasiones, quién sea el narrador marca la diferencia en cuanto a la estructura externa de un texto.
Por ejemplo, en Memento (que es una película y como tal parte de un texto narrativo: el guion) se sigue el punto de vista de un personaje con problemas de memoria. Si escribiésemos esta historia en formato de novela, tendríamos que hacerlo usando un tipo de capítulos muy determinados y con una estructura también muy peculiar.
En Flores para Algernon, la estructura externa (los capítulos y párrafos en concreto) varía a medida que el narrador, que también es el protagonista, se transforma.
El tiempo
Manejar adecuadamente el tiempo es fundamental para definir la estructura externa de un cuento, de una novela o de cualquier texto narrativo.
Puedes escoger una estructura interna lineal o fragmentaria. De esta decisión dependen tanto la estructura externa como la interna, ya que la línea temporal define el tipo de información que puedes dar en cada momento.
El espacio
Es uno de los elementos de la novela o relato al que menos atención se le presta desde el ámbito de la teoría. Sin embargo es imprescindible que lo trabajemos a fondo. Al fin y al cabo, el escenario es el lugar donde suceden los hechos de una historia.
Una misma novela puede contener un único espacio o muchos. Si los perosnajes tienen que viajar de un sitio a otro, las distancias afectarán también a la estructura del texto narrativo.
A veces, la combinación de tiempo y espacio nos obligan a diseñar estructuras complejas con elipsis, resúmenes, flashbacks, etc.
Imagen: Suro grado 10. grupo 1
Ejemplos de textos narrativos
Hay docenas de tipos de textos narrativos, cada uno con sus rasgos específicos. Todos ellos comparten las características y elementos de los que hemos hablado, pero también existen importantes matices que los diferencian. Estos son algunos de los tipos de textos narrativos más comunes:
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Novela y cuento: la mayor parte de la narrativa de ficción se concentra en estos dos formatos. Ambos, de longitud diferente, nos cuentan historias protagonizadas por personajes reales o imaginarios.
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Mitología: Los mitos son narraciones que tienden a explicar los orígenes del mundo. Al principio no podían considerarse textos porque se transmitían oralmente, pero ahora existen corpus completos de diferentes mitologías.
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Leyendas: las historias del rey Arturo y la tabla redonda, por ejemplo, forman parte de una serie de leyendas. Este tipo de narración se basan en hechos o personajes que se tienen como reales. Muchas veces se utilizan para resaltar las cualidades de una zona, ciudad, país o región.
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Fábulas: destacan porque tienen una intención didáctica. Pretenden transmitir una enseñanza que se expone al final de la narración a modo de moraleja. La moraleja, de hecho, es una parte de la estructura interna y también se puede identificar mediante la estructura externa, pues suele ir separada del texto narrativo en sí.
Este es el final de la fábula de La Lechera, de Felix maría de Samaniego:
¡Oh loca fantasía!¡Qué palacios fabricas en el viento!Modera tu alegría,no sea que saltando de contento,al contemplar dichosa tu mudanza,quiebre su cantarillo la esperanza.No seas ambiciosade mejor o más próspera fortuna,que vivirás ansiosasin que pueda saciarte cosa alguna.No anheles impaciente el bien fiaturo;mira que ni el presente está seguro.
Tipos de estructura: Estructura interna y externa de un texto narrativo
Como hemos mencionado varias veces, un texto narrativo se compone de estructura interna y estructura externa. En La Escribeteca trabajamos sobre todo con la estructura narrativa en tres actos. Aunque este artículo se centra más en la estructura externa, hablaremos brevemente de la interna.
Estructura interna de un texto narrativo
Cuando hablamos de “interno” nos referimos al contenido y cuando hablamos de “externo” nos referimos a la forma. Por tanto, la estructura interna de se refiere a la manera en la que se organiza la historia que queremos contar. La estructura interna más común es la que divide el texto en tres partes: planteamiento, nudo y desenlace.
Planteamiento: primera parte del texto narrativo
Lo primero que debemos hacer cuando escribimos una historia es situar a las lectoras en contexto. De esta manera, les facilitamos la comprensión y les resultará más fácil seguir los hechos que vayamos planteando.
Por eso, la estructura interna empieza con un planteamiento, una introducción a lo que sucederá más tarde. Esto nos sirve para presentar a la protagonista y a los demás personajes.
Además, es importante que usemos las partes del texto narrativo para dar la información que corresponde en cada una de ellas. Así, en el planteamiento debemos mostrar una situación inicial que será la causa o desencadenante del conflicto posterior. Y ese conflicto, que se complicará en el nudo, será el que los personajes tendrán que resolver en el desenlace.
También es buena idea que usemos el planteamiento para situar la acción en una época concreta e incluso en un género concreto.
Todo esto, por cierto, no es algo nuevo. ¿Te has parado a pensar en la estructura interna del Quijote? Cumple con casi todos estos requisitos ya en el primer párrafo.
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
En muy pocas palabras, el narrador nos da toda esta información:
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Espacio: un lugar de la mancha
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Tiempo: hace mucho
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Personaje: un hidalgo
El nudo: segunda parte del texto narrativo
La segunda parte de la estructura interna del texto narrativo es el nudo. Se trata de la parte central y suele ser la más extensa tanto en caso de relatos como de novelas.
En esta parte aparecen obstáculos, aliados, enemigos, pruebas a resolver y es donde se desarrolla la peripecia. También queda claro cuál es el conflicto que los personajes deberán resolver antes de que termine la narración.
En el cuento clásico Caperucita Roja, el nudo es todo lo que sucede desde que la niña sale de casa hasta el momento en que sale del vientre del lobo acompañada por su abuela. Esto último sería la solución al problema (haber sido devoradas) y es diferente en cada versión.
El desenlace: tercera parte del texto narrativo
Todo texto narrativo tiene una parte final y se llama desenlace. En este momento, si la autora planteó algún tipo de interrogante es cuando hay que resolverlo. También debe quedar claro cuál es el destino final de la protagonista y de los personajes más importantes.
El final puede ser feliz, triste o agridulce. Depende de si se sigue una estructura interna ascendente, descendente o plana.
Lo más importante del desenlace es que el conflicto debe quedar resuelto.
Estructura externa del texto narrativo
Cuando estudiamos las formas de trabajar de las escritoras de mapa y las escritoras de brújula, solemos fijarnos en la estructura interna: el contenido de las obras, los famosos puntos de giro, los personajes, el clímax, etc. Pero, ¿qué hay de la estructura externa? ¿Qué pasa con los capítulos y el resto de divisiones? De ellos depende lo fácil que resulte leer una novela y, por tanto, también tienen cierto peso en el éxito de una narración. Así que veamos cómo se pueden trabajar para hacer que tu obra final sea todavía más atractiva.
Qué es la estructura externa de un texto
La estructura externa de un texto es la forma en la que este se organiza en capítulos, partes, etc.
Se habla de estructura externa porque los elementos que la forman se pueden ver a simple vista, sin necesidad de leer el texto. De hecho, la ausencia de divisiones también es un tipo de estructura externa.
¿Te acuerdas de los horribles comentarios de texto que nos obligaban a hacer en secundaria? «La obra se divide en dos partes claramente diferenciadas». O «El poema contiene cuatro estrofas de cuatro versos cada una». Eso es, a grandes rasgos, la estructura externa.
Elementos de la estructura externa
1.- Secuencia: Hecho o grupo de hechos que se relacionan desde un punto de vista cronológico y temático. Dependen de la acción principal y se separan por elementos tipográficos, como asteriscos o interlineado doble.
2.- Episodio: acontecimiento o grupo de acontecimientos autónomos dentro de la acción principal sin distinción tipográfica. Cuando hablamos de episodio en literatura no es lo mismo que en televisión, donde episodio es sinónimo de capítulo. El lazarillo de Tormes está dividido en episodios.
3.- Capítulo: También es un grupo de hechos que se relacionan de manera temática y/ o cronológica. Suelen ser más largos que las secuencias y, por lo general, están numerados o llevan un título, como en El señor de los anillos.
4.- Parte: En las obras muy extensas, los capítulos se engloban en partes. En El señor de los anillos, a las partes se las denomina libros.
Aunque conocer la nomenclatura viene bien, lo esencial es saber que estas divisiones se escogen teniendo en cuenta el contenido de la acción; en concreto, el qué y el dónde. Al final del artículo te lo explico con el ejemplo de Harry Potter y la piedra filosofal.
¿Por qué es importante trabajar la estructura externa de una novela?
Los que llamamos elementos fundamentales de la narración, como la historia, los personajes, el clímax o los puntos de giro forman parte de la estructura interna y debemos manejarlos con maestría para que la obra funcione. Además, trabajar la estructura externa ayuda a que todos esos pilares clave brillen más.
La lógica interna del relato es más accesible y se disfruta más si se acompaña de una estructura externa que la refleje y la sostenga.
1 Facilidad de lectura
Es más sencillo leer una novela dividida en capítulos que una sin divisiones. Las lectoras necesitan pausas en las que descansar de la lectura y que tú decidas cuáles serán les pone las cosas más fáciles.
En ocasiones, una lectora se pone límites inconscientes en sus sesiones de lectura: «leeré dos capítulos y luego me acostaré». Siempre está bien contribuir a la disciplina de tu público.
Además, a la hora de comprar un libro, la ausencia de divisiones da la sensación de que la lectura será densa, lo que puede alejar a una parte de los lectores.
2 Transmite claridad de ideas
Muchas veces, cuando trabajamos la estructura en tres actos o los puntos de giro de nuestras tramas, nos damos cuenta de que a cada elemento clave de la novela podría corresponderle un capítulo. Cuando hemos diseñado una estructura interna que se sostiene por su propia lógica, lo que solemos obtener es un texto en el que las ideas están claras.
Colocar las ideas principales en capítulos dedicados ayuda a las lectoras a entender mejor esa división. Por ejemplo, en Harry Potter y la piedra filosofal, los títulos de los capítulos señalan a la perfección el contenido que encontraremos en ellos:
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Capítulo 1: El niño que sobrevivió
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Capítulo 2: El vidrio que se desvaneció
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Capítulo 3: Las cartas de nadie
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Capítulo 4: El guardián de las llaves
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Capítulo 5: El callejón Diagon, etc.
3 Refuerza el tema
Es más difícil ver este motivo en los libros cuyos capítulos solo están numerados, pero cuando existen títulos, resulta evidente que los mismos ayudan a conocer el contenido antes de empezar la lectura. De hecho, los títulos de los capítulos pueden ayudar a tomar una decisión de compra, como otros paratextos.
Estos son algunos de los títulos de los capítulos de Corazón de Tinta, de Cornelia Funke.
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Secretos
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Al sur
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Una casa atiborrada de libros
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El caballo negro de la noche
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Un sitio oscuro
Sin duda, dan una idea general y muy atractiva de lo que podemos encontrar en el libro. Si los unes a la sinopsis, la idea es todavía más clara:
«Quiénes son de verdad Dedo Polvoriento, Capricornio o Lengua de Brujo lo sabrá la joven Meggie por las respuestas que encuentre en un viejo pueblo de las montañas de Liguria… y también en un libro. Cuando Mo, el padre de Meggie, saluda a un extraño visitante que aparece en su casa, la niña siente que aquella persona emana un peligro, quizá una gran amenaza contra su padre… y entonces huyen al sur, a la casa de tía Elinor, propietaria de una de las más fascinantes bibliotecas que uno pueda imaginar. Meggie descubrirá que los forasteros que misteriosamente aparecen y desaparecen, como aquel visitante nocturno, llaman a su padre Lengua de Brujo, ya que tiene el don de dar vida a los personajes de los libros cuando lee en voz alta».
4 Mejorar el ritmo
Los finales de capítulo o sección son lugares estupendos para jugar con recursos como los cliffhangers. Así se crea suspense, se interrumpe la acción y se puede cambiar de escenario. Todas estas técnicas y muchas otras permiten acelerar o ralentizar el ritmo de tu narración según esta lo necesite.
Diferencias entre la estructura externa de una novela y de un relato
Por lo general, la estructura externa de la novela es más evidente y consta de más elementos que la de un relato. Esto se debe, sobre todo, a su longitud. En una novela, la división en partes, capítulos y secuencias ofrece todos los beneficios que acabamos de comentar. Un relato es mucho más corto y no suele necesitar esas divisiones.
No obstante, existen relatos con una estructura externa muy marcada, como Demasiada Felicidad, de Alice Munro, que está dividido en cinco partes numeradas del 1 al 5. En mi propio cuento, Que se muera la bruja, la estructura externa se divide en dos partes, secuencias en realidad, que se corresponden con el punto de vista de dos grupos de personajes: niños y adultos.
De hecho, lo más frecuente es que la estructura externa del relato se limite a párrafos y secuencias.
¿Qué son los capítulos y qué papel cumplen en la estructura externa de una novela?
Lo hemos dicho un poquito más arriba, pero no pasa nada, lo repito para que no tengas que buscar la definición:
Los capítulos son grupos de hechos que se relacionan de manera temática y/ o cronológica. Suelen estar numerados o llevar un título, como en El señor de los anillos o la saga de Harry Potter.
¿Para qué sirve la estructura externa en capítulos?
Los capítulos dan a la lectora un respiro mental. Los saltos de capítulo permiten digerir todo lo que ha sucedido dentro de cada sección. Cuando la lectora termina un capítulo está más cerca del final de la historia, lo que puede ser muy motivador a la hora de seguir leyendo. Y también ofrecen una oportunidad para el descanso, como decíamos antes.
Dicho esto, los capítulos no son obligatorios. La ausencia de capítulos puede funcionar como complemento a la atmósfera. Un excelente ejemplo de esto es La carretera, de Cormac McCarthy. La ausencia intencionada de capítulos alimenta la sensación de desolación general que empapa la historia.
¿Cuándo hacer la división en capítulos?
El primer borrador no es el momento para pensar en la estructura externa y los capítulos. En La Escribeteca nos encanta planificar antes de escribir y hasta hemos publicado un libro para ayudarte a hacerlo: Rutina de entrenamiento para escritoras en ciernes. Pero hay un límite para todo y personas a quienes la planificación al detalle se les atraganta. Lo más importante en el primer borrador es sacar la historia de tu cabeza y seguir adelante. La estructura externa de un texto y los capítulos del mismo pueden ultimarse más tarde.De hecho, incluso si eres fan de las escaletas detalladas, es posible que alguna de tus primeras ideas deje de gustarte y elimines escenas o capítulos enteros de tu planificación.
En cambio, si haces la división en capítulos una vez terminado el primer borrador, tienes una ventaja importante: puedes anotar en los márgenes de tu manuscrito el contenido de cada párrafo o página y hacer las agrupaciones que te parezcan más adecuadas.
Capítulos con título o sin título
Titular los capítulos es una preferencia personal y no es obligatorio. A mí no me gusta hacerlo y creo que ninguna de mis novelas cuenta con capítulos titulados. Pero que a mí no me guste no quiere decir que no tenga algunas ventajas. Por ejemplo estas:
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Los títulos dan pistas sobre lo que encontrarás en cada capítulo.
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Un buen título capitular puede motivar a la lectora a seguir leyendo.
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Un título es un buen punto de referencia para lectoras que comentan sus lecturas e incluso para clubes de lectura.
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Sirven para diferenciar un capítulo del siguiente
Estructura interna de los capítulos: planteamiento, nudo y desenlace
El comienzo de los capítulos
Mejor acción que reflexión. La acción atrae inmediatamente a la lectora y la implica de una manera más emocional en la lectura. Acción, no obstante, no se restringe a explosiones y persecuciones. Acción es que suceda algo. Una mariposa que vuele por la escena es mejor que un profundo pensamiento sobre el vuelo de las mariposas.
La acción hace que tus lectoras conecten antes con tus personajes y, por lo general, evita que se aburran.
Es importante que el principio de cada capítulo enganche bien con el final del anterior. Incluso cuando los capítulos correspondan a narraciones de punto de vista múltiple y este cambie de un personaje a otro, las transiciones suaves son mejores que las bruscas. Con mejores quiero decir más fáciles de leer.
El comienzo de los capítulos también es el mejor momento para dejar claro el escenario en el que sucede la acción. Si tus lectoras no saben dónde se encuentran los personajes, se sentirán confusas y menos motivadas para terminar la novela de lo que nos gustaría.
El nudo del capítulo
Un capítulo no tiene por qué contar una historia completa, pero sí debe contener un evento significativo y algún tipo de carga emocional. Igual que sucede en la novela, para que el capítulo resulte interesante, debe empezar planteando algo, lo que sea; en la parte central surgirán complicaciones y al final estás se resolverán de un modo u otro.
Incluso si un capítulo contiene solo una conversación, puedes empezarla con unos saludos, hacer que haya malentendidos entre los personajes y finalizarla en mejores o peores términos que al principio.
Ten en cuenta que la parte central de cada capítulo ha de dejar clara la idea, el tema o el evento principal que se trata en él.
Sea como sea, cada capítulo debe ser relevante para la trama.
El final del capítulo
El final de los capítulos cumple dos funciones: cierra una puerta y abre otra. Al final de cada capítulo, debes resolver al menos una cuestión. Aunque sea una resolución falsa o engañosa. La protagonista, además, debe estar más cerca del final de la historia. Bien con más posibilidades de conseguir su objetivo o bien con menos.
¿Cuál es la extensión adecuada para los capítulos?
No existe una regla establecida e inamovible para la extensión de los capítulos. Si bien muchos autores procuran que todos ellos presenten la misma extensión, no todos lo hacen y no hay ningún problema.
Solo ten en cuenta que alargar o acortar capítulos de manera artificial no ayudará a la trama ni a la fluidez de la historia.
En Wink, Poppy, Midnight, de April Genevieve Tucholke, los capítulos son en su mayoría cortos y algunos no ocupan más de una frase. En La chica de al lado, de Jack Ketchum, los capítulos son muy largos, pero uno de ellos está compuesto de solo tres palabras, lo que contribuye al clima de horror general.
La duración del capítulo se basa en el ritmo, así que puede variar y convertirse en una parte intencionada de la narración.
Si deseas transmitir urgencia o velocidad, puedes optar por capítulos cortos. Sin embargo, si buscas cierta morosidad en el ritmo, lo más probable es que necesites capítulos más largos.
Por supuesto, también puedes combinar capítulos cortos y largos para crear un ritmo similar al de un paseo por la campiña: constante y predecible.
Estructura interna y externa de un texto: relación
Lo ideal es que la estructura externa de un texto tenga una correspondencia lógica con la estructura interna. Aunque no se solapen como calcos. Por eso, es bueno que hagas el ejercicio de anotar qué sucede en cada página de tu primer borrador, una vez terminado, durante la revisión, para agrupar el contenido por capítulos. Quizá debas trabajar después para dar una unidad a cada uno de ellos, pero el resultado final merecerá la pena.
De nuevo, lo más importante es que cada capítulo haga avanzar la trama principal de una manera u otra.
¿Te hemos solucionado alguna duda en este artículo?¿Ya tienes más claras las ideas acerca de la estructura externa de un texto? Pues en La Escribeteca te ofrecemos muchísimo más: talleres literarios, retos mensuales, club y guñias de lectura… Todo lo que necesitas para convertirte en una escritora mejor.