
En el campo de la nutrición, esta práctica significa germinar semillas para ser consumidas crudas (preferiblemente) o cocidas.
Los germinados son bajos en calorías y ricos en fibra, enzimas, proteínas y otros micronutrientes. Se pueden comprar fácilmente, pero también se pueden cultivar en casa sin necesidad de tener conocimientos avanzados de jardinería. La inclusión de germinados en la alimentación tiene enormes beneficios para la salud:
- Los germinados son fáciles y baratos de cultivar y, como vegetales desarrollados localmente, ofrecen beneficios ambientales adicionales al evitar los pesticidas, los aditivos alimentarios y la contaminación por el transporte.
- Los germinados ofrecen una poderosa fuente de vitaminas, minerales, antioxidantes y enzimas que combaten los radicales libres, ya que los germinados pueden aumentar su potencia en 20 veces o más.
- Debido a que los germinados son densos en oxígeno, protegen el cuerpo contra las bacterias, los virus y el crecimiento anormal de las células.
- Las vitaminas, como A, B, C y E, y los nutrientes de los ácidos grasos esenciales aumentan en la germinación.
- En la germinación, los minerales se unen a las proteínas, haciendo que sean más fácilmente absorbidas por el cuerpo.
- Las semillas, los cereales de grano entero y las legumbres germinadas ayudan a la regeneración celular.
- Debido a su riqueza en fibra alimenticia y su bajo contenido calórico, los germinados ofrecen una ayuda sustancial en tus objetivos de pérdida de peso.
Cómo germinar cereales de grano entero / fríjoles / legumbres
Usa agua potable para remojarlos y enjuagarlos cada vez.
Lava los frijoles enteros. Remójalos en agua durante seis a ocho horas (o más, dependiendo del tamaño del frijol). Escurre el agua. Lava los frijoles con agua fresca. Ponlos en un germinador o en un colador y cúbrelos. Mantenlos en un lugar oscuro. Los brotes tardarán entre 8 y 16 horas, dependiendo del clima, en salir. Los frijoles que no han brotado están podridos y deben ser separados de los que germinaron y ser desechados o compostados. Enjuágalos y escúrrelos de dos a tres veces al día durante dos días o hasta que hayan germinado al largo deseado. Enjuágalos y escúrrelos una vez más. Luego, envuélvelos con una toalla de papel y guárdalos en un recipiente en la nevera hasta por una semana.
Usa agua potable para remojarlos y enjuagarlos cada vez.
Paso 1: Remoja tus semillas
Una buena regla general es usar tres partes de agua por una parte de semilla. Comienza con una cucharada de semillas. Colócalas en un frasco de vidrio de boca ancha limpio, cúbrelas con agua y revuélvelas para asegurarte de que todas las semillas estén húmedas. Cubre el frasco con una tapa de malla o con un trozo de tela de muselina (o doble gasa) que se haya asegurado con una banda elástica. Pon el frasco a un lado y deja que las semillas se remojen durante seis a ocho horas.
Paso 2: Escurre y enjuaga las semillas remojadas
Una vez que el tiempo de remojo haya terminado, necesitas drenar tus semillas. Inclina el frasco sobre el lavaplatos y escurre el agua. Añade agua fresca al frasco, hazlo girar un poco y luego escúrrelo. Asegúrate de sacudir toda el agua que puedas. Ponlo inclinado hacia abajo en un envase hondo para ayudar con la ventilación y el drenaje. Es importante que las semillas drenen bien, y parece que esto es el truco para que funcione. Coloca el envase hondo con el frasco en un lugar apartado. No necesita tener luz solar, pero requiere poder respirar.
Paso 3: Enjuaga, drena, repite
Visita tus germinados dos veces al día y enjuágalos con agua fresca y fría, escúrrelos y colócalos de nuevo en el tazón. Para la mayoría de las semillas, empezarás a ver brotes pequeños en un día, más o menos. Sigue enjuagando y drenando hasta que los germinados tengan la longitud deseada. Por lo general, esto toma de cuatro a cinco días.
Paso 4: Cosecha, almacena y usa tus brotes
Enjuaga y escurre los germinados por última vez, luego quita la tapa del frasco y colócalos todos en papel de cocina limpio y absorbente. Luego, envuélvelos y cierra el recipiente. La humedad extra es la enemiga de los germinados. Almacena los germinados en la nevera hasta durante una semana.
¡Feliz germinación!
*Este artículo se reimprime con permiso de www.vinitacontractor.com.
El contenido de este artículo de nuestra sección de Agrotecnia fue elaborado por hogaresherso.com.mx, el cual fue revisado y reeditado por Portalfruticola.com
Enseña a tu hijo como nace una planta germinando un frijol (poroto)
Si en casa te han preguntado ¿Cómo crece una planta? entonces este experimento de cómo germinar un frijol (poroto) es para ti. Este es uno de los experimentos sencillos para niños que más pueden disfrutar, a través del cual podrán explicar el ciclo de vida de una planta de una manera simple y visual.
La germinación es el proceso mediante el cual una semilla se desarrolla hasta convertirse en una planta.
Beneficios de realizar este experimento casero con niños pequeños:
- Conocer todas las partes de la planta: raíces, tallo, rama, hojas y fruto
- Ayuda a desarrollar la paciencia, ya que deben esperar unos días (pocos) para ver crecer la planta
- Desarrolla el amor y respeto por las plantas, por ende, por la naturaleza
- Incentiva la responsabilidad, ya que “la planta” se debe cuidar y dar agua cuando sea necesario
- Se convierte además en una actividad sensorial al momento de sembrar la planta en tierra
¿Cuáles materiales vas a necesitar para realizar este experimento?
- Frijoles en buen estado
- Frasco o recipiente de cristal limpio (de esta manera tu peque podrá ver el crecimiento de la planta). Puedes reutilizar envases de algunos productos: mermeladas, salsas, mayonesa, etc.
- Algodón
- Agua
- Cinta Adhesiva, papel y marcador
¿Cómo germinar un frijol (poroto)?
- Coloca algodón en el recipiente de cristal, evita aplastar el algodón.
- Coloca los frijoles con cuidado en diferentes partes del frasco, evita que queden pegados o que queden en el fondo
- Agrega agua con cuidado para humedecer el algodón. Evita que sea en exceso
- Con ayuda de la cinta adhesiva, pega un pedazo de papel indicando la fecha en que han colocado el frijol en el frasco, de esta manera será más fácil hacer la observación
- Coloca el frasco cerca de la luz, por ejemplo, en una ventana
Cada día se debe humedecer el algodón, ya que una parte muy importante en el proceso de germinación es la absorción del agua y recuerda para que la planta crezca necesita la luz del sol, por eso colocamos el frasco cerca de la ventana
Llevar una bitácora de observación les permitirá registrar cómo fue desarrollándose la planta:
- Día 1: Ha sido el día que iniciamos el experimento, en la noche observamos como los frijoles habían absorbido agua
- Día 2: Los frijoles comenzaron a abrir para más adelante dejar salir las raíces
- Día 3: Ya los frijoles tenían raíces, las del frasco con papel toalla eran raíces un poco más largas
- Día 6: ¡La planta ya salió! ya tenía tallo y las hojas cerradas
- Día 7: Dos de las plantas habían crecido lo suficiente como para salir del recipiente
- Día 9: Ya teníamos 5 plantas con hojas, así que era el momento ideal de sembrarlas
Cuando haya crecido la planta de frijol (poroto) es momento de sembrarla en tierra, seguirla cuidando y viendo cómo se desarrolla, crece y da frutos.
Guía fotográfica de cómo germinar una semilla de frijol (poroto)
Fuente: hogaresherso.com.mx
www.portalfruticola.com
Este sencillo proceso se puede realizar casi con todas las semillas que tengas en casa. En solo unos días tienes microgreens para agregar a todas tus comida
Siendo la persona sensata que sabemos que eres, probablemente te abasteciste de granos para esta cuarentena. Su versatilidad, durabilidad y aporte nutricional los vuelven una reserva perfecta durante esta emergencia sanitaria, pero hay algo más que puedes hacer con estos granos aparte de hervirlos y cocinarlos; germinarlos. ¿Recuerdas el experimento escolar del frijol que se volvía una plantita? Bueno, esto es bastante similar.
Pero antes que nada te damos la mejor razón para hacerlo, los germinados son una increíble fuente de nutrientes —de hecho superan a los granos sin germinar—. La dietista de Harvard Kristina Secinaro explica que “el proceso de germinado descompone algo del almidón aumentando el porcentaje de nutrientes. También descompone el fitato, una forma de ácido fitánico que normalmente deteriora la absorción de vitaminas y minerales en el cuerpo,” explica en un artículo de Health Harvard. Estos nutrientes incluyen hierro, vitamina C, zinc, magnesio y proteínas, por lo que incluir los germinados en tu dieta es excelente.
1. Para germinar cualquier grano que elijas —lentejas, frijoles, trigo y garbanzo por ejemplo— necesitas un frasco de vidrio grande de 1 litro con boca ancha, ahí colocarás 2 cucharadas del grano y ½ de agua potable tibia, revuelve para asegurarte que no se peguen. Cierra con una malla o un paño de dios, coloca en un lugar oscuro a temperatura ambiente y espera 8 horas. Este proceso es para ablandar la capa que recubre el grano y que la germinación suceda más rápido.
2. Cuela las semillas y enjuaga con agua corriente. Lava el frasco y espera a que seque. Regresa los granos ya colados al frasco y vuelve a tapar con el paño, coloca una liga elástica para cerrar. Recuesta el frasco sobre un trapo de forma que quede casi completamente horizontal en un lugar a temperatura ambiente que no reciba luz solar.
3. Durante los primeros tres días, cuela los granos cada 8 horas, enjuaga y vuelve a colocar en el frasco lavado. Esto es para retirar el exceso de humedad y evitar que le salgan hongos. Pasados los tres días repite el proceso una vez cada 24 horas. El cuarto o quinto día comenzarás a ver como se rompe la capa de los granos y comienza a salir un tallo pequeño.
4. Cuando los germinados tengan aproximadamente 3 cm de largo coloca el frasco en una lugar que reciba luz solar indirecta. Así las hojas comenzarán a crecer.
5. A los 7 u 8 días tendrás un germinado listo para comer. Recuerda que es muy importante que cambies escurras el agua a diario para evitar la formación de hongos.
6. La mejor forma de guardarlos es en un recipiente alargado, con tres toallas de papel para cocina en la superficie (para absorber la humedad) y tapado con una malla u otro material que permita a que el aire circule.
Puedes agregarlos a lo que sea, un sándwich, sobre la ensalada, como complemento de un pescado.
NOTA: Este procedimiento también se puede hacer con semillas. También puedes pasar algunos de esos germinados a una maceta con tierra fértil y dejar que crezcan un poco más para obtener brotes comestibles.