
Ejemplos del Corpus de Collins
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España, tras Francia, Gran Bretaña y Holanda , ha sido el cuarto país en unirse a la iniciativa de la Fuerza de Intervención Rápida.
Por el contrario, en Alemania y Holanda el porcentaje supera el 55 %.
Recientemente se han incorporado a la GEN las compañías telefónicas de Holanda , Portugal y de Suiza.
Holanda , de todos modos, cuenta con suficiente calidad para hacer un buen papel, pero su debilidad parece estar en la defensa.
» Panos de Holanda como sábanas para cuando se lavaba las piernas.
Estuvo muy cultivada en Holanda y en las tierras del Rin y del este de Alemania, de donde se exporto a Flandes e Inglaterra; pero llega tambien al Mediterráneo.
Una mujer va en bicicleta por un campus holandés.
El amplio uso del inglés en el mundo académico en Holanda facilita la llegada de estudiantes extranjeros y fomenta la internacionalización de universidades y escuelas superiores. En 20l7 el 25% de los programas de licenciatura (bachelor) y el 75% de los de másteres fueron solo en inglés. El ministerio de Educación no lo considera un problema para la calidad de la enseñanza, a pesar de que la mayoría de los docentes son holandeses que imparten sus clases en dicha lengua, que no es la materna. Para un grupo cada vez más numeroso de catedráticos y escritores autóctonos, sin embargo, el manejo del neerlandés corre el peligro de no alcanzar un buen nivel universitario, o desaparecer del terreno científico oscurecido por el inglés. De ahí que hayan remitido una carta a la ministra, Ingrid van Engelshoven, abogando por una mayor paridad entre ambos.
“Es un tema muy delicado, y por supuesto, estoy a favor del uso del inglés en la educación superior. He publicado en esa lengua, como el resto de mis compañeros, y todos hemos animado a nuestros alumnos a hacerlo. [En la investigación], el eco internacional de tu trabajo es mayor de ese modo. Pero en la docencia el inglés ha ido demasiado rápido y abarca también demasiado. Ello se debe principalmente a la competición entre universidades para sumar más alumnos. Al ofrecer el bachelor y el máster todo en inglés, son más atractivas para los estudiantes porque ya no hay barrera lingüística. Pero si una lo hace, las demás no pueden quedarse atrás porque entonces pierden cuota de mercado y con ello parte de su financiación”, dice Annette de Groot, catedrática emérita de Psicología de la Lengua en la Universidad de Ámsterdam, una de las firmantes de la carta.
“Con respecto al inglés, los holandeses creen que lo manejan bien, pero está claramente mucho menos desarrollado que su neerlandés. Su capacidad de expresión, comprensión y pensamiento son, por tanto, menores en inglés», añade De Groot, durante una charla en Ámsterdam. «Su uso como lengua de la educación tiene, de este modo, un efecto negativo en la calidad de la misma. Además, el nivel de neerlandés de los estudiantes holandeses en programas impartidos solo en inglés, se estanca y puede quedar a la altura obtenida en la secundaria: su lengua materna no tendrá categoría académica. La mayoría de estos estudiantes holandeses encontrarán un trabajo en su país al concluir la universidad, por eso es muy importante que hayan desarrollado su propio idioma al mayor nivel posible”, prosigue.
400 euros por una habitación
La llegada de alumnos extranjeros a las universidades holandesas ha provocado un problema que no se tuvo en cuenta a tiempo: la escasez de habitaciones. Los colegios mayores o residencias de estudiantes no son tradición en el país y el sector privado aprovecha la situación para hacer caja. El Sindicato Nacional de Estudiantes indica que “faltan unas 40.000 habitaciones”, y este agosto, una pequeña en un piso compartido costaba ya más de 400 euros mensuales. En Ámsterdam, podía llegar a 571, según Kamernet, la mayor red digital estudiantil de búsqueda de acomodo. Para los autóctonos, es una carrera contra reloj. A los de fuera, que desconocen el panorama, les puede complicar el estudio mismo: hay alumnos que se han visto obligados a trasladar la matrícula de agosto a febrero por no tener casa.
A Bart Pierik, portavoz de la Asociación de Universidades, los temores de la experta le parecen infundados. “Es verdad que la entrada de estudiantes extranjeros ayuda a cuadrar las cuentas de las universidades, pero la calidad de la enseñanza es buena y aumenta con la diversidad. Y desde luego, sigue habiendo suficientes clases en neerlandés como para mantener el nivel lingüístico”, asegura. De todos modos, en el plan presentado por la Asociación el pasado mayo al ministerio, se pide poder regular el flujo de candidatos extranjeros en las licenciaturas ofrecidas en inglés. También se incluye la exigencia de un nivel C1 de inglés (avanzado) para los profesores, y se ofrece a los alumnos extranjeros clases de neerlandés.
Según la Oficina Central de Estadística, en 2017 había en Holanda 268.000 estudiantes universitarios, de los cuales 48.500 eran extranjeros, comunitarios o no. En 2010, los foráneos eran 14.700, de un total de 212.700. El Proceso de Bolonia (1999) creó un Espacio Europeo de Educación Superior competitivo, y un alumno de la Unión Europea paga lo mismo que un holandés: unos 2.000 euros anuales de matrícula, en los cursos de Bachelor, y entre 2.000 y 5.000 euros al año para el máster. Para los no comunitarios, las tasas son más elevadas: entre 6.000 y 12.000 euros para el Bachelor, y entre 8.000 y 20.000 euros anuales en el máster. En el año 2000, el Estado holandés abonaba a la universidad unos 20.000 euros por alumno, entre los salarios de los profesores, uso de bibliotecas, laboratorios y demás servicios. Ahora son cerca de 15.000 euros, “unas cantidades todas aproximadas”, señalan fuentes ministeriales. En términos contables, los inscritos de fuera de la UE (China, Estados Unidos, Indonesia, Turquía en India con los principales países, indica la rama holandesa de la Red Europea de Migraciones) son los que más aportan a las arcas universitarias.
La Universidad de Groningen (al norte del país), con unos 60.000 estudiantes (de 203.000 habitantes, según el Ayuntamiento), es una de las más populares. Casi 8.000 inscritos eran extranjeros en el curso 2017-2018, entre universitarios y escuelas superiores. Ofrece 36 licenciaturas (Bachelor) en inglés, desde Historia del Arte y Matemáticas Aplicadas, a Geografía Humana, Urbanismo, Teología o Estudios Religiosos. La presencia de jóvenes es mayoritaria en la ciudad, aunque la mezcla entre el alumnado foráneo y el autóctono no siempre se mantiene fuera de las aulas. “Podemos trabajar juntos en proyectos y presentaciones, pero luego la tendencia es a reunirnos con nuestros propios grupos, más homogéneos”, admite Eva, que estudió Pedagogía (en neerlandés) seguida de un máster impartido en inglés. Otra cosa es un máster selectivo, con nota mínima exigida, entre otros criterios. En el de Relaciones Internacionales y Diplomacia, de la Universidad de Leiden, la presencia de holandeses es menor, comparada con los matriculados de China o India. Pero ahí, las ventajas de socializar con alumnos de otras culturas son más visibles.
Educación: Holanda, el país que teme perder su idioma porque las universidades no lo usan
- Anna Holligan
- BBC News, La Haya
31 octubre 2018
Fuente de la imagen, Utrecht university
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En el nivel educativo más alto en la Universidad de Utrecht apenas se imparten cursos en holandés.
Estamos en Holanda, en una universidad: los estudiantes se sacan las chaquetas y las bufandas mientras el profesor abre una presentación en Power Point sobre «emprendimientos innovadores» y se prepara para dar su charla, que será en inglés.
El idioma es elección del centro académico, apunta Frank van Rijnsoever de la Universidad de Utrecht.
El uso del inglés en las educación superior holandesa es tan extenso que un grupo de profesores predijo que habrá un «lingüicidio» inminente y exigió que el gobierno de La Haya imponga una moratoria que prohíba a las universidades crear nuevos cursos en inglés hasta que se realice un análisis de impacto oficial.
El 60% de los programas de maestría ofrecidos en la Universidad de Utrecht son en inglés. En el nivel educativo más alto prácticamente no se imparten cursos en holandés.
Fuente de la imagen, Utrecht university/Maarten Nauw
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Para algunos estudiantes en Utrecht el mayor desafío es realizar todos sus estudios en inglés.
«A mí no me importa. La mayoría de los textos están en inglés«, dice el profesor Van Rijnsoever.
«Así que para mí, como docente, no es un gran problema porque también investigamos en inglés. Pero para los estudiantes, ves que tienen que cruzar una cierta barrera para expresarse adecuadamente».
Países Bajos tiene uno de los niveles más altos del mundo de dominio del inglés como segunda lengua, superado solo por Suecia, según el último Índice EF de Dominio del Inglés.
«Es algo que aprendí a lo largo de los años, principalmente mientras hacía mi doctorado en inglés académico», explica el profesor.
Para Oskar van Megen, quien se graduó con un título en desarrollo sustentable, realizar una maestría en inglés con orientación internacional tenía sentido ya que el tema era más amplio que en los Países Bajos.
Sin embargo, reconoce que tuvo su costo: «Me puso un poco en desventaja porque me tomó mucho tiempo entender y concentrarme en lo que decían los profesores, y entender los artículos y escribir mis propios artículos».
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Oskar van Megen está satisfecho de que su maestría fuera en inglés, pero le ha resultado difícil encontrar trabajo en Países Bajos.
Sin embargo, aunque siente que está calificado para tener una carrera internacional, desde entonces ha luchado por encontrar trabajo en su país.
‘Úsalo o piérdelo’
Utrecht no es la única. Algunas universidades del país han borrado completamente el idioma holandés de su currículo. En Eindhoven, incluso los sándwich en las cafeterías dicen «cheese» al queso en lugar de la palabra holandesa «kaas».
Y no todos están contentos con la creciente anglicanización de las universidades.
«El holandés es nuestra identidad», se queja Annette de Groot, profesora de lingüística en la Universidad de Ámsterdam.
«¿Qué sucede con la identidad de un pueblo en un país en el que el idioma nativo ya no es el principal de la educación superior?».
«Los holandeses no son tan buenos con el inglés como ellos creen. No deberías utilizar un lenguaje más débil en la educación«, advierte la experta.
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La profesora Annette de Groot teme un efecto perjudicial para el idioma holandés.
«Si usas el inglés en la educación superior, el holandés eventualmente empeorará. Es ‘úsalo o piérdelo’. El holandés se deteriorará y la vitalidad del idioma desaparecerá. Se llama bilingüismo desequilibrado. Agregas un poco de inglés y pierdes un poco de holandés«.
Mientras que el inglés puede ayudar a los estudiantes a ingresar al mercado global, otros sienten que su prevalencia los excluye de su país de origen.
Y el debate político aquí se está intensificando, a medida que más ciudadanos de Reino Unido se mudan porque sus empresas desean permanecer en la Unión Europea (UE) después del Brexit.
Es hora de que haya un debate honesto sobre el tema, dice la profesora De Groot.
«Estamos cambiando a una visión cada vez más anglosajona del mundo. Las universidades quieren diversidad, perspectivas diferentes. Lo que ocurre es exactamente lo contrario. La anglicanización significa que terminas con un mundo mucho más homogéneo».
Para ella la ironía es que las universidades holandesas simplemente están compitiendo para atraer estudiantes en un intento por sobrevivir.
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La Universidad de Utrecht ofrece más de 80 programas de maestría en inglés.
El rector de la Universidad de Utrecht, Henk Kummeling, sostiene que avanzar hacia el inglés ha sido un proceso orgánico pero acepta que para competir internacionalmente tiene sentido utilizar un idioma mundial.
«No es que sea una publicidad para estudiantes internacionales», me asegura desde su oficina, con vista al campus repleto de bicicletas.
«La cultura holandesa permanecerá durante siglos. Cuando los holandeses hablamos entre nosotros, hablamos holandés».
Oskar está de acuerdo, diciendo que disfrutó entablando amistades con estudiantes de Reino Unido, Irlanda e Italia.
«Personalmente no tengo ningún problema en no hablar holandés o con la cultura holandesa, que tal vez esté desapareciendo un poco».
Pero él dice que tiene que haber un límite y considera que la Universidad de Groningen, en el norte del país, ha admitido a demasiados estudiantes internacionales.
«Hay tantos, que tienen que instalar carpas solo para que los estudiantes puedan tener un techo sobre sus cabezas», se queja.
El peligro para él es que las universidades están tratando de aumentar su perfil internacional al tiempo que buscan generar ingresos de estudiantes extranjeros, y hacen otras concesiones.
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