
Es una canción especial de entrada que indica la unidad de la comunidad eclesiástica. Muestra una disposición total al encuentro con Dios, esos sagrados minutos que se ofrecen a Él en una ceremonia eucarística. Precisamente ”Juntos como hermanos” entona ese inicio.
El sentido de juntos como hermanos
Este canto de entrada se puede hacer por ejemplo cuando en la misa llega el momento de recibir el cuerpo de Cristo, también cuando se llevará a cabo otra ceremonia religiosa que tiene periodos de espera y marcan el inicio de una importante actividad. Resulta ser muy indicada cuando te encuentras desplazándote hacia el altar.
Esta es entonces una opción procesional muy tradicional que vale la pena no dejar en el olvido porque nos recuerda que todos somos hermanos y además miembros de una Iglesia que están reunidos para el encuentro con el Señor.
“Juntos como hermanos” aunque es muy tradicional y tiene una historia bastante antigua, puede ser escuchada en una versión más moderna, mucho más vibrante. Así todos pueden cantar al ritmo de una hermosa canción tradicional ambientada de una manera muy moderna.
Es un excelente ejemplo de unidad, una canción que se entona al unísono por varias personas, seguidores de Dios que le expresan su disposición.
Estas letras también confirman que pase lo que pase los feligreses estarán en el encuentro con Dios, pero que por supuesto sólo llegarán a Él, con su ayuda y de la mano de todos, sin mentiras ni engaños, sólo en paz y armonía de hermanos.
Juntos como hermanos,
miembros de una Iglesia,
vamos caminando,
al encuentro del Señor.
Un largo caminar,
por el desierto bajo el sol,
no podemos avanzar
sin la ayuda del Señor.
Juntos como hermanos,
miembros de una Iglesia,
vamos caminando,
al encuentro del Señor.
Unidos al rezar,
unidos en una canción
Viviremos nuestra fe con
la ayuda del Señor.
Juntos como hermanos,
miembros de una Iglesia,
vamos caminando,
al encuentro del Señor.
La Iglesia en marcha está:
A un mundo nuevo vamos ya
Donde reinará el amor,
Donde reinará la paz.
Juntos como hermanos,
miembros de una Iglesia,
vamos caminando,
al encuentro del Señor.
Fuente: https://youtu.be/JnvrftMdEJg
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SALMO 92
SALMO 92, 1-3
Bueno es dar gracias a Yahveh, y salmodiar a tu nombre, Altísimo,
Publicar tu amor por la mañana, y tu lealtad por las noches,
Al son del arpa de diez cuerdas y la lira, con un susurro de cítara.
SALMO 92, 4-6
Pues con tus hechos, Yahveh, me regocijas, ante las obras de tus manos grito:
«¡Qué grandes son tus obras, Yahveh, qué hondos tus pensamientos!»
El hombre estúpido no entiende, el insensato no comprende estas cosas.
SALMO 92, 7-9
Si brotan como hierba los impíos, si florecen todos los agentes de mal, es para ser destruidos por siempre;
Más tú, Yahveh, eres excelso por los siglos.
Mira cómo tus enemigos perecen, se dispersan todos los agentes de mal.
SALMO 92, 10-12
Pero tú alzas mi frente como la del búfalo, derramas sobre mí aceite nuevo;
Mi ojo desafía a los que me acechaban, mi oído escucha a los malvados.
Florece el justo como la palmera, crece como un cedro del Líbano.
SALMO 92, 13-15
Plantados en la Casa de Yahveh, dan flores en los atrios del Dios nuestro.
Todavía en la vejez producen fruto, se mantienen frescos y lozanos,
Para anunciar lo recto que es Yahveh: mi Roca, no hay falsedad en él.
SALMO 95
SALMO 95, 1-3
Venid, cantemos gozosos a Yahveh, aclamemos a la Roca de nuestra salvación;
con acciones de gracias vayamos ante él, aclamémosle con salmos.
Porque es Yahveh un Dios grande, Rey grande sobre todos los dioses;
SALMO 95, 4-7
En sus manos están las honduras de la tierra, y suyas son las cumbres de los montes;
suyo el mar, pues él mismo lo hizo, y la tierra firme que sus manos formaron.
Entrad, adoremos, prosternémonos, ¡de rodillas ante Yahveh que nos ha hecho!
Porque él es nuestro Dios, y nosotros el pueblo de su pasto, el rebaño de su mano.
SALMO 150
SALMO 150, 1-3
Alabad a Dios en su santuario, alabadle en el firmamento de su fuerza,
Alabadle por sus grandes hazañas, alabadle por su inmensa grandeza.
Alabadle con clangor de cuerno, alabadle con arpa y con cítara,
SALMO 150, 4-6
Alabadle con tamboril y danza, alabadle con laúd y flauta,
Alabadle con címbalos sonoros, alabadle con címbalos de aclamación.
¡Todo cuanto respira alabe a Yahveh! ¡Aleluya!.
JUNTOS COMO HERMANOS