
First Knight (llamada El primer caballero en España y Lancelot, el primer caballero en Argentina)[1] es una película de 1995 dirigida por Jerry Zucker y protagonizada por Richard Gere, Julia Ormond y Sean Connery. La película se basa en la leyenda del rey Arturo y sigue el romance de sir Lancelot y lady Ginebra de Lyonesse, esposa del rey.[2]
Argumento
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La película comienza Lancelot (Richard Gere), un vagabundo y experto espadachín, que combate en duelos en pequeños pueblos por dinero. Lancelot atribuye su habilidad a su falta de preocupación por si vive o muere. Ginebra (Julia Ormond), gobernante de Lyonesse, decide casarse con Arturo en parte por su admiración y en parte por la seguridad contra Malagant, quien se muestra asaltando un pueblo. Mientras viaja, Lancelot tiene posibilidades por el carruaje de Ginebra en el camino a Camelot, y ayuda a estropear la emboscada de Malagant destinada a secuestrarla. Se enamora de Ginebra, que rechaza sus avances. Aunque Lancelot la insta a seguir su corazón, Ginebra permanece obligada por su deber. Ella se reúne posteriormente con su escolta.
Más tarde, Lancelot llega a Camelot y navega con éxito por una pista de obstáculos con la perspectiva de un beso de Ginebra aunque en cambio le besa la mano. También gana una audiencia con su futuro esposo, Arturo. Impresionado por el coraje de Lancelot y golpeado por su imprudencia y su libertad, Arturo le muestra la Mesa Redonda que simboliza una vida de servicio y hermandad, y advierte a Lancelot que un hombre «que no teme nada es un hombre que no ama nada».
Esa noche, los secuaces de Malagant llegan a Camelot y secuestran Ginebra. Es atada y llevada a la sede de Malagant, donde es mantenida como rehén. Lancelot se presenta como un mensajero a Malagant sólo para escapar con Ginebra y devolverla a Camelot. Una vez más, Lancelot trata de ganar su corazón, pero no tiene éxito. En el viaje de vuelta, se revela que Lancelot fue huérfano y se quedó sin hogar después de que los bandidos atacaron su pueblo, y ha estado vagando desde entonces.
En gratitud, Arturo ofrece a Lancelot una vocación más alta en la vida como Caballero de la Mesa Redonda. En medio de las protestas de los otros Caballeros (que sospechan de su puesto), y de Ginebra (que lucha con sus sentimientos por él), Lancelot acepta y toma el lugar de Malagant en la mesa, diciendo que ha encontrado algo que preocuparse. Arturo y Ginebra se casan posteriormente. Sin embargo, un mensajero de Lyonesse llega, con noticias que Malagant ha invadido. Arturo lleva a sus tropas a Lyonesse y derrota con éxito las fuerzas de Malagant. Lancelot gana el respeto de los otros Caballeros con su destreza en la batalla. También aprende a abrazar la filosofía de Arturo, movido por la difícil situación de los aldeanos.
Lancelot se siente culpable por sus sentimientos por la reina y la lealtad a Arturo y en privado anuncia su partida para ella. No puede soportar la idea de que se vaya y le pide un beso, que se convierte en un abrazo apasionado, justo a tiempo para que el rey lo interrumpa. Aunque Ginebra afirma amar tanto a Arturo como a Lancelot – aunque de diferentes maneras – los dos están acusados de traición. La prueba abierta en la gran plaza de Camelot es interrumpida por una invasión sorpresa de Malagant, lista para quemar a Camelot y matar a Arturo si no jura fidelidad. En cambio, Arturo ordena a sus súbditos que luchen, y los hombres de Malagant le disparan con ballestas. Una batalla entre los hombres de Malagant y los soldados de Camelot y los ciudadanos se produce, y Lancelot y Malagant se enfrentan. Desarmado, Lancelot se apodera de la espada caída de Arturo y mata a Malagant. El pueblo de Camelot gana la batalla, pero Arturo muere de sus heridas. En su lecho de muerte, le pide a Lancelot que «cuide de ella para mí», refiriéndose tanto a Camelot como a Ginebra. La película se cierra con una balsa funeraria que lleva el cuerpo de Arturo flotando hacia el mar, que se pone en llamas.
Reparto
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Recaudación
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La película obtuvo una suma de 37 600 435 dólares en el mercado estadounidense y 90 000 000 dólares en otros mercados extranjeros. El total recaudado alcanzó los 127 600 435 dólares en todo el mundo.
Fechas de estreno
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Referencias
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Enlaces externos
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La Crítica de SensaCine
2,0
Pasable
El primer caballero
Sex symbols con armadura
por Paula Arantzazu Ruiz
por Paula Arantzazu Ruiz
Tras la increíble acogida de ‘Ghost’ (1990), Jerry Zucker, de los afamados ZAZ (Zucker, Abrahams y Zucker) decidió volver a ponerse serio y filmar de nuevo una cinta romántica ambientada esta vez en la corte del Rey Arturo y su Camelot. Escogió el poco original triángulo amoroso formado por el monarca, su esposa Ginebra y Lancelot, aquí encarnados por Sean Connery, Julia Ormond y Richard Gere. El casting no era nada gratuito: Connery y Gere, dos de los sex symbols más importantes del cine contemporáneo, serían el mejor gancho para llevar a las féminas corriendo a las salas de cine, ignorantes de que si algo domina la película no es el fervor sexual, sino la decepcionante castidad entre los amantes. Mucho ruido, pues, y pocas nueces en esta cinta cuyo resultado se asemeja más a una postal de cartón piedra que a la historia de carne y pasión que nos gustaría ver. A favor: Richard Gere real
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Lancelot: El Primer Caballero.
Actores: Richard Gere / Sean Connery / Julia Ormond / Ben Cross / Liam Cunningham / John Gielgud / Colin McCormack / Christopher Villiers / Valentine Pelka / Tom Lucy
Sinopsis:
Su más grande batalla seria por su amor.
“Una historia épica llena de espectaculares batallas, pasión y grandiosas actuaciones.”
Juntos, Sean Connery, Richard Gere, Julia Ormond (Legends of the Fall, Sabrina) y Jerry Zucker, el director de Ghost, les traen una nueva visión del Rey Arturo y Camelot. Una visión de batallas agotadoras, de gran coraje y del innegable amor que puso al reino entero de rodillas…y de la inmensa pasión que lo hizo vivir para siempre.
Características Especiales:
Titulo Original: First Knight.
Año: 1995
Duración Aprox.: 108133 Min.
Vídeo Widescreen: 1.85:1
Región: 4
Clasificación: A
Idioma: Español, Inglés, Portugués (Dolby Surround, Ingles 5.1 (Dolby Digital).
Subtítulo: Inglés y Español y Portugués.
Descripción
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LANCELOT: EL PRIMER CABALLERO
First Knight
DVD
Director: Jerry Zucker
USA (1995)
Audio: Español, Inglés, Portugués
Subtítulos: Español, Inglés, Portugués
Región: 4
Discos: 1
Duración (aproximada): 133 minutos
Material Adicional: Si
• SINOPSIS: Amor, honor, traición y pasión en el Reino de Camelot. Cuando Lady Ginebra contrae matrimonio con el rey Arturo, lo hace movida por dos razones: el respeto y la admiración que siente por él y la necesidad de que proteja su reino, Leonesse. Pero, cuando el destino lleva a Camelot al apuesto caballero Lanzarote, surge de inmediato el amor entre ellos, lo que sitúa a Ginebra ante un difícil dilema.
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“Evitar los paroxismos (cólera, terror, etc) que obligan a simular y en los que todo el mundo se parece”
Robert Bresson
En su célebre Notas sobre el cinematógrafo, Bresson pone por escrito en forma de breves notas las bases de su trabajo como director: el uso del encuadre, su concepción del montaje, el tratamiento del sonido (y el rechazo a la música no diegética) o el trabajo con los actores, son algunos de los conceptos que el autor aborda desde su particular concepción del lenguaje cinematográfico y que han dado a lugar a una de las obras más personales, coherentes y sugestivas de la historia del cine. Una obra que sugiere vías de expresión que muy pocos se han atrevido a seguir explorando, para desgracia del arte del cinematógrafo.
Sorprende, por ejemplo, que las teorías de Bresson sobre el trabajo con los actores (de las que la cita inicial de este texto es solo una muestra) provoque tanto rechazo e incomprensión por parte del público que se acerca por primera vez a sus películas. Si en un arte como en la pintura aceptamos como un recurso expresivo absolutamente válido que Picasso nos muestre a las Demoiselles d’Avignon como unas mujeres de rostro imposible (adoptando formas de máscaras africanas) y no reclamamos para todas las obras la uniformización de una representación realista, ¿por qué razón condenamos como falso o impostado el estilo de los escasos autores cinematográficos que, como Bresson, se atreven a contravenir las convenciones de la interpretación naturalista?
En este sentido, Lancelot du Lac es uno de los trabajos más incomprendidos de Bresson, precisamente por llevar al extremo los preceptos formales del director en un género (si se puede hablar de tal en el director francés) que nos ha ofrecido títulos de diversa calidad pero siempre bajo las formas del cine destinado al gran público, desde las coloristas recreaciones de Richard Thorpe hasta la previsible El reino de los cielos (2005), de Ridley Scott, pasando por la celebrada (?) revisión de Boorman, en la infumable Excalibur (1981), entre otras. Que Bresson aplique su particularísimo estilo a historias sobre un cura rural, un carterista, un preso en el patíbulo o un burro (!) se puede aceptar, pero ¿en una película sobre los caballeros del Rey Arturo, género reservado al público ávido de aventuras?, ¿y que encima lo haga radicalizando al máximo sus preceptos formales? Esa fue una osadía con la que poca gente estaba dispuesta a transigir.
Y a pesar de todo ello, Lancelot du Lac es, para quien esto escribe, una de las más bellas, puras y pasionales historias de amor de la historia del cine, además de la más auténtica aproximación al mundo medieval jamás filmada.
El arranque de la película es absolutamente ejemplar al respecto: después de una cruda escena de luchas entre caballeros (filmadas mediante planos detalle de las armaduras – fotograma 1) vemos el regreso de los caballeros de la mesa redonda al castillo del Rey Arturo, tras su infructuosa búsqueda del Santo Grial. En este prólogo Bresson pone en escena las principales bases formales que van a dominar la película: el uso del plano corto o de detalle (la parte por el todo), el recurso de la elipsis (las consecuencias sugiriendo las causas), una concepción hiperrealista del sonido (nunca como en esta película volveremos a escuchar el auténtico sonido de las armaduras) y la renuncia a todo lo que el director considera superficial o accesorio (la ausencia de música no diegética).
Inmediatamente después de este prólogo, y tras el breve texto explicativo sobre el momento en que se inicia la historia (significativamente, Bresson toma como punto de partida el regreso de los caballeros, obviando sus aventuras durante la búsqueda del Santo Grial), la primera secuencia con el encuentro de Lancelot, extraviado en el bosque (fotograma 2), y una anciana campesina muestra otro decisivo precepto del director: su ya mencionada renuncia a cualquier atisbo de actuación naturalista que ponga en evidencia la simulación de los personajes. No en vano, como hizo en todas sus películas, Bresson utiliza actores no profesionales (modelos) también en esta ocasión, aquí para dar cuerpo a Lancelot (Luc Simon), el Rey Arturo (Vladimir Antolek-Oresek), la Reina Ginebra (Laura Duke Condominas) o el caballero Gauvain (Humbert Balsan).
A partir de este momento, y una vez de regreso a la corte del Rey Arturo, la película se centra en la relación de amor secreto entre Lancelot y la Reina Ginebra, y el frustrado intento de renuncia por parte del protagonista (víctima de un profundo sentimiento de culpabilidad) en un entorno de disputas por el poder entre unos caballeros que, ante la ausencia de una misión que los devuelva al campo de batalla, deambulan por el castillo con su ruidosa armadura cual sombras andantes sin rumbo.
Las tres escenas que Bresson dedica al reencuentro entre Lancelot y Ginebra son un fantástico ejemplo de la perfección formal del director. En la primera de ellas, en la que Lancelot expone a Ginebra su decisión de abandonarla, Bresson filma a los dos amantes en rígidos planos separados, reforzando la distancia psicológica entre ambos. Posteriormente, en un segundo encuentro, vemos a Lancelot caminando en uno y otro sentido a lo largo de la estancia mientras escuchamos en off a Ginebra, hasta que el protagonista se acerca a la reina y se sienta a su lado. Bresson nos muestra aquí a los dos amantes en un único plano, aunque ambos sentados de lado, sin prácticamente mirarse y, sobre todo, con la armadura de Lancelot como una auténtica coraza que impide cualquier acercamiento entre ellos. Por último, en el tercer encuentro de los amantes (siempre en el espacio secreto de un viejo granero), Bresson nos muestra el abandono de la actitud de Lancelot y su rendición ante el amor que siente por Ginebra de la manera más física y rotunda posible: mediante el gesto de despojarse por completo de su armadura para abrazar a su amante (fotograma 3). Pocas veces como aquí la entrega al ser amado ha sido filmada de manera más pura y sencilla.
A partir de la decisión de Lancelot, la película plantea el conflicto del protagonista entre sus sentimientos hacia Ginebra y la lealtad que debe al Rey Arturo, lealtad que hará que participe in extremis y prácticamente en secreto en el torneo en defensa del nombre de su rey (en una antológica secuencia que Bresson resuelve centrando la mirada casi exclusivamente en los caballos – la parte por el todo) y que le llevará a tomar parte en la batalla final contra el ejército del rebelde Mordred (Patrick Bernhard). Es esta secuencia final (de nuevo) un prodigio de puesta en escena por parte de Bresson: unos caballos galopando sin jinete en el bosque seguidos de planos de los caballeros moribundos en el suelo, el angustioso plano de la cabeza del caballo de Lancelot, tendido en el suelo, atravesada por una flecha (y el dramático jadeo del moribundo animal) y el plano final de Lancelot desplomándose sobre el resto de armaduras con un último grito a su amada antes de fallecer, dan lugar, para el que esto escribe, a uno de los más dramáticos finales de la historia del cine (fotograma 4). ¿Bresson, un director frío y desapasionado?
David Vericat
© cinema esencial (noviembre 2013)
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