
Bueno, solo medía 1,63 m.
pero las chicas no podían resistir su mirada fija.
Pablo Picasso nunca fue llamado gilipollas.
No en Nueva York.
Jonathan Richman de los Modern Lovers compuso su «Pablo Picasso» al saber de la seguridad a la hora de seducir que tenía el «pequeñito» artista malagueño. Si Picasso lo conseguía, Richman, el bicho raro de la clase, el enamoradizo e inseguro, el romántico empedernido, el genio de la retranca también podría hacerlo… Así que como homenaje le compuso una canción… Y de ahí lo de la excelente rima Picasso/Asshole.
Richman hizo con sus influencias (la Velvet por ejemplo…) lo mismo que Picasso con las suyas (Cezanne, sin ir más lejos)… Darles otra vuelta, hacerlas avanzar, profanarlas, llevarlas a su época y al mismo tiempo hacerlas atemporales, inmortales.
Richman tiene un estilo musical extraño, no cabe duda (años después los punks lo considerarían un pionero). No vamos a hablar ya del estilo de Picasso, incluso hay gente hoy en día que lo ve novedoso… Pero el enanito malagueño también enrarece su lienzo. Estos tres músicos, pintados como extraterrestres del espacio exterior, recuerdan a la genialidad con la que lo haría un niño de tres años.
Picasso hace una intrincada composición, similar a un puzzle. Es decir, pinta con un estilo de cubismo sintético, como recortes de papel pegados para crear a estos extrañísimos y fascinantes personajes.
Pierrot enmascarado tocando el clarinete, el barbudo monje cantante sostiene partituras y Arlequín, dándole a la guitarra. Son tres músicos que bien podrían estar interpretando una canción no muy alejada de la de los Modern Lovers: algo futurista y rompedor, ridículo y a la vez solemne, incluso majestuoso… desde luego no apta para todos los oídos. El único fallo es que los Lovers eran cuatro…
Pero… ¡un momento! Acabo de ver a un cuarto personaje. Es el perro invisible… ¿Lo veis…? Buscad entre los varios marrones sutiles, y encontraréis al cuarto músico en forma de perro.
Recomendamos desde aquí toda la discografía de los Modern Lovers y de Jonathan Richman, y por supuesto toda la producción artística de ese gigante del arte moderno que fue Pablo Picasso.
Es un óleo sobre tela pintado por Picasso en 1921 durante una estancia en Fontainebleau (Francia), del cual hizo dos versiones, que constituyen dos obras maestras de la historia del arte. Se inscriben en la fase del denominado “cubismo sintético”, y suponen una especie de despedida de este estilo. Estos cuadros se encuentran en el Museo de Arte de Filadelfia y en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en Estados Unidos.
Pablo Picasso junto con George Braque (el otro gran maestro cubista), siguiendo una línea evolutiva en la técnica cubista, se van a ir fijando cada vez más en los planos que limitan los volúmenes, lo que les llevó a otra etapa, conocida como “cubismo sintético”, al ser los planos el objeto del estudio en sí mismos y no por su volumen global. Por ello pueden multiplicar los ángulos de visión de un mismo objeto descubriendo las figuras. Además ambos experimentan con el collage o “papel pegado”, trasponiendo luego al óleo los efectos de esta técnica. Para algunos autores esta evolución hacia un nuevo lenguaje cubista, menos intelectual, se hizo para superar las dificultades de lectura de la etapa anterior.
En esta obra vemos a los músicos de perfil y de frente a la vez, gracias a la superposición de planos, como si de estampas se tratase. La obra traslada al espectador al mundo de la comedia del arte con tres figuras, un Arlequín, un Pierrot y un Monje que aparecen tocando un instrumento musical. En las dos versiones de esta obra el orden es diferente. Por lo que respecta a la forma, Picasso utiliza sus conocimientos del collage, ya que los dibujos coloreados de los vestidos de las figuras, forman superficies que parecen hechas con papel pegado y se suceden la una a la otra, dando al cuadro una alegre vivacidad, incluso una especie de movimiento interno. Las figuras, sobre todo sus manos, están concebidas como si fuesen naipes, en una especie de confuso simbolismo.
La única nota de realismo que aparece en la obra son las notaciones musicales en un simbólico pentagrama. La entrada en contacto con el mundo del teatro en 1917, al conocer a la bailarina Olga Joklova, le influye en la elección del tema que, ya había sido empleada (salvando todas las distancias técnicas) en su “Época Rosa”. Con el cubismo sintético que utilizó en este cuadro, volvió a una simplificación de las formas, creando esta especie de puzzle geométrico que evoca a los músicos de la Comedia del Arte italiana. Los colores no se circunscriben exactamente a los límites del dibujo, con lo que tiende a perderse la diferencia entre figuras y fondo.
En la ilustración que acompaña este comentario, la figura que se encuentra en el centro es un arlequín que toca la guitarra, flanqueado por un Pierrot que lleva un saxo y tiene un perro bajo sus pies, y un monje que tiene una partitura. En varias ocasiones el pintor identifica la figura del arlequín con la del artista, por su capacidad de transformar la realidad (ya que éste realiza trucos de magia, por ejemplo), representándose en ocasiones vestido como tal.
Los tres músicos
Datos GeneralesAutor(es):Pablo PicassoAño:1921País:
EspañaDatos de la Pintura o dibujoEstilo pictórico:Cubismo SintéticoTécnica:Pintura al óleoDimensiones:18,3 X 25,1 cmLocalización:Museo de Arte Moderno de Nueva York
Los tres músicos. Óleo sobre tela pintado por Pablo Picasso en 1921 durante una estancia en Fontainebleau, Francia, del cual hizo dos versiones, que constituyen dos obras maestras de la historia del arte. Se inscriben en la fase del denominado “cubismo sintético”, y suponen una especie de despedida de este estilo.
Obra
En esta obra vemos a los músicos de perfil y de frente a la vez, gracias a la superposición de planos, como si de estampas se tratase. Por lo que respecta a la forma, Picasso utiliza sus conocimientos del collage, ya que los dibujos coloreados de los vestidos de las figuras, forman superficies que parecen hechas con papel pegado y se suceden la una a la otra, dando al cuadro una alegre vivacidad, incluso una especie de movimiento interno. Las figuras, sobre todo sus manos, están concebidas como si fuesen naipes, en una especie de confuso simbolismo.
En el lado izquierdo de un recinto vacío en forma de cajón, un Pierrot enmascarado toca el clarinete . En el lado derecho canta un monje que sostiene una partitura. Y en el centro rasguea una guitarra Arlequín que con el arte de Picasso es un sustituto recurrente del propio artista.
Pierrot y Arlequín son personajes del antiguo teatro cómico italiano conocido como comedia dell ¨arte , tema frecuente en la producción de Picasso. La pintura tiene, pues, un aspecto humorístico, que se materializa en el perro casi invisible: su cabeza se encuentra a media altura del borde izquierdo del lienzo, entre otros marrones sutiles, y también se distinguen las patas delanteras, una pata trasera y un rabo alegre entre las piernas de Arlequín. En conjunto, sin embargo, el gran tamaño de cuadro y su sombrío fondo hacen de los músicos un trío solemne y hasta majestuoso.
La única nota de realismo que aparece en la obra son las notaciones musicales en un simbólico pentagrama. Con el cubismo sintético que utilizó en este cuadro, volvió a una simplificación de las formas, creando esta especie de puzzle geométrico que evoca a los músicos de la Comedia del Arte italiana. Los colores no se circunscriben exactamente a los límites del dibujo, con lo que tiende a perderse la diferencia entre figuras y fondo.
El tema reúne en un risueño concierto al arlequín, al pierrot y al reverendo. Los asuntos de funambulistas volvieron a la pintura de Picasso después de 1914. Aquí se reafirman de forma casi programática. En Tres músicos hallamos una encamación monumental del candor.
La mirada que Picasso regala al arte en esta obra, una mirada nueva y genial que abre los campos de la pintura y representa a la vanguardia más absoluta de su tiempo.
Colores
La intrincada composición, a modo de rompecabezas, comprendía el estilo del cubismo sintético, los planos chatos de color uniforme recuerdan las formas de los papeles recortados y pegados con los que se inició el estilo. Entre figuras traslapadas alcanzan su mayor complejidad en el centro del cuadro, que es también donde se encuentran los colores más claros, de suerte que un aura de oscuridad rodea a un centro más luminoso. Eso unido a la disposición frontal de la figuras crea una impresión de gravedad y monumentalidad y presta a tres músicos un aire misterioso del otro mundo.
Es una pintura que mantiene los planos de color firmes, sin matices, pudiendo separarlos en áreas completas y abstractas y, como casi todas las obras de Picasso, mantiene una relación estrecha con el dibujo, el cual era utilizado para bocetar previamente a la pintura, haciendo estudios de composición y de color. También, este cuadro «Los tres músicos» en realidad fue pintado dos veces con la misma técnica, pero en su segunda representación el cubismo es aún más analítico, geométricamente más concreto, develando las figuras a través de margenes y ángulos más claros y agudos, utilizando una paleta de color más primaria y más homogénea.
Estilo artístico
Esta pintura, con la técnica de óleo sobre tela imprimada significó el cierre del período llamado Cubismo Sintético, dando lugar entonces a algo más complejo y abstracto llamado Cubismo Analítico. Picasso desarrolló ambos métodos a partir de la construcción de las figuras con elementos geométricos, insertándolos en la volumetría de un cubo desde la cual se podría apreciar todas las caras de la misma figura de una sola mirada. El resultado de este cuadro en particular, es una especie de collage, es decir, aparenta estar compuesta de fragmentos recortados de papel u otro material plano. Aún puede reconocerse el tema, los gestos a partir de los trajes y los rostros que parecen máscaras, el fondo y el mobiliario, los instrumentos y la partitura, la cual es, paradójicamente, la que mantiene un nivel de realidad mayor, siendo que está compuesta por los signos musicales.
Fuentes