
Conoce al pez bruja o mixino, una de las criaturas marinas más asombrosas conocida por la peculiar baba que arroja a sus predadores.
Anguila baba, pez bruja, hiperotreto o mixinos. No importa el nombre con el que se le mencione: este animal es uno de los más curiosos, desconcertantes y extraños que la naturaleza ha creado a lo largo de la existencia de nuestro planeta. Se trata de una especie de gusano de piel grisácea que parece inofensivo a simple vista y sin ningún detalle que lo haga especial por sobre otras criaturas.
Los mixinos carecen de mandíbula y espinas. La especie más grande de mixinos puede llegar a medir cerca de 1,2 metros, aunque la mayoría mide unos 30 cm de largo. Su hábitat es el fondo del océano y su edad se remonta a más de 500 millones de años. Unos viejos conocidos de la Tierra.
Se les puede encontrar a una profundidad de 5.600 pies cerca del blando fondo del mar, pues ahí pueden enterrarse si se sienten amenazadas.
Otro detalle curioso es que el pez bruja es el único animal vivo que sólo tienen un cráneo, pero sin columna vertebral. Su esqueleto se compone sólo de cartílago. Su piel es otro rasgo al que hay que prestar mucha atención.
Este órgano no está pegado a su piel: podríamos decir que es una especie de abrigo o calcetín que le queda grande.
Su letal defensa hace del pez bruja algo único
Lo curioso (o aterrador) de este animal no radica tanto en su nombre ni en su apariencia, sino en la forma en que se defiende de sus depredadores. Cuando se siente amenazado, de inmediato despide una especie de burbuja gomosa que ahoga a la criatura que quiere hacer daño al mixino, mientras éste huye para salvar su vida.
Un solo pez bruja de tamaño medio —unos cincuenta centímetros— es capaz de producir y expulsar veinte litros de mucosa en apenas unas décimas de segundo. Eso explica que incluso tiburones de tamaño medio queden atrapados en esta viscosa trampa.
Esta baba o mucosidad no procede del interior del pez bruja sino que la fabrica en el mismo instante en que se siente violentado. Lo hace a través de proteínas sólidas que almacena en su interior, las cuales al ser expulsadas se combinan con el agua para crear esta viscosidad.
Esas proteínas salen en forma de hilos cientos de veces más finos que un cabello humano. Llegan a alcanzar quince centímetros de longitud sin romperse, y son capaces de capturar una cantidad muy grande de litros de agua para formar la defensa de los mixinos.
De qué se alimenta el pez bruja
En su forma más elemental son criaturas carroñeras que se alimentan de las ballenas muertas y otras criaturas cuyos cadáveres llegan hasta el fondo de los mares. Pueden pasar meses enteros sin probar alimento, pues su metabolismo es lento y poco exigente.
Peor hay otros detalles más peculiares: llegan a introducirse por la boca, ano u otro orificio de algún animal de gran tamaño para devorarlo por dentro. Además de masticar y tragar la carne, el pez bruja puede absorber material orgánico disuelto en el agua, algo que no se da en ningún otro pez.
Fuertes sobrevivientes al paso del tiempo
«Quizá no sean las criaturas más bonitas, pero tengo un gran respeto por ellos», dice Tim Winegard, investigador de la Universidad de Guelph, Canadá. «Han sobrevivido a casi todo. Son unos ganadores en términos de sobrevivir a los dinosaurios y a muchas extinciones masivas».
El pez bruja se divide en sesenta especies que conforman la clase Myxini. Se cuenta entre los vertebrados vivos más primitivos del planeta. Los hallazgos de restos de peces bruja han desvelado que han cambiado poco desde aquellas eras en las que compartieron el mundo con los dinosaurios.
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Los mixinos o mixines (Myxini), también conocidos como peces bruja o hiperotretos (Hyperotreti),[1] son una clase de peces agnatos que incluye un solo orden, Myxiniformes, una sola familia, Myxinidae, y unas 60 especies actuales. Tienen hábitos alimenticios comúnmente carroñeros y depredadores, tienen ojos muy rudimentarios, y su sistema reproductor tiene ovarios y testículos en un mismo individuo, pero sin ser hermafroditas. Llegan a crecer hasta un metro y medio de longitud.[2]
Características
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Son animales marinos largos, vermiformes y cubiertos por una sustancia legamosa. Los mixines disponen, en lugar de mandíbulas, de dos estructuras que se desplazan horizontalmente y con las que se adhieren a su presa; suelen alimentarse de las vísceras de animales de mayor tamaño, introduciéndose a veces en ejemplares vivos para roerlos. Sin embargo, por lo general son necrófagos. Su lengua es dentada y protusible, y carece de receptores sensoriales; perciben el gusto mediante papilas ubicadas en su piel. Son monorrinos (tienen una sola abertura nasal), y sus ojos son muy rudimentarios; su hábitat, en las profundidades marinas, dificultaría en todo caso la visión. Su corazón principal tiene dos cámaras, y además pueden tener hasta 5 corazones adicionales: 2 cardinales, 2 caudales y uno portal. Su reproducción es ovípara con fecundación externa.
Filogenia
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Los mixinos se cuentan entre los craneados/vertebrados vivientes más primitivos. Carecen de mandíbulas por lo que, junto con las lampreas fueron clasificados como peces agnatos. Actualmente ese taxón está en desuso por ser parafilético. Anteriormente el término Vertebrata se usaba en sentido estricto para incluir solo a los craneados con auténticas vértebras (lampreas y vertebrados con mandíbulas), sin embargo todos los estudios genéticos encontraron que esta agrupación no era válida ya que las lampreas están más estrechamente emparentadas con los mixinos que con los gnatostomados y compartieron un ancestro más reciente con los mixinos que con los vertebrados mandíbulados, por tanto deben incluirse en un mismo grupo llamado Cyclostomi.[3][4][5][6][7] Evidencias fósiles recientes también apoyan que los mixinos son vertebrados, esto sugiere que los mixinos son descendientes de vertebrados sin mandíbula similares a las lampreas que durante su evolución perdieron las vértebras.[8] Esta agrupación exige excluir a las lampreas del clado Cephalaspidomorphi los cuales serían peces sin mandíbula más cercanos a los gnatostomados. Por tanto el término «Craniata» sería sinónimo de Vertebrata.
Filogenia con los vertebrados
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Una posible filogenia utilizando evidencia fósil y genética es la que sigue, en este caso las lampreas consideradas verdaderos vertebrados estarían menos relacionadas con los gnatostomados al estar genéticamente emparentadas con los mixinos, también en este cladograma puede notarse la parafilia de Cephalaspidomorphi con respecto a Gnathostomata:[9][10][8]
Vertebrata/Craniata
†Conodonta
Cyclostomi
Myxini
Hyperoartia
Cephalaspidomorphi
†Thelodonti
Cephalaspidomorpha
†Galeaspida
†Pituriaspida
†Osteostraci
Myopterygii
†Pteraspidomorpha
Anaspidomorphi
†Jamoytiiformes
†Euphanerida
†Anaspida
Gnathostomata
Taxonomía
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La familia Myxinidae incluye dos subfamilias:[1]
- Géneros basales
- ? Myxinikela
- ? Gilpichthys
- Subfamilia Eptatretinae
- Quadratus
- Eptatretus
- Rubicundus
- Subfamilia Myxininae
- Myxine
- Notomyxine
- Nemamyxine
- Notomyxine
Referencias
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Enlaces externos
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31 enero 2019
En el verano de 2017 esta imagen de un accidente en una autopista de Oregón (EEUU) dio la vuelta al mundo. En ella se ve un coche accidentado cubierto por una sustancia gelatinosa y algunos peces desparramados aquí y allá, como si el vehículo hubiera emergido de algún extraño naufragio. En realidad el coche acababa de chocar con un camión que transportaba un cargamento de mixines (Myxini), también conocidos como peces bruja, un animal que es considerado un manjar en algunos lugares como Corea del Sur. Y lo que cubría la carrocería no era otra cosa que la misteriosa baba de estos peces.
La baba del pez bruja es una de las sustancias más fascinantes de la naturaleza. Tal y como describe Ed Yong en un interesantísimo artículo en The Atlantic, los científicos llevan años tratando de desentrañar su estructura y de entender cómo la utilizan estos animales en su hábitat natural. La sustancia es especialmente intrigante por su capacidad de expandirse. Al pez le bastan apenas 40 miligramos para que la baba multiplique su volumen por 1.000 en unos segundos hasta formar una especie de moco trasparente que se adhiere a las superficies, pero sin ser pegajoso.
“Parece como un moco que alguien se acaba de sonar de la nariz”, asegura Douglas Fudge, un científico que lleva años estudiando su estructura. En realidad está formado por agua y proteínas y los expertos creen que la clave está en la forma en que se colocan las cadenas de ADN del núcleo. Sobre su uso, los expertos han documentado cómo el pez bruja expele la sustancia cuando se ve amenazado o estresado y cómo se adhiere a las mandíbulas y las agallas de los depredadores, que terminan desistiendo de sus intenciones. En 2011, el equipo de Vincent Zintzen filmó las siguientes imágenes, en las que se aprecia cómo hasta un tiburón se ve impotente ante estos peces, cuya piel también les permite escabullirse con una facilidad pasmosa de cualquier dentellada.
La explicación mas aceptada, por ahora, es que estos peces sin mandíbula evolucionaron de forma independiente al resto de vertebrados marinos desde hace unos 550 millones de años y se especializaron en comer carroña y deslizarse por el interior de los cadáveres de otros animales para darse un festín (otro hecho alucinante es que no tienen mandíbulas y también absorben los nutrientes a través de su piel). En la oscuridad de los fondos oceánicos, esta molesta baba trasparente puede haber sido la mejor manera de librarse de los otros carroñeros y mantener a raya a los depredadores, que se marchan desconcertados por esa fantasmal presencia que les impide seguir respirando.
Para más info: No One Is Prepared for Hagfish Slime (The Atlantic)