
Un asentamiento o asentamiento humano,[1] es el lugar donde se establece una persona o una comunidad. El término asentamiento también puede referirse al proceso inicial en la colonización de tierras, o las comunidades que resultan; (véase: aldea y colono). En rigor, el término «asentamiento» puede referirse tanto a una caverna ocupada temporalmente por nómadas en la época paleolítica o neolítica, hasta las megalópolis de nuestros días.
Sin embargo, se entiende generalmente por «asentamiento» una agrupación de viviendas con un cierto grado de precariedad, ya sea desde el punto de vista de los servicios básicos presentes, o incluso desde el punto de vista de la legalidad de la ocupación de un determinado territorio.[2] En el contexto de un territorio ocupado, un asentamiento es una presencia civil permanente protegida por militares.
Según las proyecciones de las Naciones Unidas, para el año 2050, estiman que los dos tercios de la población mundial, es decir un total de 6 mil millones de personas, se encontrará en ciudades, lo que acarreará grandes problemas de planificación del territorio.[3]
La Declaración del Milenio de las Naciones Unidas reconoce las graves circunstancias de los pobres urbanos en el mundo. Los Estados Miembros se han comprometido a mejorar las vidas de al menos 100 millones de habitantes de tugurios para el año 2020.[3]
Pueden existir diversos tipos de asentamientos: según la ley se pueden dividir en asentamientos formales y asentamientos informales. Un establecimiento formal o asentamiento regular forma la parte de un esquema del planeamiento de ciudad. Un establecimiento informal está fuera del esquema de planificación urbana.
Referencias
[
editar
]
Véase también
[
editar
]
Definición de
Se denomina asentamiento al acto y el resultado de asentarse o asentar. Este verbo, por su parte, puede aludir a situar una construcción en un lugar o a hacer que algo quede firme o estable.
A nivel general, se conoce como asentamiento al sitio en que se produce el establecimiento de un grupo de individuos. Una aldea y una ciudad, en este marco, son asentamientos humanos. En la actualidad, el uso más habitual del concepto se vincula al proceso que se desarrolla para ocupar y poblar terrenos.
Antiguamente, cuando existían grandes extensiones de tierra sin habitantes, era frecuente que personas migrantes desarrollasen asentamientos. Así surgían los nuevos pueblos que, poco a poco, comenzaban a crecer en lugares que, hasta entonces, estaban inhabitados.
La idea de asentamiento también se emplea para nombrar a la ocupación que se produce por la fuerza. Suele decirse que los europeos “descubrieron” América y comenzaron a desarrollar asentamientos en el continente tras el primer viaje de Cristóbal Colón (1492). Sin embargo, esos asentamientos se crearon a partir de la conquista por la fuerza de tierras que habitaban desde hacía mucho tiempo los pobladores aborígenes locales.
El grado de violencia que implicó dicho arrebato de las tierras va mucho más allá de los enfrentamientos cuerpo a cuerpo o de las heridas físicas o materiales que hayan causado los europeos, ya que destruyeron culturas y las sepultaron sin ningún tipo de consideración o respeto por los conocimientos y las creencias que aplastaban con sus botas. Lamentablemente, el desprecio por los aborígenes es un problema que continúa vivo en la actualidad.
Otra acepción frecuente de asentamiento se asocia al conjunto de viviendas que, sin autorización legal ni planificación, se establece en un territorio. Estos asentamientos irregulares surgen cuando personas carenciadas y sin recursos económicos no tienen acceso a las viviendas constituidas, una situación que los obliga a construir sus casas donde pueden y con los materiales a los que tienen acceso. Las llamadas villas de emergencia, chabolas, favelas o cantegriles son asentamientos informales.
En el ámbito de la ingeniería civil existe el concepto de asentamientos en suelos, el cual se puede definir como la compresión de masa o bien la deformación vertical del terreno. Este fenómeno puede tener lugar tanto hacia arriba como hacia abajo, y se encuentra formado por las siguientes tres componentes:
* asentamiento inmediato: ocurre como consecuencia de la deformación elástica del suelo. Este tipo de asentamiento puede llevarse a cabo en suelos secos, húmedos o saturados, sin que esto afecte la humedad del resultado final. Los suelos más adecuados para la observación de este cambio son los granulares, y se apoya en los fundamentos de la teoría de la elasticidad, según la cual los sólidos elásticos lineales sufren deformaciones y desplazamientos también lineales si son sometidos a pequeñas deformaciones;
* asentamiento por consolidación: se trata del cambio de volumen que se da en suelos cohesivos saturados como resultado de que expulsen el agua contenida en sus poros. Los dos tipos de suelo que abarca dicho grupo son los arcillosos y los arcillosos saturados, con grava fina, y uno de sus factores más importantes es la permeabilidad, la cual debe ser baja. El asentamiento por consolidación es una deformación que depende del tiempo;
* asentamiento por compresión secundaria: tiene lugar como resultado del ajuste de la estructura del terreno, y seguidamente no hay compresión de poros ni esfuerzo. En su nombre aparece la palabra secundaria para hacer referencia a que esta compresión ocurre luego de una deformación, la cual implica un esfuerzo efectivo constante sin modificación en la cantidad de agua en los poros. Esta clase de asentamiento también es dependiente del tiempo.
Un asentamiento es un suceso en el que una persona, o una comunidad, se establece en un lugar determinado.
El asentamiento es un tipo de suceso que suele practicarse mucho en la cultura de los pueblos nómadas. Los tuaregs del desierto del Sáhara, dado que son un pueblo de tradición nómada, no se establecen en un lugar fijo. Sino que van creando asentamientos en lugares alternativos, estratégicos para estos, en los que conviven y establecen su vida, tanto personal como social.
El asentamiento es un suceso que rara vez se produce en economías desarrolladas. Aunque sí ocurre con las personas que se encuentran en estas, pero en situación de exclusión social.
En la antigüedad, todos los grandes imperios, empezando por las sociedades hidráulicas, nacieron de un colectivo que un día se asentó en dicho territorio. Es el caso de Egipto o Mesopotamia.
Tipos de asentamientos
Entre los tipos de asentamientos, podemos destacar dos tipos principales:
- Asentamiento formal o regular: Es decir, forma parte de la planificación urbana de un Estado o Región.
- Asentamiento informal o irregular: Se da en aquellos casos en los que la población en situación de exclusión social se establece en zonas irregulares para vivir, ante la falta de recursos para adquirir una vivienda.
Al margen, no podemos decir que los asentamientos de los pueblos nómadas sean formales, pero tampoco informales. Esto se debe a que, en estos casos, y dado que es por una tradición cultural, se respetan dichos asentamientos, sabiendo, además, que son de carácter temporal.
Los asentamientos en la historia
Los asentamientos son un aspecto muy destacado en la historia de nuestra civilización, así como de civilizaciones pasadas.
Los grandes imperios, así como las primeras sociedades, surgieron de asentamientos que, siendo irregulares, acabaron generando núcleos urbanos de grandes dimensiones. Como decíamos, este es el caso de Egipto o Mesopotamia. Dadas las necesidades de establecerse en lugares próximos al mar, los antiguos nómadas llegaron a la rivera del Nilo, con el fin de establecer su residencia en dicho lugar. Esto dio lugar a la aparición de las primeras sociedades, como recalca su nombre, hidráulicas.
Ciudades que no solo marcaron el estilo de vida, sino que generaron lo que se conocería como el principio de un Estado. Generando poblaciones de gran dimensión que acabaron teniendo que organizarse.
Otro momento de la historia en el que los asentamientos se dieron con mucha frecuencia fue la época de la colonización. Con la llegada de los occidentales a América, estos tuvieron que establecerse en lugares alternativos, con el fin de, en dichos asentamientos, construir las ciudades y los territorios de cada uno de los países conquistadores.
Crecimiento económico y urbanización son dos procesos estrechamente ligados. La urbanización, con sus implicaciones económicas, sociales, y ambientales derivadas de lo que es en realidad una profunda transformación de los patrones de producción, distribución y consumo, da cuenta de un tránsito desde un sistema económico y social agrícola basado en las actividades primarias a uno industrial sustentado en actividades secundarias, y que finalmente deriva en un sistema que, en sus fases avanzadas, se fundamenta en el capital financiero y los servicios en un contexto económico global.
Si bien la consolidación de los asentamientos humanos, y en particular las grandes ciudades, como plataformas de equipamiento e infraestructura que dan soporte a las actividades económicas y productivas, permitiendo grados crecientes de especialización y rentabilidad, ayudando a superar la pobreza y a alcanzar los objetivos de desarrollo, la experiencia internacional ha demostrado que si no se aborda de manera adecuada, este mismo proceso puede dar origen a serios problemas ambientales, sociales y económicos, como son la pobreza, la inequidad, la inseguridad, la informalidad y el hábitat precario, la fragmentación socio-espacial y la desigualdad entre sus habitantes. De este modo, las dificultades que puede traer consigo la urbanización pueden constituir a largo plazo una amenaza directa al desarrollo sostenible.
América Latina y el Caribe se sitúa hoy en una fase tardía de urbanización caracterizada por una gradual consolidación de los asentamientos humanos a la vez que las tazas de urbanización comienzan a disminuir. En este contexto se deben tener en consideración las heterogeneidades que existen entre los diferentes países y, lo que es más importante aún, las que se dan al interior de cada país.
Entre los principales desafíos que actualmente enfrenta la gestión urbana en América Latina y el Caribe se cuentan los profundos cambios que ha experimentado su composición demográfica, el impacto de la urbanización sobre la salud de sus habitantes y su entorno, las relaciones entre los espacios urbanos y rurales y el cada vez más importante rol que cumplen las ciudades en la creación de riqueza a nivel nacional.
En el contexto del programa de trabajo de la CEPAL, Asentamientos Humanos tiene como misión asistir a los países de la región en el diseño y análisis de políticas públicas dirigidas al desarrollo sostenible en los ámbitos urbano y territorial, mejorando de esta forma la calidad de vida de sus habitantes. El trabajo de la Unidad está centrado en las áreas de planificación urbana y territorial; la vivienda, la edificación y los mercados inmobiliarios, y en análisis de los patrones de producción, distribución y consumo de bienes y servicios públicos como educación, salud, empleo, infraestructura, transporte, etc., entre otros gravitantes de la gestión urbana.
La definición de la agenda de desarrollo post-2015 por la vía del establecimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODSs), entre los cuales se cuenta uno específico para los asentamientos humanos (ODS 11), representa una oportunidad de abordar los temas del desarrollo desde una perspectiva urbana que es a la vez integral y de alcance local, nacional y regional a la vez.
La tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (Habitat III), la cual se desarrollará en octubre de 2016 en Quito, Ecuador, representa otra gran oportunidad para América Latina y el Caribe de sentar las bases de una nueva agenda urbana para la región que permita avanzar hacia una concepción de la ciudad como macro-bien público que integre y aumente los niveles de igualdad en los países de la región. Para esto se requieren políticas, programas y proyectos liderados desde el Estado que permitan promover un desarrollo sostenible e inclusivo, situando a la política urbana como instrumento de gestión pública que resulta fundamental para alcanzar el desarrollo económico y social de los países de la región y cerrar así la brecha de la desigualdad en los países de la región.