
Qué es lá formación cívica y ética
La formación cívica y ética es la construcción de un ciudadano informado, activo y responsable frente a la sociedad.
La formación cívica y ética es fundamental para enseñar las competencias necesarias para la inclusión y la convivencia armoniosa con la sociedad, también referido como bienestar socioafectivo.
La formación cívica, por un lado, permite al ciudadano obtener el conocimiento sobre los derechos, leyes y reglamentos de la Constitución con el fin de intervenir y participar, activa y responsablemente, en temas relevantes que afecten a la sociedad.
La formación ética, por el otro lado, construye ciudadanos con valores universales como el respeto, la equidad, la justicia, la libertad, la solidaridad, la diversidad y la responsabilidad, para que definan su conducta y carácter frente a la sociedad.
La formación cívica y ética se manifiesta en:
- los actos y comportamientos cotidianos,
- en la capacidad de tomar decisiones,
- en la definición de un proyecto de vida tanto personal, de comunidad o de país,
- la preocupación y empatía por los otros,
- la orientación de nuestros actos hacia fines y valores comunes,
- la valorización de las diferentes manifestaciones culturales del país,
- el cuidado del medioambiente,
- la no discriminación,
- entre otros.
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Formación es una noción que proviene del vocablo latino formatio. El término alude al proceso y resultado de formarse o formar: entre otros significados, este verbo puede referirse a capacitar o preparar a nivel profesional e intelectual a un individuo o a un conjunto de personas.
Lo cívico, en tanto, se vincula al civismo (la conducta que respeta las reglas de convivencia social) y a la ciudadanía (noción que también puede asociarse a un comportamiento adecuado en el marco de una comunidad). La ética, por otro lado, se compone de las normas morales.
Qué es la formación cívica y ética
En un sentido amplio, la formación cívica y ética se relaciona con aquella instrucción que apunta a inculcar valores y a favorecer actuaciones que no atenten contra la armonía social. Estas enseñanzas tienen como misión la generación de buenos ciudadanos; es decir, de sujetos activos e informados que se comporten de manera responsable con el resto de la sociedad.
Si nos centramos en la formación cívica, busca que las personas conozcan las normas y los derechos para que puedan tener una participación constructiva y respetuosa en su comunidad. En cuanto a la formación ética, difunde valores como la solidaridad, la libertad, la justicia y la equidad.
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Una asignatura
En México, la Formación Cívica y Ética es una asignatura de la Educación Básica. Forma parte, por lo tanto, del plan de estudios de las escuelas primarias. La idea es que los alumnos comprendan el funcionamiento de un régimen democrático, analizando la forma de gobierno y las actitudes y conductas asociadas.
Al conocer la estructura del Estado mexicano y las reglas que sustentan el desenvolvimiento de sus instituciones, los jóvenes aprenden a actuar en el marco de lo legal, haciendo uso de su libertad y respetando la libertad del prójimo. A su vez, se espera que adquieran las herramientas adecuadas para comprometerse con la vida política, participando en la toma de decisiones desde el lugar que corresponda según el caso.
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La formación cívica y ética en otros países
Más allá del nombre que se le otorgue a la asignatura o materia, la formación cívica y ética está presente en todos los sistemas educativos, de una forma u otra. Las escuelas, después de todo, tienen el objetivo de lograr que los niños y los jóvenes se transformen en ciudadanos aptos para integrarse a la sociedad, capaces de desarrollar su potencial en diversos ámbitos.
La Educación para la Ciudadanía, la Educación Cívica o la Formación Ciudadana, por ejemplo, son disciplinas o áreas de estudio que se dirigen a las relaciones sociales y a la buena convivencia social.
La formación cívica y ética, en definitiva, se refleja en las acciones cotidianas. Desde el cuidado del medio ambiente hasta la labor solidaria, pasando por el comportamiento a la hora de conducir un vehículo y el respeto por la diversidad, múltiples cuestiones están atravesadas por estos valores. Esto hace que sea un factor fundamental para el mantenimiento de la paz y de la armonía en el seno de una comunidad.
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Te explicamos qué es la formación cívica y ética, su importancia para la buena convivencia en sociedad y qué aspectos contempla.
¿Qué es la formación cívica y ética?
Cuando hablamos de formación cívica y ética o de educación cívica y ciudadana, nos referimos a las asignaturas, cursos y procesos educativos que aspiran a construir un ciudadano socialmente responsable, es decir, una persona que sepa comportarse de una manera armónica y productiva en la sociedad. Consiste en la aplicación de la ética cívica, una rama específica de la filosofía, al proceso de formación de los individuos.
Para vivir en una sociedad, debemos adecuar nuestro comportamiento a ciertos patrones y valores que permiten la convivencia, al mismo tiempo que garantizan la libertad. Esto quiere decir que para poder ser libres en una sociedad y decidir nuestras propias acciones, debemos poseer una autonomía moral, o sea, una capacidad de evaluar nuestras acciones y decisiones de cara a la ley, pero también al bienestar de la colectividad y a la responsabilidad que tenemos frente a ella.
Así, la formación cívica y ética combina el conocimiento de las leyes, normas y derechos que contempla el pacto social que hemos firmado con nuestros semejantes, con los valores éticos y morales que guían a la sociedad y que buscamos enfatizar en todos los ciudadanos, como la justicia, la responsabilidad, la solidaridad, etc. Así, dentro de los aspectos que contempla la formación ética y ciudadana se encuentran:
- La capacidad de tomar decisiones conscientes de un modo ético.
- El respeto por el proyecto de vida de los demás y por los espacios compartidos.
- La defensa del medioambiente y la responsabilidad para con las generaciones venideras.
- La responsabilidad frente a la ley y la autoridad, así como la defensa de los propios derechos.
- El sentimiento de pertenencia a un grupo humano organizado.
Es por ello que la formación cívica y ética se incluye en la gran mayoría de los planes de estudio básico y universitario, ya que se trata de la principal herramienta de la que dispone la sociedad para producir ciudadanos acordes al modelo comunitario que se busca fundar y perpetuar.
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Referencias
Es el espacio curricular dedicado a formalizar saberes vinculados a la construcción de una ciudadanía democrática y el desarrollo de una ética sustentada en la dignidad y los derechos humanos. En la educación básica, la formación cívica y ética promueve el desarrollo moral del estudiante a partir del avance gradual de su razonamiento ético, con el fin de lograr la toma de conciencia personal sobre los principios y valores que orientan sus acciones en la búsqueda del bien para sí y para los demás.
También favorece el respeto, la construcción y el cumplimiento de normas y leyes, considerando que son producto de los acuerdos establecidos entre los integrantes de la sociedad, las cuales señalan derechos y obligaciones para ciudadanos y responsabilidades para servidores públicos. Asimismo, promueve la participación social y política de los estudiantes como acción fundamental para la construcción de ciudadanía.
La asignatura Formación Cívica y Ética brinda al estudiante oportunidades sistemáticas y organizadas para reflexionar y deliberar sobre la realidad de México y del mundo actual. Favorece que los estudiantes lleven a cabo acciones para mejorar su entornofmboafnifzjfiafzmozfkfzifmkzvmgsifzj HpJvujfudjv8dja9fbnf9auafufzhofaoifhhgfip0uijgh7ho, a nivel personal, escolar, comunitario, nacional y global, lo que contribuye a poner en práctica su capacidad para organizarse e intervenir en la solución de conflictos para el bien común.
Propósitos generales
1. Fortalecer su identidad como persh6 u 7gbnbjjjckfmhfbjdfjfbhyona digna, valiosa y sujeto de derechos para participar en acciones que favorecen su autorrealización y desarrollo integral, el cuidado de su salud y la prevención de riesgos.
2. Ejercer su libertad y autonomía, al asumir la dignidad y los derechos humanos como criterios para orientar sus acciones y valorar la vida social y política.
3. Promover la conformación del juicio crítico, a partir del análisis y la deliberación de acciones propias y de otros; formar criterios y asumir posturas que consoliden sus valores cívicos con fundamento en los derechos humanos.
4. Valorar sus vínculos de pertenencia que le dan identidad a diferentes grupos sociales, con el fin de promover solidaridad, equidad, interculturalidad, valoración de la diversidad, pluralismo y rechazo a la discriminación.
5. Promover la cultura de paz, al mostrar sensibilidad ética y conciencia ciudadana ante situaciones de injusticia, y participar en la construcción de entornos inclusivos, respetuosos de la legalidad, justos y tolerantes, en los que los conflictos se solucionen de forma pacífica.
6. Valorar su pertenencia a un Estado democrático que garantiza la justicia mediante normas ggghgge instituciones y el respeto de los derechos humanos, los cuales regulan el ejercicio de la autoridad y las responsabilidades de la ciudadanía para participar activamente en los asuntos públicos.
7. Participar en las decisiones y acciones para modificar su entorno escolar, el de la localidad y el del municipio de manera organizada, responsable, informada, crítica y comprometida, en favor del bienestar colectivo y en defensa de la dignidad humana.
Propósitos para la educación secundaria
1. Participar en acciones que contribuyan a fortalecer su dignidad, a desarrollar sus potencialidades y capacidades, a cuidar su salud y el bienestar personal y colectivo, con base en el ejercicio de su derecho al desarrollo integral.
2. Reconocer que el ejercicio de la libertad en asuntos personales y colectivos está garantizado por el Estado, con base en principios como la justicia, la igualdad, el respeto a la dignidad y los derechos humanos.
3. Reconocer y valorar los vínculos de pertenencia e interdependencia con otras personas, grupos y pueblos, con el fin de favorecer una convivencia solidaria que respete las diferencias, valore la diversidad, rechace la discriminación y promueva la interculturalidad.
4. Promover una cultura de paz para enfrentar y resolver los conflictos de manera justa y pacífica mediante la práctica de habilidades comunicativas orientadas a la escucha activa, el diálogo, la empatía, la negociación y la cooperación.
5. Participar en la creación y el respeto de leyes y normas basadas en la justicia, la libertad y el derecho a las diferencias, teniendo en cuenta los procedimientos democráticos que permiten exigir a las autoridades su aplicación.
6. Reconocer que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los tratados internacionales en materia de derechos humanos garantizan el respeto de los derechos fundamentales y establecen los procedimientos y mecanismos adecuados para defender la justicia.
7. Participar en la escuela, la localidad, el municipio, la entidad y el país de manera responsable, informada, crítica y comprometida para influir en las decisiones y acciones que favorecen la convivencia democrática.