Qué es la tripofobia

No debe confundirse con Dermatopatofobia

Algunas personas han asociado los orificios de la parte superior de la semilla del loto como causantes de ansiedad.

La tripofobia (a veces llamada fobia al patrón repetitivo o miedo a los agujeros)[1]​ es el miedo o repulsión generado al mirar o al estar cerca de figuras geométricas muy juntas, especialmente orificios pequeños y rectángulos muy pequeños.[2]​[3]​[4]​[5]​ No está incluida en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, sin embargo hay personas que afirman tener miedo de objetos con agujeros pequeños aglomerados, como los que se ven en panales, hormigueros, ciertos hongos y los frutos del loto.[5]​ La investigación es limitada, y Arnold Wilkins y Geoff Cole aseguran ser los primeros en investigarla científicamente.[5]​ El término se acuñó en el 2005, como una combinación del griego τρῦπα trypa ‘agujero’ y fobia ‘miedo’.[2]​ En 2010, una encuesta informal hecha por un grupo de servicios financieros para un programa de mercadotecnia citó la tripofobia, el temor de los agujeros o grupos de agujeros, como el segundo mayor temor, detrás del miedo a los objetos de madera (conocida como xilofobia).

Síntomas

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Algunos de sus síntomas son cosquilleos, comezón o picazón en el cuerpo, ansiedad e incluso náuseas.[6]​ Según la gravedad estos puede variar de intensidad y frecuencia. [7]​ Esta fobia puede estar relacionada con el miedo a los parásitos o a las infecciones.[8]​ Si bien sabemos que tiene un origen evolutivo relacionado con la supervivencia [cita requerida] .

Tratamiento

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Al igual que con otras fobias, la tripofobia tiene tratamiento; aunque no sólo existe uno, sino varios tratamientos posibles, entre los que encontramos la desensibilización sistemática y la terapia cognitivo conductual.

Fobias similares

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No hay que confundirla con la dermatopatofobia. En la red, suelen confundirse imágenes reales o simuladas de estas dos fobias, en las cuales se muestran patrones de infecciones, erupciones o lesiones cutáneas o en el área de los ojos en personas, que pueden producir una impresión fuerte de miedo, asco o repulsión.[9]​

Realmente la tripofobia no es una fobia como tal, ya que en estas la emoción predominante es el miedo o pavor, mientras que en la dermatopatofobia lo es el asco.

Véase también

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Referencias

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Enlaces externos

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  • Tripofobia Archivado el 8 de marzo de 2017 en Wayback Machine.: síntomas, causas y cura

El mundo de las fobias es realmente curioso. ¿Sabías que hay personas que pueden sentir pánico ante la imagen de un panal de abejas, un traje de lunares o una foto llena de burbujas? Estamos hablando de un trastorno llamado tripofobia, que consiste en la repulsión y ansiedad ante la observación de patrones de pequeños agujeros que se encuentran juntos.
La tripofobia es una fobia al patrón repetitivo, miedo irracional o repulsión al mirar o estar cerca de figuras geométricas muy juntas.

¿A qué tienen miedo?

La palabra tripofobia deriva del vocablo griego trypo, que significa «agujero» o «perforación». Fobia significa «miedo irracional».

La tripofobia es el miedo a imágenes con un patrón de orificios, rectángulos o bultos pequeños muy juntos que generan un contraste. En otras palabras, sería una fobia al patrón repetitivo, miedo irracional o repulsión al mirar o estar cerca de figuras geométricas muy juntas. A pesar de que la tripofobia la padecen muchas personas, todavía su diagnóstico no es oficial, y no se recoge todavía en el DSM-V (manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), el que se considera como la Biblia de la psiquiatría.

A quienes sufren tripofobia les genera repulsión y una ansiedad significativa el hecho de observar patrones de pequeños agujeros que se encuentran juntos. Panales, trajes de lunares, las múltiples burbujas de la espuma en el baño, hormigueros, ciertos hongos o los frutos del loto. Incluso, sin ir más lejos, si aumentamos la visión de nuestra piel nos encontramos ante miles de poros que siguen este patrón de pequeños orificios aglomerados. Si el trastorno es muy intenso, los afectados incluso pueden mostrar repulsión a fotos que muestren este tipo de estructuras geométricas repetitivas.

Un poco de historia

Los primeros investigadores de esta entidad fueron los científicos Arnold Wilkins y Geoff Cole. Además de investigar este trastorno, acuñaron su nombre. Sus estudios, en 2005, intentaron probar que la tripofobia es repulsión que no se basa en un miedo cultural aprendido. En un estudio, identificaron reacciones tripofóbicas en un 16% de los sujetos que participaron, por lo tanto, tampoco es una situación tan infrecuente.

En 2010, una encuesta hecha por un grupo de servicios financieros para un programa de mercadotecnia citó la tripofobia, el temor de los agujeros o grupos de agujeros como el segundo mayor temor, detrás del miedo a los objetos de madera (xilofobia).

En febrero de 2013, la revista Psychological Science publicó el estudio de Geoff Cole, experto en ciencias de la visión realizado en la prestigiosa Universidad de Essex que demostraba que la tripofobia no es una fobia condicionada culturalmente.

Entonces, ¿por qué podemos desarrollar miedo a los patrones geométricos?

Muchas de las fobias que conocemos tienen su origen en una mala experiencia muy traumática, o bien aprendida o recibida por herencia cultural.

Con la tripofobia, esto no es exactamente así. Parece que la tripofobia puede ser un mecanismo evolutivo natural de defensa que alerta a nuestro cerebro. Es decir, la persona siente repulsión y se pone nerviosa al observar un patrón similar al de  peligrosos animales venenosos que viven en nuestro planeta; como si fuera una señal de alarma para no acercarse. Es, por lo tanto, un miedo ancestral. Seguramente, hace cientos o miles de años, este “mecanismo de alerta” salvó la vida a muchos de nuestros antepasados.

Muchos de los animales más letales del planeta como, por ejemplo, la cobra real (Ophiophagus hannah), diversas arañas, el escorpión muerte acechante (Leiurus quinquestriatus), la rana punta de flecha, el pulpo de anillos azules, el caracol cono de mármol o algunos escorpiones, tienen en su piel patrones repetitivos de figuras geométricas.

Síntomas

Los síntomas de una fobia son muy heterogéneos y varían según la intensidad de la aversión o miedo de la persona que la padece.

Algunos de sus síntomas son cosquilleos, comezón o picazón en el cuerpo, ansiedad, incluso náuseas. Esta fobia puede estar relacionada con el miedo a los parásitos o a las infecciones.

Podemos encontrar una gran variedad de síntomas, como los siguientes:

  • Ansiedad

  • Palpitaciones

  • Repulsión o asco

  • Sensación de opresión en el pecho

  • Mareo

  • Hormigueo en las extremidades

  • Sensación de debilidad

  • Desmayo

  • Náuseas o vómitos

  • Sensación de falta de aire

  • Sudoración

  • Temblores

¿Tiene cura?

Como todas las fobias, la tripofobia tiene cura. Su abordaje puede ser desde varios puntos de vista y terapias. Siempre se debe acudir a un profesional especializado (psicólogo clínico), para que, tras la evaluación y diagnóstico, elabora una estrategia de tratamiento que se adapte lo mejor posible a la persona que padece el trastorno.

Hay varios tipos de terapias y tratamientos para tratar la tripofobia:

  • Terapia de exposición

Consiste en exponerse a imágenes tripofóbicas, que cumplan con las características de lo que produce el malestar.

Este tipo de exposición suele ser muy efectiva. Se aplica de forma gradual, aumentando la intensidad del estímulo, comenzando desde lo que provoca una menor ansiedad, hasta lo que provoca la ansiedad más intensa.

  • Terapia de desensibilización sistemática

Es menos intrusiva que la terapia de exposición y requiere de más tiempo y esfuerzo.

Habitualmente, a través de la imaginación, el psicoterapeuta irá introduciendo al paciente en sus miedos, paulatinamente, anotando la frecuencia e intensidad de sus síntomas. Sesión tras sesión se va dando un paso más, hasta que la intensidad de los síntomas va reduciéndose.

Finalmente, esta terapia concluye con la exposición del paciente al estímulo que más ansiedad le causaba. Ya pudiendo afrontarlo sin que se dispare su ansiedad y angustia.

  • Tratamiento no convencional

La práctica de yoga o meditación o, la acupuntura, pueden ser prácticas eficaces para disminuir los niveles de ansiedad y acompañar a las terapias psicológicas.

  • Tratamiento farmacológico

Aunque no son el tratamiento de primera línea ni el más eficaz para el tratamiento de las fobias, los fármacos ayudan a disminuir los síntomas producidos por la ansiedad. Los medicamentos que se suelen administrar son los ansiolíticos y antidepresivos.

Se recurre al tratamiento farmacológico cuando la fobia es tremendamente angustiante en el día a día de la persona que la padece, cuando los síntomas son incontrolables e interfieren de una forma significativa en su vida diaria.

Cómo describen la tripofobia quienes la sufren (Shutterstock)Cómo describen la tripofobia quienes la sufren (Shutterstock)

Se podría decir que la tripofobia, a veces llamada fobia al patrón repetitivo o miedo a los agujeros, es el miedo o repulsión generado al mirar o al estar cerca de figuras geométricas muy juntas, especialmente orificios pequeños y rectángulos de muy pequeñas dimensiones y poca distancia entre sí.

No está incluida en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, pero sin dudas es importante el número de personas que tienen rechazo, repulsión y/o miedo hacia objetos con agujeros pequeños aglomerados, como los que se ven en panales, hormigueros, ciertos hongos y los frutos del loto. Al final de esta nota, se incluyen 8 imágenes para saber si una persona es tripofóbica.

Julia Magnin (26), licenciada en Relaciones Públicas e Institucionales y coordinadora del voluntariado coorporativo de una empresa energética, es tripofóbica y lo vive como una repulsión hacia este tipo de imágenes geométricas aglutinadas: “En mi caso no es fobia en sí, sino que es asco, rechazo, incomodidad, me da miedo que estos patrones se me queden en la piel”.

“Por ejemplo, si veo burbujitas, me da miedo tocarlas y que se me quede así la piel, como que me contagie por así decirlo, por eso me da tanto asco mi quemadura”, agrega. Es que la joven hace pocos días se quemó la pierna con una estufa y le quedó en su propio cuerpo una marca que le recuerda a estas figuras aglomeradas.

Julia Magnin se quemó con la estufa y el dolor fue doble, ya que en su piel quedó una marca que le genera tripofobia (Foto: Gentileza Julia Magnin)Julia Magnin se quemó con la estufa y el dolor fue doble, ya que en su piel quedó una marca que le genera tripofobia (Foto: Gentileza Julia Magnin)

Para Julia, “puede que sea algo primitivo, quizás antes nuestros antepasados se daban cuenta del veneno en algo con tan solo verlo y entraban en un estado de alerta”.

Consultada por Infobae respecto a cuándo se dio cuenta que sufria tripofobia, Julia explicó: “Fue una lata de atún que encontré en un médano que estaba toda hecha burbujas por el sol. Primero la agarré porque veía que algo brillaba, pero no sabía que era. Y cuando la vi y la toqué, me quedé re mal, la tiré lo más lejos que pude y me alteró muchísimo la situación. Lo más grave que me pasó igual fue con un panal de abejas, ya deshabitado, que mi hermano trajo a casa, ahí lloré, y rompí todo el panal porque me ponía muy mal verlo”.

Felipe Lezcano (28), también licenciado en Relaciones Públicas e Institucionales y asesor en comunicaciones, es muy amigo de Julia, y entre las muchas cosas que comparten, se encuentra el hecho de que ambos son tripofóbicos. En este sentido, el joven le contó a Infobae: “Lo mío empezó cuando era chico, me pasaba mucho cuando me encontraba con determinadas estructuras con formas que se asemejan a lo que hoy puedo identificar como tripofobia, y en esos momentos sentía un rechazo constante a ese tipo de formas que hoy en día persiste”.

“Mi mayor miedo con respecto a eso siempre fue que estas figuras se me peguen a la piel, me daba mucho miedo encontrarme con que de pronto mi piel tenía agujeros uno al lado del otro de forma lo más simétricamente posible, me daba mucho pánico que de alguna forma estos orificios o figuras aparezcan en mí”, agregó.

Muchos de los afectados coinciden que más que una fobia, la tripofobia es un rechazo o repulsión a pequeñas imágenes geométricas juntas y aglutinadas (Shutterstock)Muchos de los afectados coinciden que más que una fobia, la tripofobia es un rechazo o repulsión a pequeñas imágenes geométricas juntas y aglutinadas (Shutterstock)

Según especificó Felipe, “en el momento en que me encuentro con algo que tiene una forma parecida y agrupada junto a otros objetos similiares, mientras más grandes son los circulitos, en mi caso es peor y me provoca mayor rechazo, inclusive siento que se me va a pegar en la piel y que esos círculos diminutos se me van a empezar a abrir en mi propia piel, es una sensación horrible”.

Este rechazo realmente me costó mucho tiempo identificarlo y saber bien de qué se trataba, pero con el tiempo pude ir viendo que mi miedo pasaba por que se me ‘contagie’ esos patrones en mi cuerpo, y mi mayor miedo es tener algún día un problema, infección o afección en la piel que me genere este tipo de orificios o estructuras, con este aspecto, creo que no podría soportarlo directamente”.

En relación a cómo se dio cuenta de que esta repulsión era importante, Felipe precisó: “Empecé a darme cuenta del profundo rechazo que me generaba, más allá de que al principio no entendía bien de qué se trataba, se me iba el hambre y perdía por completo las ganas de comer, cuando por alguna razón veía algún tipo de estas estructuras, con estas formas, e inmediatamente me generaba cierta angustia que me cerraba automáticamente el estómago”

Mi mayor miedo es tener algún día un problema, infección o afección en la piel que me genere este tipo de orificios o estructuras, con este aspecto, creo que no podría soportarlo directamente

Para Belén Mosna (27), quien estudia Medicina en la UBA, su primer contacto con la tripofobia, “fue algo casual, navegando hace apróximadamente 10 años en Internet di con una nota acerca de esta fobia y tenía una foto de agujeros en la piel de una persona de los cuales emergían gusanos”.

Me causa náuseas y escalofríos, además de que sí o sí tengo que retirar la mirada y sacar la imagen rápido”, añadió en diálogo con este medio.

¿Hay alguna forma en particular que le de más rechazo? Frente a esta pregunta la joven detalló: “Me generan mucho rechazo todos los surcos/agujeros que estén en partes del cuerpo, y con algún tipo de insecto y/o gusano, y a pesar de que sé que son imágenes retocadas digitalmente, no puedo evitar sentir mucha repulsión. Además, en mi caso la tripofobia acentúa mi fobia a las arañas, debido a sus múltiples pares de ojos”.

Los trastornos de ansiedad son muchos y muy comunes, es un tema del que mucho se habla y poco se conoceLos trastornos de ansiedad son muchos y muy comunes, es un tema del que mucho se habla y poco se conoce

En el caso de Nicolás Marcigliano (28), estudiante de ingeniería eléctrica UTN, “más que sufrir, es una sensación extraña la que siento con este tipo de figuras o imágenes, en donde de más chico, con unas ramas secas de unos árboles -particularmente no sé qué árbol era- que estaban en el piso y tenían las formas geométricas por fuera, y dentro de las formas parecían que tenía otras cosas adentro. Esa fue de las primeras veces que noté que me daba cierta sensación de ‘cosa’. Ya de adolescente me topé con una foto de Internet, una flor, y ahí fue cuando busqué un poco más del tema”.

“De ahí en más, lo he visto solo en imágenes, y no todas me producen esa sensación. Es una sensación de que lo quiero ver aunque sepa que me disgusta cuando lo veo, físicamente se me pone la piel de gallina y empiezo a sentir que me sube algo por la espina”, detalló.

Para Nicolás, “no es miedo, pero se que no tocaría tocaría algo así y evitaría tenerlo cerca”. “Las imágenes con photoshop que están en Internet de partes humanas, como los codos, las manos, con las formas hechas me perturban bastante mirarlas y me produce esa sensación que me recorre el cuerpo, particularmente si hay algo que sale o está dentro de las formas estas, es lo que más rechazo me da; no obstante, me da intriga y quiero ver”.

En diálogo con Infobae, el jefe de servicio de Psicología del Sanatorio Municipal Dr. Julio Méndez y coordinador de actividades asistenciales del hospital Borda, Ricardo Antonowicz (MN 11556), explicó: “La fobia tiene para nosotros el valor de un síntoma que reparte el espacio en dos lugares: uno en el que estoy libre de angustia y otro donde la angustia se desencadena. La fobia no resuelve, la fobia denuncia lo que no funciona en la estructura psíquica. Lo importante es escuchar lo que la fobia dice y no suprimirla administrando medicamentos. Existen muchas modalidades fóbicas”.

“No hay una sola fobia. Prácticamente todos tenemos alguna fobia. La fobia tiene que ver con el objeto. No hay casos puros sino síntomas neuróticos. La fobia trata de ubicar la angustia en algún lugar. La tripofobia denuncia miedo al vacío, a quedar atrapado en un agujero que tapona la posibilidad de desear y expresa el temor a que la subjetividad quede atrapada en ese espacio diminuto”, aseveró el especialsita.

Según Antonowicz, "no hay una sola fobia. Prácticamente todos tenemos alguna fobia"Según Antonowicz, «no hay una sola fobia. Prácticamente todos tenemos alguna fobia»

Por su parte, para el médico psiquiatra y psicoanalista, ex miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) doctor Pedro Horvat (M.N. 70.936), “todas las fobias funcionan con el mismo mecanismo, a través del desplazamiento”. ¿Qué signfica esto? Según especificó Horvat, hay un caso clínico famoso de Sigmund Freud en el cual un papá iba caminando de la mano con un nenito, por la calle, y el papá estaba muy enojado y lo estaba retando, -esta historia real sucedida en Viena del 1900- mientras el padre le gritaba al hijo, en ese momento un cochero pierde el control y el caballo que lo traccionaba se cae y el carro cae encima del caballo, por lo cual el chico quedó aterrado por la escena. Cuándo creció, el hijo de este señor sufría terror a los caballos, y consultó al doctor Freud y en el análisis descubre que en realidad era un desplazamiento, lo que le había generado tanto miedo de la escena no era la sorpresa, sino lo asociado al enojo de su papá, y que el verdadero conflicto era con su padre, quien en ese momento le gritaba y lo amenazaba.

El mecanismo de la fobia es el desplazamiento, hay una imagen o situación original, reprimida y que me angustia, y el temor se desplaza a otra, sea por asociación directa, en el sentido de que las imágenes se parecen los significados; o por alguna conexión de significado o por una conexión temporal como sucedió con el ejemplo del caballo de Freud”, explicó el experto.

En el caso de las figuras geométricas, tendería a pensar que se trata de un desplazamiento por asociación de imágenes corporales, porque algo, tal vez en la visión de determinadas imágenes corporales, muy frecuentemente sexuales o de otro tipo, genera angustia, eso re reprime, y se desplaza sobre algo”, agregó Horvat a Infobae.

Para el psiquiatra y psicoanalista, “uno debe aceptar ciertas definiciones de carácter general y buscar en la persona en particular, cada caso, porque hay tantas fobias como personas, teoóricamente podría existir una fobia a cualquier cosa, ya que lo que importa es sobre qué se desplaza la angustia”.

Algunos científicos han encontrado que incluso aquellos que no sienten repulsión por este tipo de imágenes tripofóbicas a menudo se sienten incómodos mirando un montón de pequeños agujeros juntos. Justo como las líneas pueden causar dolores de cabeza y luces parpadeantes que pueden inducir convulsiones, un grupo de agujeros podría tener efectos psicológicos en el cerebro, generar náuseas, molestia, repulsión. Un caso controversial sucedió en la presentación del Iphone 11, en dónde muchos usuarios manifestaron haber sentido tripofobia con la triple cámara del dispositivo móvil.

Para superar las fobias, hay que estar decididos, no desilusionarnos si los cambios tardan en aparecer, valorar todos nuestros avances y ponernos metas claras y posiblesPara superar las fobias, hay que estar decididos, no desilusionarnos si los cambios tardan en aparecer, valorar todos nuestros avances y ponernos metas claras y posibles

El investigador, Arnols Wilkins, profesor emérito de la Universidad de Essex, teoriza que los principios matemáticos en los patrones exigen al cerebro a usar más oxígeno y energía, lo que puede ser estresante.

Estas imágenes tienen las mismas propiedades estadísticas y son intrínsecamente difíciles de procesar para el cerebro, en parte porque hemos evolucionado para mirar imágenes completas en la naturaleza”, dijo Wilkins en entrevista con el Washington Post. “Sabemos que las imágenes son difíciles de procesar computacionalmente por las neuronas que se ven obligadas a usar más energía cerebral”.

Las fotos de panales y fresas – fuentes comunes de horrores para la gente con tripofobia – también comparten características matemáticas con vistas más siniestras como el moho o las lesiones cutáneas.

Otros investigadores sugieren que la incomodidad podría venir de un impulso innato para prevenir enfermedades infecciosas y comida contaminada. Algunos incluso han creado la hipótesis de que el miedo podría venir de la evolución de una respuesta a animales peligrosos como ranas venenosas e insectos, que frecuentemente muestran patrones similares a aquellas fotos tripofóbicas.

ATENCIÓN – IMÁGENES SENSIBLES PARA PERSONAS CON TRIPOFOBIA

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Fotos: Shutterstock

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