Qué opinaba iturbide del motín

pronombre

1

(interrogativo)

¿qué?

what?;

¿qué has dicho?

what did you say?;

¿a qué has venido?

why have you come?;

what have you come for?;

¿con qué lo vas a pagar?

how are you going to pay for it?;

what are you going to pay with?;

¿de qué lo conoces?

how do you know him?;

where do you know him from?

alguien al que solo le conozco de leer lo que escribe

me conoce de oídas

nos conocemos del e-mail

¿en qué lo notas?

how can you tell?

-creo que se droga -¿en qué lo notas?

no sé qué quiere decir

I don’t know what it means

¡qué hubo!, ¡quehúbole!

¿qué tan grande es?

(Latinoamérica)

how big is it?

¿qué más?

(gen)

what else?;

(en tienda)

anything else?

¿para qué?

¿para qué lo quiere?

why does he want it?;

what does he want it for?;

¿para qué, si nunca me hace caso?

what’s the point? he never listens to me anyway

¿por qué?

why?

¿por qué no se lo dices?

why don’t you tell him?

¿qué [es de] tu hermano?

¿qué tal?

how are things?

¿qué tal estás?

how are you?;

¿qué tal el trabajo?

how’s work?

¿qué tanto?

(Latinoamérica)

(¿cuánto?)

how much?

¿qué tanto lo quiere?

how much do you love him?

¿y qué?

so what?

no lo he hecho, ¿y qué?

so what if I haven’t done it?;

¿y a mí qué?

so what?;

what has that got to do with me?

ahí estaba el qué

that was the reason

sin qué ni para qué

without rhyme or reason

13

Un texto más sobre el mismo tema.

Los partidarios de Iturbide, una parte de los monarquistas y el clero, empezaron

a trabajar por la coronación de Iturbide como emperador. En el convento de

San Hipólito se hallaba el regimiento de infantería número 1, al que se había

incorporado el de Celaya, y en la noche del 18 de mayo de 1822, después

del toque de retreta, el sargento Pío Marcha hizo tomar las armas a la tropa

proclamando el nombre de Agustín I, y varias partidas salieron proclamando por

las calles el mismo nombre; mientras otros en los barrios hacían levantar al pueblo

por la misma razón, derramándose por las calles con atronadores gritos y asaltando

los campanarios. Entonces, se escuchó un repique a vuelo y el estallido de mil

cohetes. Iturbide, que estaba al tanto de todo y lo fomentaba ocultamente, mandó

llamar a varios generales para pedirles su opinión de si admitiría o no la corona, y

le aconsejaron que así lo

hiciera, y el Congreso

fue convocado para la

mañana del día siguiente,

19 de mayo, por medio

de su presidente,

Cantarines, quien fue

uno de los que estaban

en la conferencia.

Contesta.

¾

¿Quiénes querían la coronación de Iturbide?

¾

¿Qué opinaba Iturbide del motín?

¾

¿Por qué fue convocado el Congreso

el 19 de mayo de 1822?

Movimiento a favor

Marcos Arróniz, “México

independiente”, en

Manual

de historia y cronología de

Méjico

, París, Librería de

Rosa y Bouret, 1858,

pp. 219-220.

del Imperio

No existen documentos que registren cuál fue la opinión de Iturbide ante el motín de Pío Marcha, sin embargo, se considera que este motín fue planificado por el propio Iturbide. 

El 18 de mayo de 1822, los seguidores de Agustín de Iturbide dieron inicio a un motín que tenía por objeto hacer que este fuera nombrado emperador del recién instalado Imperio de México.

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Este motín, también conocido como Movimiento Iturbidista de Pío Marcha o Levantamiento Iturbidista, fue organizado por el sargento Pío Marcha acompañado por las tropas del regimiento Celaya, algunos miembros del clero y por el pueblo.

Antecedentes del movimiento iturbidista de Pío Marcha

El plan de Iguala

Debido a las tensiones en el virreinato de Nueva España y al debilitamiento de las fuerzas de la Corona española, el coronel realista Agustín de Iturbide se alió con las fuerzas rebeldes lideradas por Vicente Guerrero para discutir el nuevo curso que tomaría la guerra por la independencia de México.

En la ciudad de Iguala, Iturbide proclamó las “tres garantías” que se debían obtener una vez que se alcanzara la independencia de la Corona española.

La primera garantía era que México constituiría un gobierno monárquico independiente bajo el mandato del rey Fernando VII de España, un príncipe Borbón o cualquier otro príncipe europeo conservador.

La segunda garantía era que la población criolla de México habría de disfrutar de los mismos derechos que los peninsulares (españoles). La última garantía era que la Iglesia católica romana mantendría sus privilegios en México.

Una vez que Iturbide convenció a su ejército de aceptar las tres garantías, estas fueron pronunciadas oficialmente en el Plan de Iguala el 24 de febrero de 1821. El plan ofrecía tales beneficios que las fuerzas rebeldes se unieron a Iturbide.

El tratado de Córdoba

 

Cuando se hizo evidente que la victoria del ejército de las Tres Garantías, o Trigarante, y el ejército rebelde era contundente, el virrey de Nueva España renunció.

El 24 de agosto de 1821 se firmó el tratado de Córdoba entre Agustín de Iturbide y algunos representantes de la Corona española, reconociendo así la independencia de México y la legalidad del plan de Iguala.

Además, Iturbide incluyó una cláusula en el tratado de Córdoba que planteaba que si no se encontraba un monarca europeo adecuado para el Imperio de México, el Congreso mexicano podría escoger a algún criollo para que fuese el emperador.

Congreso de México

 

Un tercio de los miembros del Congreso de México eran simpatizantes de Iturbide. Esto ayudó a que las medidas de Iturbide (las tres garantías y el tratado de Córdoba) fueran aceptadas por el Congreso. 

Desarrollo del movimiento Iturbidista de Pío Marcha

 

La noche del 18 de mayo de 1822, en el cuartel de San Hipólito, el sargento Pío Marcha, del regimiento de Celaya (que había estado bajo el comando de Iturbide durante la guerra de independencia) inició una revuelta en la que proclamaba a Agustín de Iturbide como emperador del Imperio de México.

El sargento Marcha, junto con las tropas de su cuartel (no más de 150 hombres), salió a la calle armado y tomó posesión de las plazas de Ciudad de México.

Marcha, apoyado por el coronel Rivero, hizo prender todas las luces de las casas vecinas, ordenó hacer sonar las campanas e irrumpió en un teatro, en el que se reunieron los soldados y el resto de la población. En este teatro, Agustín de Iturbide fue proclamado emperador.

Si bien es cierto que Iturbide contaba con seguidores dentro del Congreso de México, la mayoría de los diputados estaban en su contra.

A pesar de esto, al día siguiente del motín de Pío Marcha, el 19 de mayo, el Congreso de México cedió ante la presión generada por los amotinados y por los diputados simpatizantes, y declaró que Iturbide sería el primer emperador de México.

Posteriormente, el emperador Iturbide hizo apresar a los diputados que se oponían a él, entre los que destacan Servando Teresa de Mier, y el 31 de octubre de 1822 disolvió el Congreso de México. 

Opinión de Iturbide ante los hechos del motín del 18 de mayo de 1822

La historia no guarda cuál fue la opinión de Iturbide antes los hechos de movimiento Iturbidista de Pío Marcha.

Sin embargo, muchos historiadores coinciden en que este motín fue preparado por el propio Iturbide y que este ordenó a Pío Marcha que tomara la Ciudad de México y lo proclamara emperador.

De hecho, si se estudian las acciones de Iturbide antes del motín, se podría llegar a aseverar que este había planificado el escenario para transformarse en el gobernante de México una vez que se alcanzara la independencia.

A continuación, se presentan los argumentos a favor de esta teoría:

1. Con la reunión entre Iturbide y Guerrero en Iguala, Iturbide se aseguró la cooperación de las fuerzas rebeldes. Siendo un coronel realista, ya contaba con el apoyo de las fuerzas reales.

2. Las garantías propuestas por Iturbide en el plan de Iguala estaban destinadas a contentar a todos los miembros de la población de México, ya que:

– Declaraba la independencia que tanto ansiaban los rebeldes.

– Aseguraba la continuidad del poder de la Corona española, lo que beneficiaba a los realistas.

– Ratificaba el poder de la Iglesia católica, lo que atraía a los miembros del clero.

3. La cláusula adicional del tratado de Córdoba dejaba la puerta abierta para que cualquier mexicano pudiera ser nombrado emperador que, de hecho, fue lo que sucedió con Agustín Iturbide.

Si esta teoría es cierta, como parece indicar la evidencia, Iturbide no debió haberse sorprendido por el motín ni por sus resultados. Al contrario, conocía los hechos de antemano.

Referencias

  1. Agustín de Iturbide. Recuperado de en.wikipedia.org.

  2. Iguala Plan. Recuperado de britannica.com.

¿Qué pensaría Iturbide del motín? ¿Lo vería como una mancha en su carrera política o como una oportunidad para demostrar su liderazgo? Estamos hablando de una situación compleja en la que se enfrentaba a la desobediencia y el caos en sus tropas, pero también a la oportunidad de poner a prueba su temple y habilidades políticas. En tiempos tan convulsos como aquellos, es difícil saber qué pensar y cómo actuar. Por ello, es interesante analizar las diferentes reacciones que tuvo ante este episodio y entender su repercusión en el futuro de México.

Al final del día, Iturbide es una figura enigmática que ha dividido opiniones a lo largo de la historia. Unos lo ven como un héroe que logró la independencia de México, mientras que otros lo ven como un oportunista que utilizó la causa independentista en su propio beneficio. Sin embargo, es importante dejar las categorías preconcebidas y analizar el caso del motín con una mente abierta y sin prejuicios. Solo así podremos entender la complejidad de las decisiones que tomó Iturbide en aquellos días y su impacto en la historia.

Orígenes del motín.

Para entender la reacción de Iturbide ante el motín, primero debemos entender sus orígenes. Este episodio tuvo lugar a principios de 1823, cuando una parte del ejército del Centro, liderado por el general Antonio López de Santa Anna, se sublevó contra el gobierno de Agustín de Iturbide en la Ciudad de México. El motín fue provocado por una serie de desacuerdos entre Santa Anna y el gobierno, principalmente por el control del poder y la lucha por el reconocimiento de los logros militares en la independencia de México.

La noticia del motín llegó a Iturbide en la ciudad de Iguala, donde se encontraba trabajando en el Plan de Iguala. Al enterarse, Iturbide decidió regresar inmediatamente a la Ciudad de México para intentar apaciguar la situación. Sin embargo, la situación ya se había salido de control y la ciudad estaba en caos.

Reacciones de Iturbide.

La reacción de Iturbide ante el motín fue intensa y variada. En un primer momento, intentó negociar con Santa Anna para que este desistiera de su rebelión y se uniera a la causa independentista. Sin embargo, esta negociación fracasó y Santa Anna se negó a ceder. En ese momento, Iturbide decidió tomar medidas más firmes, ofreciendo recompensas por la captura de los líderes del motín y declarando la ley marcial en la ciudad.

Esta decisión tuvo un costo elevado. En poco tiempo, Iturbide se encontró en una situación de aislamiento político, con una gran parte de los generales y jefes militares alejados de él y con una creciente oposición a su gobierno. Sin embargo, Iturbide no se rindió y decidió tomar medidas más drásticas: el 19 de marzo de 1823, disolvió el Congreso y estableció un gobierno provisional compuesto principalmente por sus seguidores.

Algunas voces críticas condenaron su acción como una muestra de autoritarismo y falta de respeto a la democracia. Sin embargo, para Iturbide, esta era la única forma de mantener el control y evitar que la situación empeorara aún más.

¿Cómo afectó al plan de Iguala?

El motín tuvo un impacto significativo en el Plan de Iguala, uno de los momentos más importantes en la historia de México. Este plan, creado por Iturbide en 1821, establecía las bases para la independencia de México y sentaba las bases para un nuevo gobierno mexicano.

Sin embargo, el motín puso en peligro la realización del plan y la estabilidad política del país. Algunos de los generales que lo habían apoyado en un principio, como Santa Anna, comenzaron a alejarse de él y a cuestionar la validez del plan. Además, la disolución del Congreso y la creciente oposición a su gobierno debilitaron aún más la posición de Iturbide.

En este contexto, el Plan de Iguala perdió fuerza y acabó por ser uno de los factores que contribuyó al fin del gobierno de Iturbide en 1823. Sin embargo, su influencia en la historia de México a largo plazo es indiscutible, ya que estableció las bases para una nueva nación y sentó los cimientos para una sociedad más justa y libre.

Consecuencias del motín.

Las consecuencias del motín fueron significativas y duraderas. En primer lugar, debilitó la posición política de Iturbide y puso en riesgo la realización del Plan de Iguala. En segundo lugar, inició un proceso de paulatina descentralización del poder en México, que culminaría en la promulgación de la Constitución de 1824.

Además, este hecho fue el preámbulo de la caída del imperio y el inicio de una nueva etapa en la historia de México. Después de esto, el país vivió un periodo de inestabilidad política y militar que culminaría en la creación de la Primera República Federal en 1824.

Conflictos e inestabilidad.

Podemos ver que la figura de Iturbide es una de las más polémicas de la historia de México. Sin embargo, su papel en la independencia del país y en la creación de una nueva nación no puede ser ignorado. El motín fue uno de los momentos más difíciles en su carrera política, pero también uno en el que demostró su carácter y liderazgo.

Aunque algunas de sus decisiones pueden ser cuestionadas en la actualidad, es importante entender que vivió en un contexto histórico muy diferente al nuestro y que sus decisiones se tomaron en un momento de incertidumbre y caos. En este sentido, creo que debemos ser cuidadosos al juzgar su figura y analizar su legado de una manera más amplia e histórica.

En este sentido, el motín nos invita a reflexionar sobre la complejidad de la vida política y la toma de decisiones en momentos de crisis. Nos recuerda que, en ocasiones, es necesario tomar decisiones difíciles para mantener el orden y la estabilidad, aunque ello implique el uso de la fuerza y la disolución de las instituciones democráticas.

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