Regla 34 de internet

La regla 34 es una «regla de Internet» que afirma que la pornografía en Internet existe con respecto a todos los temas imaginables. El concepto se representa comúnmente como fan art que se involucran en un comportamiento sexual y excitante.[1]​ También puede incluir escritos, gifs, videos o cualquier otra forma de medio a la que Internet ofrezca oportunidades de proliferación.

Historia

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Trasfondo

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El arte erótico imaginativo es antiguo. Safo fue celebrada por ello. Se exhibía abiertamente en las casas romanas. Desde la década de 1920 hasta la de 1960, mucho antes de que se acuñara la «Regla 34», las mini historietas eróticas llamadas Biblias de Tijuana representaban personajes de historietas populares como Popeye y Little Orphan Annie.[2]​

Origen

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El término «Regla 34» se originó a partir de un webcomic de 2003, titulado «Rule #34 There is porn of it. No exceptions.» El cómic fue dibujado por TangoStari (Peter Morley-Souter) para representar su sorpresa al ver la parodia porno de Calvin y Hobbes.[1]​[3]​ Aunque el cómic se desvaneció en la oscuridad, la leyenda instantáneamente se hizo popular en Internet. Desde entonces, esta frase se ha adaptado a diferentes versiones sintácticas e incluso se ha utilizado como verbo.[4]​

Popularización

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En mayo de 2007, se lanzó una base de datos de la Regla 34 en Paheal.net con un archivo de búsqueda de imágenes de la Regla 34,[5]​ y sitios similares comenzaron a aparecer poco después.[6]​  El 20 de agosto de ese año, el webcomic xkcd publicó un cómic titulado «Regla 34», que involucraba escenarios sexuales hipotéticos que incluían concursos de ortografía homoeróticos.[7]​

En 2008, los usuarios del tablón de imágenes 4chan publicaron numerosas parodias y dibujos animados sexualmente explícitos que ilustraban la Regla 34. En el argot especial de los foros de 4chan, «pornografía» se llama regla 34, Pr0nz.[8]​ Un diccionario de neologismos afirma que la Regla 34 «comenzó a aparecer en publicaciones de Internet en 2008».[9]​

A medida que la Regla 34 continuaba difundiéndose en Internet, los medios tradicionales comenzaron a informar sobre ella. Un artículo del Daily Telegraph de 2009 enumeró la Regla 34 como la tercera de las «10 principales» reglas y leyes de Internet.[10]​ Una historia de CNN de 2013 dijo que la Regla 34 era «probablemente la regla de Internet más famosa» que se ha convertido en parte de la cultura dominante.[11]​ El 14 de noviembre de 2018, un streamer de Twitch celebró su cumpleaños de dieciocho años publicando un video en Twitter en el que buscaba imágenes de la Regla 34. El popular video y sus respuestas fueron cubiertas por The Daily Dot.[12]​

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Los fanfiction han erotizado a numerosas figuras políticas de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016[13]​ y el bloqueo del Canal de Suez de 2021 por el buque portacontenedores Ever Given.[14]​ Libros cortos de bajo costo llamados «Tinglers» han representado dinosaurios y aviones antropomorfizados en actos sexuales. El autor probablemente seudónimo, Chuck Tingle, publicó una erótica distópica sobre el Brexit, presentando sexo con una moneda gigante de una libra del futuro, horas después de que pasara el referéndum.[15]​

Análisis

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Según los investigadores Ogi Ogas y Sai Gaddam, «Hoy, la Regla 34 prospera como tradición sagrada en blogs, videos de YouTube, fuentes de Twitter y sitios de redes sociales. Se usa con frecuencia como verbo, como en «I Rule 34’ed Paula Abdul and Simon Cowell on the juzging table». Proponen que la razón por la que la regla resonó en tanta gente es porque «ciertamente parece cierta» para «cualquiera que haya pasado tiempo navegando por la Web».[3]​ Ogas dijo que después del estudio de 2009-2010, la consolidación de la industria del porno en agregadores de video de gran participación en el mercado ha reducido la visibilidad de los videos de nicho de mercado. Los sitios favorecen el contenido principal directamente al dirigir a los usuarios hacia él e indirectamente al perjudicar a los pequeños productores que no pueden permitirse medidas estrictas contra la piratería, lo que pone en duda la capacidad de la regla para mantenerse al día con el mercado.[1]​

Cory Doctorow concluye: «La regla 34 se puede considerar como una especie de acusación de la Web como un pozo negro de monstruos, geeks y bichos raros, pero visto a través de la lente del cosmopolitismo, revela cierta sofisticación, un enfoque gourmet de la vida».[16]​

La erudita feminista Susanna Paasonen resume la Regla 34, junto con las versiones de las Reglas 35 y 36 en el sentido de que no importa cuán improbable o inusual sea el concepto, la pornografía está disponible en línea o lo estará.[17]​ John Paul Stadler concluyó que la Regla 34 refleja la codificación de las parafilias en estructuras de identidad social.[18]​

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Variaciones

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La regla original fue reformulada y reiterada a medida que se viralizaba en Internet. Algunas permutaciones comunes omiten el original «Sin excepciones».

Corolarios

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  • «Regla 35: La excepción a la Regla 34 es la cita de la Regla 34»

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  • «Regla 35: Si no hay porno, se hará».

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  • «Regla 36: Siempre habrá más mierda jodida que la que acabas de ver»

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  • «Regla 63: Por cada personaje masculino dado, hay una versión femenina de ese personaje y viceversa»

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Véase también

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Referencias

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Enlaces externos

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  • Reglas de Internet 1000 Reglas de Internet
  • Rule34.paheal.net primer sitio web dedicado al tema

Videojuegos, personajes de cómic y series de animación, entre los más ‘representados’ en una de las reglas más ridículas inventadas online

Así se consume porno en España

  • BRUNO LOUVIERS
  • @BrunoLouviers

A estas alturas de la vida, todos sabemos que Internet tiene normas propias que hemos asumido de forma natural en su uso cotidiano. Nadie escribe me parto de risa pudiendo usar ‘lol’ para ahorrar palabras, y poco a poco vamos asumiendo que un emoji vale más que cuatro o cinco palabras. Quizá un gif sí vale más que mil, pero ya me entendéis: uno se acostumbra a prácticamente todas las modas que van y vienen y nunca se entretienen.

Por supuesto, hay reglas mucho más estrictas e imperecederas que reinan por encima de otras y que, bueno, quizá no son tan inocuas como las que cito más arriba. Ya no es una cuestión de no hablar en mayúsculas en una red social o en una app de mensajería. No, se trata de algo mucho más por encima y que directamente engloba todo lo sublime y lo bello para convertirlo en algo trastornado y corrupto.

Hablemos de la Regla 34, más conocida por su nombre original en inglés: Rule 34. El dictamen general de esta regla dice que «si existe, hay porno sobre ello. Sin excepciones». Y así es la vida de dura online. Os reto a que busquéis cualquier videojuego, cómic, personaje de dibujos animados o estrella de Hollywood en Google ahora mismo con «rule 34» como coletilla y destruyáis para siempre vuestra percepción sobre dicha materia.

Su origen es bastante humilde. Allá por 2004, un webcomic publicado en la web Zoom-Out y creado por Peter Morley-Souter describía la conmoción del autor tras descubrir una parodia pornográfica de ni más ni menos que Calvin y Hobbes. Os dije que nada, NADA, ni lo más puro y bello, escapa a esto. ¿Y por qué el número 34? Porque sí, es un número aleatorio que se le ocurrió a Morley-Souter, y que es bastante inteligente porque hace pensar que hay más normas.

De hecho, las hay. Aunque no son cosa ya del autor de la regla original, cuando esta empezó a ganar popularidad, más gente se sumó al ‘meme’ aportando normas. Por ejemplo, la Regla 34B, que asegura que «si no existe porno sobre ello, alguien lo está creando ahora mismo» o la Regla 35, que reza así: «La excepción a la regla 34 es la cita de la Regla 34». También está la regla 36, ojo: «Si lo has pensado, entonces hay alguien que tiene fetichismo por él.». Y mejor parar aquí, por salud mental.

Realmente, todo este asunto es algo oscuro y siniestro, en parte porque lleva años siendo cierto como que el Sol sale por el Este y se pone por el Oeste. Aunque actualmente gran parte de lo que concierne a la Regla 34 tiene más que ver con lo humorístico y lo absurdo de este paradigma, su vigencia es innegable.

Recientemente, se ha lanzado un videojuego llamado Overwatch que cuenta, entre otras cosas, con algunas heroínas en spandex y trajes algo ceñidos. La ‘recepción’ de los ‘fans’ ha sido tal que, a medida que se acercaba el lanzamiento del juego, el porno relacionado con Overwatch aumentó un 800% en Pornhub. La cosa se ha puesto tan ridícula que Blizzard, la empresa que ha desarrollado y editado el juego, está persiguiendo este tipo de contenido para ponerle freno. En balde, porque esta forma de actuar hace que se active otra clásica actitud relacionada con Internet: si intentas eliminar o censurar algo, volverá a ser publicado con más ahínco si cabe. Lo que más comúnmente se conoce como Efecto Barbra Streisand, vamos.

La próxima vez que busquéis algo en Google y os sorprenda un montaje pornográfico sobre ese tema que, aparentemente, no tiene nada de erótico, acordaos de lo que es la Regla 34 y de que nada es incorruptible. Si tienes hijos, mejor no busques ninguno de sus dibujos animados en las Imágenes de Google al menos que tengas activado un filtro. Ojalá todos los memes y normas estúpidas de Internet fueran tan inocuos como el Rick Roll y cosas tan horribles como esta no existieran.

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