En los últimos meses, una serie de episodios de contaminación del aire han marcado nuevos récords en toda Asia. A principios del verano, en Indonesia, cientos de personas fueron evacuadas y numerosas escuelas tuvieron que cerrar debido a la mala calidad del aire, como parte de una crisis que tiñó de rojo los cielos de la región.
Más recientemente, los niveles de calidad del aire han empeorado en India, lo cual ha motivado un reclamo público y graves consecuencias para grandes sectores de la sociedad. Los picos de polución, especialmente en partículas finas (PM2.5), han provocado el cierre de escuelas, la declaración de emergencia de salud por parte del gobierno estatal, manifestaciones y una amplia cobertura de parte de los medios.
Estos episodios recurrentes ahora suceden todos los años de forma puntual, durante el comienzo del invierno. En India, la contaminación atmosférica extrema se ha convertido en una temporada en sí misma, que va de octubre a febrero. Una causa importante es la quema intencional de residuos agrícolas y bosques en los estados colindantes de Haryana, Punyab, UP y Rajastán, así como el uso de fuego en los hogares para cocinar y calentar. Estas prácticas empeoran los ya malos niveles de calidad del aire causados por la contaminación del transporte, la energía y las fuentes industriales.
Los episodios extremos de contaminación del aire afectan a millones de personas que quedan expuestas a una niebla tóxica espesa durante semanas. Los expertos locales en salud pública estiman que para cuando los niños regresan de la escuela ya han estado expuestos a un nivel de contaminación del aire equivalente a fumar entre 50 y 60 cigarrillos en la región de la ciudad capital. Del mismo modo, los sectores vulnerables de la sociedad están desproporcionadamente expuestos a esta amenaza ambiental.
El material particulado que se encuentra en el smog tiene efectos negativos en la salud humana y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es responsable de 7 millones de muertes prematuras a nivel global cada año. En los países afectados por episodios tan dramáticos, así como por los altos niveles generales de contaminación del aire, esta amenaza ambiental representa el segundo o tercer factor de riesgo más grave para la salud pública.
Un informe reciente del Instituto para los Efectos de la Salud destacó que, si no se toman medidas adicionales para detener las crisis regulares de contaminación del aire, las muertes anuales por esta causa en India aumentarán de 1,1 millones en 2015 a 1,7 millones de muertes en 2030 y 3,6 millones en 2050.
Tales impactos de mortalidad y morbilidad se traducen en pérdidas económicas significativas (aproximadamente hasta 1% del producto interno bruto de India), tal y como ha estimado un estudio en curso sobre el impacto de la contaminación del aire en el capital humano y la economía del país, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) y la Universidad de Delhi.
«Además del impacto perjudicial de la contaminación del aire en nuestra salud, esta amenaza ambiental de grandes magnitudes también afecta nuestras economías, nuestra seguridad alimentaria, nuestro clima y exacerba las desigualdades», dijo Soraya Smaoun, coordinadora de calidad del aire de UNEP.
La polución del aire y el cambio climático están intrínsecamente vinculados, ya que los contaminantes atmosféricos afectan el clima y a menudo se emiten conjuntamente con los gases de efecto invernadero.
Como Asia ha experimentado los episodios más dramáticos de contaminación del aire en los últimos años, muchos estudios se han centrado en soluciones regionales. En 2016, la Coalición Clima y Aire Limpio encargó un informe para encontrar soluciones a la contaminación del aire en las ciudades indias. El informe Respirar un aire más limpio: diez soluciones replicables para ciudades indias fue dirigido por un grupo de trabajo de expertos locales e internacionales. Esbozó soluciones que pueden reducir significativamente la contaminación del aire en el país, incluido el convertir los residuos agrícolas en un recurso para producir electricidad y evitar la quema a cielo abierto.
El año pasado, UNEP y la Coalición de Clima y Aire Limpio publicaron un informe similar centrado en soluciones regionales llamado Contaminación del aire en Asia y el Pacífico: Soluciones basadas en la ciencia, que detalla 25 políticas y medidas tecnológicas que generarán beneficios en todos los sectores.
El estudio constituye la primera evaluación científica integral de las perspectivas de contaminación del aire en la región, y concluye que la adopción de las 25 medidas recomendadas podría conducir a una reducción de un tercio en la mortalidad prematura regional, ayudando a evitar 2 millones de muertes prematuras por la contaminación del aire en interiores cada año.
Los informes convergen en el hallazgo de que los gobiernos locales deben desempeñar un papel central en la lucha contra la mala calidad del aire.
La ciudad indonesia de Jambi, que recibió atención de los medios internacionales debido a que su cielo se enrojeció durante la última crisis, aprobó un plan de mitigación de emisiones que incluye la reducción y captura de metano de los desechos, regulaciones locales que prohíben la quema de residuos, y la plantación de árboles para hacer que sus vecindarios sean más ecológicos.
Tras haberse unido recientemente a la red Respira la Vida, Jambi es solo un ejemplo de cómo las ciudades están tomando la delantera en Asia para mejorar la calidad del aire y proteger a sus ciudadanos y al planeta.
Además, este año el gobierno indio se unió a la Coalición de Clima y Aire Limpio con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente. El Ministro de Medio Ambiente, Bosques y Cambio Climático de la India, Prakash Javadekar, declaró entonces que India trabajará para «adoptar energías más limpias, patrones de producción y consumo sostenibles», así como «transporte, agricultura, industria y gestión de residuos respetuosos con el medio ambiente para promover el aire limpio».
La Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente, junto con otras entidades globales, ha pedido una mayor acción para mejorar la calidad del aire y abordar la polución en general. Ese llamado global está respaldado por procesos políticos regionales que reconocen la salud y el medio ambiente como una prioridad.
La campaña Respira la Vida, un esfuerzo conjunto de la OMS, UNEP y la Coalición Clima y el Aire Limpio, está trabajando con los gobiernos locales y nacionales para diseñar e implementar políticas que mejoren los niveles de calidad del aire en las zonas urbanas. También moviliza y capacita a los ciudadanos para asumir la responsabilidad personal de prevenir la contaminación atmosférica y proteger nuestra salud y el planeta de sus efectos.
Respira la Vida sirve como una plataforma para que las ciudades compartan las mejores prácticas y demuestren el progreso en su camino hacia el cumplimiento de los objetivos de calidad del aire de la OMS en 2030.
Nairobi, 21 de octubre de 2021 – Una reducción drástica del plástico innecesario, evitable y problemático es crucial para enfrentar la crisis global de contaminación, según una evaluación exhaustiva publicada hoy por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Acelerar la transición hacia las energías renovables, eliminar subsidios y adoptar enfoques circulares ayudarán a reducir los residuos plásticos en la escala necesaria, de acuerdo con el informe De la contaminación a la solución: una evaluación global de la basura marina y la contaminación por plásticos.
El informe muestra que la contaminación por plásticos es una amenaza creciente en todos los ecosistemas, desde donde se origina la contaminación hasta el mar. También evidencia que, si bien tenemos los conocimientos, necesitamos la voluntad política y la acción urgente de los gobiernos para abordar esta creciente crisis.
El informe alimentará los debates en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA 5.2) en marzo de 2022, cuando los países se reunirán para decidir el camino que debe seguir la cooperación global en esta materia.
El estudio destaca que la contaminación por plásticos en los ecosistemas acuáticos ha crecido considerablemente en los últimos años y que se prevé que se duplique para 2030, con consecuencias nefastas para la salud, la economía, la biodiversidad y el clima.
La evaluación, publicada diez días antes de la 26º Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático ( COP26), enfatiza que los plásticos también son un problema climático. Utilizando un análisis del ciclo de vida, se estimó que en 2015 los plásticos estuvieron relacionados con la producción de 1,7 gigatoneladas de CO2 equivalente (GtCO2e), y se proyecta que para 2050 esta cifra aumente a aproximadamente 6,5 GtCO2e —15% del presupuesto mundial de carbono—.
Los autores rechazan la posibilidad de que el reciclaje sea una salida a esta crisis y advierten sobre alternativas dañinas a los productos de un solo uso, como los plásticos de base biológica o biodegradables, que actualmente representan una amenaza química similar a los plásticos convencionales.
El informe analiza las fallas críticas del mercado, como los bajos precios de las materias primas vírgenes basadas en combustibles fósiles, frente a los de los materiales reciclados; los esfuerzos poco articulados en la gestión formal e informal de residuos plásticos y la falta de consenso sobre soluciones globales.
«Esta investigación proporciona el argumento científico más sólido hasta la fecha para responder a la urgencia, actuar de manera colectiva, y proteger y restaurar nuestros océanos y todos los ecosistemas afectados por la contaminación a su paso», dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.
«Una preocupación importante es el destino de los microplásticos, los aditivos químicos y otros productos fragmentados, muchos de los cuales se sabe que son tóxicos y peligrosos para la salud humana, la vida silvestre y los ecosistemas. La velocidad en la cual la contaminación de los océanos está captando la atención del público es alentadora y es vital que aprovechemos ese impulso para lograr un océano limpio, saludable y resistente», añadió Andersen.
El informe destaca que el plástico representa el 85% de los residuos que llegan a los océanos y advierte que, para 2040, los volúmenes de este material que fluirán hacia el mar casi se triplicarán, con una cantidad anual de entre 23 y 37 millones de toneladas. Esto significa alrededor de 50 kg de plástico por metro de costa en todo el mundo.
En consecuencia, todas las especies marinas, desde el plancton y los moluscos, hasta las aves, las tortugas y los mamíferos, se enfrentan a riesgos de intoxicación, trastornos del comportamiento, inanición y asfixia. Los corales, los manglares y los pastos marinos además están sofocados por desechos plásticos que les impiden recibir oxígeno y luz.
El cuerpo humano también es vulnerable a la contaminación que generan los residuos plásticos en las fuentes de agua, lo cual podría causar cambios hormonales, trastornos del desarrollo, anomalías reproductivas y cáncer. Los plásticos son ingeridos a través de los productos del mar, bebidas e incluso la sal común, pero también penetran en la piel y pueden ser inhalados cuando están suspendidos en el aire.
La basura marina y la contaminación por plásticos además afectan la economía mundial. Los costos que acarrea la contaminación por plásticos en el turismo, la pesca, la acuicultura y otras actividades, como las limpiezas, se estimaron en US$ 6.000-19.000 millones en 2018. Y se proyecta que para 2040 podría haber un riesgo financiero anual de US$ 100.000 millones para las empresas si los gobiernos exigen que cubran los costos de la gestión de residuos en los volúmenes esperados.
Un aumento en los desechos plásticos también puede conducir a una mayor disposición ilegal de los mismos a nivel nacional e internacional.
El informe pide una reducción inmediata de los plásticos, fomenta una transformación en toda la cadena de valor que involucran e indica que es necesario reforzar las inversiones en sistemas de monitoreo mucho más integrales y efectivos para identificar los orígenes, la escala y el destino del plástico, así como el desarrollo de un marco de riesgo, que actualmente falta a nivel mundial.
El estudio concluye que es necesario un cambio hacia enfoques circulares, incluyendo prácticas sostenibles de consumo y producción, el desarrollo y la adopción rápida de alternativas por parte de las empresas, y una mayor conciencia del consumidor para propiciar elecciones más responsables.
NOTAS PARA LOS EDITORES
Sobre la campaña Mares Limpios
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) lanzó la campaña Mares Limpios en 2017 con el objetivo de impulsar un movimiento global para revertir la marea del plástico al reducir el uso de plásticos innecesarios, evitables y problemáticos, incluidos los de un solo uso, y eliminar los microplásticos añadidos intencionalmente. Desde entonces, 63 países se han unido a la campaña y han adquirido compromisos para mejorar la gestión de los plásticos mediante, entre otras medidas, la reducción de la prevalencia de productos plásticos de un solo uso. Ahora, la campaña destacará los problemas y sus soluciones desde el origen de la contaminación y pedirá una acción global urgente. Mares Limpios contribuye a los objetivos de la Alianza Mundial sobre Basura Marina y el Compromiso Global de la Nueva Economía del Plástico.
La evaluación está respaldada por “Ahogados en plásticos: gráficos vitales sobre basura marina y desechos plásticos” y un reportaje interactivo.
Sobre el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) es la autoridad ambiental líder en el mundo. Proporciona liderazgo y alienta el trabajo conjunto en el cuidado del medio ambiente, inspirando, informando y capacitando a las naciones y a los pueblos para mejorar su calidad de vida sin comprometer la de las futuras generaciones.
Para más información, por favor contacte a:
Keisha Rukikaire, jefa de Noticias y Medios, [email protected], +254 722 677747.