
La sumisión en la mujer tendrá que ver con la escala de valores que posea sobre sí misma, y el rol de subordinada que adopte ante su pareja.
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La sumisión puede definirse como un cúmulo de comportamientos, costumbres y prácticas sexuales donde una persona accede que otro individuo pueda ejercer poder y dominio sobre este, dentro de un contexto sexual o más genérico, limitado o indefinido en el tiempo.
En algunos casos la persona puede sentir placer o disfrute erótico por el hecho de ser dominada o dominante. Quienes consideran que se encuentran en un estatus superior son los “dominantes”; mientras quienes asumen un rol de insubordinación son los “sumisos”.
En pleno siglo XXI todavía existen mujeres dóciles y sumisas que creen que sentir pasión por su pareja es acompañarlo hasta el fin del mundo, venerarlo como si fuese un dios y vivir siempre arrojada a sus pies.
La escala de valores de estas mujeres estará sujeta al comportamiento y forma de ser de su pareja. Se ha dado el caso de hombres canallas, abusivos y maltratadores de su pareja, donde la mujer, “obnubilada”, lo consideraba más bien como un “gran hombre”, que si actuaba así era para protegerla, o “demostrar su amor”.
Antiguamente se pensaba que las mujeres más sufridas, las que permitían que el marido las manejara a su antojo, eran las que más amaban. Estaba descartado que la mujer abandonara a su pareja; era mal visto por la sociedad.
Muchas mujeres sumisas dicen querer a su pareja, pero se la pasan contando cómo este las maltrata o controla. Le justifican y permiten todo. Si llega borracho, es porque “necesita relajarse con sus amigos de vez en cuando”; si llega muy tarde, es porque “trabaja mucho”; si la controla o la cela, es porque “así demuestra cuánto la quiere”, y muchos ejemplos cotidianos más.
Los hijos de este tipo de parejas dominantes y dominadas, asumirán también como modelo de conducta para la vida que así es como también deberán comportarse con sus respectivas parejas. Otros tomarán conciencia de la situación y se rebelarán ante ello, construyendo una relación basada en el respeto mutuo y la comunicación.
Por el contrario, si una mujer es de voluntad fuerte y no quiere vivir el resto de sus días enferma con una pareja dominante y autoritaria, buscará un compañero al que cuando le hable no le conteste con una agresión sino con dulzura y respeto
La sumisión es propio en la cultura asiática u oriental, pero responde a las leyes y costumbres culturales y religiosas de cada país. Hoy en día existen campañas en el mundo para que esa situación cambie y las mujeres dejen ese rol de sumisión o dominada, para tener un mejor protagonismo en el ámbito personal y profesional.
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Significado de persona sumisa
Las personas sumisas se caracterizan por una tendencia a subordinarse voluntariamente a la autoridad de los demás. Esta actitud, de dependencia emocional, puede ser perjudicial para la salud y el bienestar de la persona, ya que suele significar renunciar a sus propios deseos y necesidades para complacer a los demás.
La personalidad sumisa puede afectar las interacciones interpersonales, ya que las personas sumisas suelen adoptar un rol pasivo y complaciente frente a personalidades dominantes. Las personas sumisas están centradas en las necesidades de los demás, olvidándose de las propias. Están dispuestas a sacrificarse y a soportar situaciones de abuso o humillación con tal de hacer algo por alguien.
Los sumisos siempre se encuentran en la búsqueda de la aceptación y el amor, y esto puede llevar a estas personas a renunciar a experiencias agradables y a vivir en una situación de subordinación. Sin embargo, bajo esta imagen de sumisión puede haber enfado, hostilidad y rabia acumulados que la persona sumisa no logra expresar. Estos sentimientos pueden liberarse de manera inconsciente, generando situaciones tensas y conflictivas. La falta de defensa de sus derechos y necesidades hace que las personas sumisas tengan mucha dificultad para cambiar y suelen estar atrapadas en una situación de subordinación.
Si crees que eres una persona con actitudes sumisas y quieres cambiar, dejando atrás esa dependencia emoscional, nuestros psicologos en Sevilla te pueden ayudar.
¿Qué es ser sumiso?
Para entender qué es ser sumiso, es mejor listar una serie de características:
- Evita el conflicto y se sacrifica para no contradecir a los demás. Esto puede resultar en una falta de voz y una sensación de impotencia en situaciones difíciles.
- Baja autoestima que deriva en falta de personalidad y dificultad para tomar decisiones. La persona puede sentir que sus opiniones no son valiosas y que no tienen derecho a tomar decisiones importantes en su vida.
- Guarda silencio sobre sus necesidades y asume las decisiones de otros sin quejarse. Esto puede resultar en una falta de satisfacción en sus relaciones personales y profesionales.
- Se muestra reservada en conversaciones y tiene dificultades para conocer gente nueva. Esto puede resultar en una sensación de aislamiento y soledad.
- No desobedece órdenes para evitar conflictos o empeorar conflictos. Esto puede resultar en una falta de autonomía y una sensación de que sus opiniones y deseos no importan.
- Experiencia frecuente de malestar y falta de concesiones en sus necesidades. Esto puede resultar en una sensación de insatisfacción y una falta de realización personal.
- Falta de asertividad al expresar emociones y necesidades. Esto puede resultar en una falta de comunicación efectiva y una sensación de que sus sentimientos no son valorados.
Cómo dejar de ser sumiso
Para dejar se ser sumiso, lo primero es identificar la actitud de sumisión. Debes darte cuenta de que te estás faltando al respeto y de que no proteges tus necesidades.
Algunos consejos y actitudes que te ayudarán a dejar de ser sumiso son:
- Pasa a la acción. Defiende tus derechos y necesidades, practicando el decir «no» sin sentirte culpable.
- Saca tu voz. Una voz equilibrada te ayudará a destacar tu personalidad y a sentirte más seguro.
- Trabaja en tu confianza. Toma más responsabilidad en tu vida y toma decisiones por ti mismo/a.
- Habla más. Deja atrás el miedo a hablar y da tu opinión ante los demás.
- Practica la positividad. Evita los pensamientos negativos y práctica la positividad.
- Mantente firme. Una postura erguida te ayudará a imponer respeto y a sentirte más seguro.
- Evita las personas tóxicas. No permitas que nadie te manipule o aproveche de ti.
- Busca ayuda profesional. Si es necesario, acude a un psicólogo para ayudarte a confiar en ti mismo/a.
Personalidad sumisa: cómo es y qué la caracteriza. La personalidad sumisa es un aspecto psicológico que acostumbra a facilitar la aparición de problemas en las relaciones personales.
En este artículo veremos un resumen acerca de sus características fundamentales y las diferentes maneras en las que se manifiesta.
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¿Qué es la personalidad sumisa, cómo es y qué la caracteriza?
Los rasgos de personalidad de tipo sumiso son un conjunto de predisposiciones psicológicas que llevan a quienes las desarrollan a asumir un rol subalterno, en el que es otro u otra quien da las órdenes y decide qué hacer, en última instancia.
Para hablar de personalidad sumisa, este tipo de comportamientos deben darse también en relaciones personales en las que no hay una jerarquía oficial o explícita: por ejemplo, en una relación de amistad o en un matrimonio.
Por otro lado, tener un tipo de personalidad sumisa no es incompatible con mostrarse dominante con determinadas personas o en determinados contextos; simplemente se trata de una tendencia general. Eso sí, estos casos en los que la persona toma un rol protagonista o de liderazgo deben ser menos frecuentes que aquellos en los que manifiesta sumisión.
Además, no hay que olvidar que el hecho de que se pueda hablar de un tipo de personalidad sumisa no significa que esta característica resuma en su globalidad la manera de ser de un individuo.
De hecho, es posible que este aspecto de su personalidad destaque mucho menos que otros rasgos de su manera de ser. Por otro lado, la personalidad es hasta cierto punto flexible y cambiante, si bien en comparación con otros conjuntos de rasgos psicológicos se muestra relativamente estable con el paso de los años.
¿Cuáles son las características de la personalidad sumisa?
Aquí veremos cuáles son los aspectos psicológicos que se dan en la manera de ser y de comportarse de quienes presentan personalidad sumisa. Sin embargo, no hay que olvidar que estos rasgos psicológicos no son estáticos, y quienes los tienen no están condenados a manifestarlos una y otra vez, dado que pueden ir cambiando con el tiempo: constituyen una serie de predisposiciones que pueden intensificarse o debilitarse con el paso de los años. Sin embargo, no es frecuente que estas formas de personalidad cambien radicalmente en poco tiempo (semanas) a no ser que existan psicopatologías que alteren el funcionamiento del cerebro.
Por otro lado, tampoco hay que olvidar que los rasgos de personalidad asociados al comportamiento sumiso aparecen en las relaciones personales; es decir, que no es un fenómeno enteramente individual, sino que aparece en la interacción con el entorno y con los demás. Por eso, el contexto siempre debe ser tenido en cuenta.
1. Poca tendencia a expresar sus deseos
Los individuos que tienden a la personalidad sumisa hablan relativamente poco acerca de lo que les gustaría o de lo que tienen ganas de hacer si estas actividades involucran la conformidad de terceras personas. Esto es así porque prefieren no exponerse a situaciones en las que los demás se nieguen a colaborar, dado que en casos así saben que deberían asumir la situación sin quejarse demasiado.
2. Clara falta de asertividad
La personalidad sumisa va asociada a una falta de asertividad, es decir, la tendencia a no decir aquello que se piensa y se cree que sería importante decir pero que, quizás, puede molestar a quien escucha. Por eso, quienes presentan este tipo de personalidad suelen “morderse la lengua” más de lo habitual.
3. Tendencia a evitar la confrontación directa
Incluso en los momentos en los que sienten que están siendo tratadas de manera injusta, quienes presentan personalidad sumisa tienden a evitar la confrontación directa con los individuos que les atacan. En todo caso, mostrarán un comportamiento pasivo-agresivo, en el que se mezcla una actitud de enfado y frustración y, a la vez, acciones de conformidad con lo que quiere la otra persona.
4. Vulnerabilidad a las relaciones de dependencia emocional
En las relaciones afectivas o amorosas, las personas con un elevado nivel de personalidad sumisa son más proclives a desarrollar dependencia emocional. Es decir, que van asumiendo que difícilmente podrían vivir sin la presencia de la otra persona, por lo que deben ir realizando sacrificios contantes para mantener esa relación.
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Hermangómez, L. & Fernández, C. (2012). Psicología de la Personalidad y Diferencial. Manual CEDE de Preparación PIR, 07. CEDE: Madrid.
Maner, J.K. (2017). Dominance and prestige: A tale of two hierarchies. Current Directions in Psychological Science, 26(6): pp. 526 – 531.
Sánchez Elvira Paniagua, A. (2005). Introducción al estudio de las diferencias individuales. Madrid: Ed. Sanz y Torres.